Wayne Hancock - Thunderstorms and Neon Signs (1995)

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Wayne Hancock - Thunderstorms and Neon Signs (1995) - 4.2 out of 5 based on 9 votes

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Wayne Hancock se ganó el apodo The Train en algún momento de su incipiente carrera, quizá por las millas recorridas entre actuación y actuación, quizá por el ritmo de su música que toma una dirección marcada por unos raíles que son una línea de conexión directa entre el camino ya recorrido y el que queda por recorrer. Como unos cuantos jóvenes de su generación no le encontraba el sentido a la música contemporánea, ya fuera Country, ya fuera Rock o cualquier otra cosa. Así es que huérfanos de música a la que llamar suya le dieron la espalda a la escena mediática, creando una contracultura con los mismos materiales y herramientas que se utilizaban antaño, una época en la que la música se agitaba y estaba mucho más viva.

 

Thunderstorms and Neon Signs sería el debut discográfico de Wayne Hancock. Convertido en un avatar del Honky Tonk de los años 50 y poseedor de la más voz más nasal y desgarrada a este lado de Hank Williams, nos cuenta sus historias de errantes personajes y humeantes locales donde se bebe tanto para divertirse como para para olvidar y en los que la música que suena, desde luego, no es la que hoy ocupa los medios. Añade a la combinación de estilos que practica enérgico Rockabilly, especialmente merced a la presencia al contrabajo del miembro del trío High Noon Kevin Smith. Y haciendo honor a su apodo también nos invitará a subir a algún tren, espectacular “Locomotive Joe”. Pero quedándonos en el Honky Tonk, tampoco se explicaría el Dixieland (clarinete y trombón incluidos) de “Ain’t Nobody’s Blues but My Own” o la increíble versión, a dúo con su propia hermana, del “Summertime” de Gershwin, y es que la pasión y el talento de Hancock supera calificativos con naturalidad.

 

Evidentemente así es difícil conseguir la atención de los medios generalistas, pero sí logró ganarse el respeto de la crítica y unos seguidores que tampoco se sienten identificados con la música actual. Quizá no sean legión, pero sí son absolutamente fieles. Además, en el caso de Hancock, su música no es consecuencia tanto de estudiar las raíces y tratar de emularlas con una pose, como de que, simplemente, así es como le sale. Aunque la influencia de los grandes es innegable; es imposible no pensar en el “Mind your Own Business” de Hank Williams al escuchar “Why don’t You Leave Me Alone”.

 

Una brillante tarjeta de presentación de un artista único que supone una honesta explosión de vitalidad. Repleta de de guitarras Honky Tonk con especial protagonismo de la Steel en las manos de Lloyd Maines, rítmico slap al contrabajo (espectacular el trabajo de ambos en, por ejemplo, “Big City Good Time Gal”), batería inexistente y una voz que parece el eco de otro tiempo.

 

Nota: el álbum fue originalmente editado por Dejadisc para, merced a la relativa repercusión para tratarse de un lanzamiento indpendiente, ser posteriormente reeditado en 1998 por Ark21 Records.

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