Robbie Fulks - Country Love Songs (1996)

Robbie Fulks - Country Love Songs (1996) - 2.7 out of 5 based on 11 votes

Ratio: 3 / 5

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Robbie Fulks es un artista ecléctico como pocos, ya declaró para la presentación de Country Love Songs: “Me aburro fácilmente de la mayoría de estilos musicales. Lo curioso es que me introduje en la música Country mientras tocaba en el circuito de Bluegrass. Y ahora se está convirtiendo en una obsesión, cuando mis canciones están empezando a ver la luz”. Y aunque tiene discos para los gustos más dispares que se van hacia el Roots Rock y el Pop debemos agradecer a esa obsesión trabajos como éste o el que llegaría años después, Georgia Hard, en 2005.

Y esa obsesión se traduce en canciones que recogen el humor que dejó la estela de Roger Miller, a baladas que apuntan al trabajo de George Jones siempre apoyado en una llorosa steel-guitar (aquí a cargo de, entre otros, Tom Brumley antiguo miembro de la banda de Buck Owens) consiguiendo como resultado que un desenfadado Honky Tonk de ascendencia Bakersfield sea el estilo dominante. Así la fabulosa balada que sirve de homenaje al propio Buck Owens “The Buck Starts Here” y haciendo evidente la conexión entre Bakersfield y la 'British Invasion' en el medio tiempo “Tears Only Run One Way”. Pero si algo hay que reconocerle a Fulks especialmente es su habilidad para escribir letras con un giro hacia lo insospechado, en la mejor tradición de los grandes autores de canciones Country. En cualquier caso canciones que  resultan inconfundiblemente suyas, a pesar de tratarse Country Love Songs de un disco debut, como el dúo con Ora Jones “We’ll Burn Together” o la de aires fronterizos “Let’s Live Together”.

¿Ejemplos de que las canciones de Fulks escapan de los cánones habituales? Prácticamente todas las del álbum (como prácticamente todas llevan su firma), pero ahí tenéis el literal título que anuncia el macabro final de la historia de una estrella caída de Hollywood en “She Took a Lot of Pills (and Died)” es decir “Tomó un montón de pastillas (y murió)”, a un ritmo que casi la hace parecer un tema alegre… Pero la culminación de la amargura llega con “Barely Human” una balada triste y oscura en la que el alcohólico protagonista no se limita a ahogar sus penas en alcohol… sino que, al beber, se transforma en algo más peligroso de lo que su mujer no tiene más remedio que huir.

Y qué hay del humor… bastará con decir que pocas cosas puedo imaginar más ocurrentes que empezar un álbum de Country de ascendencia clásica como el que nos ocupa con un animado Honky Tonk titulado “Every Kind of Music but Country” (el único corte que no lleva su firma) donde nos cuenta que a la mujer objeto de su deseo le gusta “cualquier tipo de música, excepto el Country”… hasta que le ve actuar con su banda. Y cerrarlo con el desenfrenado, incluyendo un declamante pasaje, “Papa Was a Steel-Headed Man”.

A Robbie Fulks se le suele catalogar como alt-Country. Desde mi humilde punto de vista Country Love Songs es un álbum de Country (sin más apelativos) y si algo se merece el calificativo de “alternativo” es lo que domina actualmente las listas, porque lo es a las mejores tradiciones del género.

En definitiva, un debut espectacular y excepcional. Un disco deliciosamente irreverente y tan original como recomendable. Simplemente magnífico.

Trace Adkins - Dangerous Man (2006)

Trace Adkins - Dangerous Man (2006) - 3.7 out of 5 based on 12 votes

Ratio: 4 / 5

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Chrome, editado en 2001, había puesto las bases para la consolidación de Trace Adkins como figura del Country comercial contemporáneo. Con la repercusión posterior de singles como “Hot Mama” y “Honky Tonk Bonkadonk” Atkins parecía estar haciéndose un nicho especializándose en vitaminadas canciones de consumo rápido cargadas de testosterona y dedicadas a exaltar los encantos de mujeres cuya mayor (y única) virtud parecen ser sus curvas.

Así que, cuando te estás construyendo una imagen, ¿por qué cambiarla? En Dangerous Man Trace Adkins continúa poniendo ladrillos en la pared de su reputación de tipo duro con un punto de buen humor… incluyendo una nueva versión, bautizada como Video Mix, del “Honky Tonk Bonkadonk”. Difícil de entender si no estás en una discoteca o si te han dicho que lo que se supone que tienes en las manos es un disco de Country.

Y por fin tanto sembrar en el mismo surco dio sus frutos cuando “Ladies Love Country Boys”, coreado por unas chicas que me resultan familiares, como si de una Gretchen Wilson en Here for the Party se tratara, se convirtió en su segundo número uno, diez años después de “(This Ain’t) No Thinkin’ Thing”. Menos festivo pero más rockero y arrogante nos lo encontramos en el tema que da título al álbum “Dangerous Man”, convertido en un hombre peligroso cuando se apaga la luz y está en compañía de la mujer que ama. Pero la auténtica carga de virilidad llega con “Swing”, que juega con el vocabulario del beisbol para ir narrando la estrategia de aproximación a una mujer en el alboroto de un bar. Y si no está claro que estamos ante un hombre muy hombre, la patriótica “Fightin’ Words”, porque él es pacífico hasta que se juega con “mi Dios o mi madre / (…) o este país al que sirvo con orgullo”.

Para respirar un poco alguna balada que sirva para enternecer al público femenino con su voz como “I Wanna Feel Something” (en la que me da la impresión de estar escuchando a Toby Keith), el medio tiempo con Soul de “Ain’t no Woman Like You” o la romántica y popera “Words Came in the Way”. Y como para un hombre la familia también es importante, funciona especialmente bien hablando de los valores tradicionales en “I Came Here to Live” y “The Stubborn One”, mis dos cortes preferidos del álbum.

Dangerous Man es el perfecto producto que nos viene ofreciendo Nashville desde hace ya muchos años, agradable al oído y con una producción tan pulida que resulta deslumbrante, pero carente de autenticidad más allá de los fugaces destellos en los que el talento del artista consigue superar a la producción. Si Trace Adkins en vez de dedicarse a las canciones de consumo rápido diseñadas para encontrar tiempo de radio que escoge aplicara su espectacular voz para el Country a temas con verdadera calidad… y si los burros volaran y las ranas criaran pelo… ¡qué fácil es soñar!

Tish Hinojosa - Frontejas (1995)

Tish Hinojosa - Frontejas (1995) - 2.8 out of 5 based on 9 votes

Ratio: 3 / 5

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Para el título de su álbum editado en 1995 con Rounder Records Tish Hinojosa se inventó una nueva palabra. Una combinación de frontera y Tejas. En español y describiendo esa franja del Sur de Texas y el Norte de México donde las influencias mexicanas y estadounidenses están tan interrelacionadas que la cultura local no es ni una cosa ni otra.

Hasta llegar hasta Frontejas, su noveno álbum, la música de Hinojosa ha sido ejemplo de esa interrelación, yendo y viniendo entre el inglés y el español, entre el swing de Texas y el conjunto tejano, folk-pop y corridos. En particular este álbum está dominado por canciones en español que su propia madre cantó en su juventud o que han sido compuestas inspiradas por esas canciones tradicionales. Lo cual no quiere decir que se deje de sentir cierta influencia anglosajona.

En el propio libreto del disco Tish nos explica que sólo supo de las juveniles ambiciones musicales de su madre después de que muriera en 1985. Este hecho la empujó a investigar sobre la música que su madre había cantado, lo que la llevó a una cálida amistad con Don Américo Paredes, un antropólogo de la Universidad de Texas. Fue Paredes quien le enseñó viejos corridos y canciones de amor que la inspiraron para escribir un buen puñado de nuevos temas al viejo estilo. Entre ellas compone y dedica al viejo profesor uno de los cortes del álbum, “Con Su Pluma en Su Mano”. Los resultados de Frontejas iluminan de nuevo la tradición mexicana/tejana de cantantes femeninas tradicionales, con el acento puesto en ritmos que invitan al baile y en las confesiones que salen del corazón.

Por otro lado es imposible ignorar la conexión entre Frontejas y los álbumes en español de concepto similar grabados por Linda Rondstadt (quien de hecho fue uno de los ídolos de adolescencia de Hinojosa e incluyó el tema compuesto por ésta “Adonde Voy” en su álbum Winter Light). Como hizo Rondstadt no es una sorpresa que Hinojosa confíe en la belleza de las propias canciones y relaje su interpretación, en vez de caer en alardes vocales que resultarían superfluos. El resultado son interpretaciones en las que prima la naturalidad, especialmente en baladas como “Déjame Llorar”, hermosísima y convertida en un dúo con el acordeón de Flaco Jiménez. En la parte más animada igualmente destacables la tradicional “Pajarillo Barranqueño” y la firmada por Hinojosa “Otro Vasito”.

Las únicas palabras en inglés de todo el álbum se escuchan en el dúo de Hinojosa con el líder de Asleep at the Wheel, Ray Benson, en “Polka Fronterrestrial” que acaba siendo un divertido y casi ininteligible ejercicio de mestizaje lingüístico en 'espanglish'. Las influencias norteamericanas del swing, el jazz y el country-folk, presentes en la música precedente de Hinojosa, están aquí reforzadas por la participación de Brave Combo, Robert Skiles y Peter Rowan. Sin embargo es la tradición mexicana la que acaba dominando y hacia la que se trazan líneas de conexión tan gráciles como sólidas, merced a la intervención de leyendas del conjunto como Santiago Jiménez Jr., Mingo Saldívar y Eva Ybarra.

Ciertamente un disco muy especial.

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