Cuando Jim Reeves suavizó las aristas de su estilo inicial y Chet Atkins, en labores de producción, aún le dio más pulimento con sus arreglos al elegante terciopelo de su voz, juntos se convirtieron en uno de los paradigmas del primigenio Nashville Sound.

En 1995, incluido en una serie de reediciones por parte de RCA de los que fueron unos LPs con los que se llegó a la culminación técnica de las grabaciones en estéreo, se puso a disposición de los aficionados en formato CD el disco de Gospel de Jim Reeves We Thank Thee, originalmente editado en 1962. Para los aficionados a los himnos religiosos este es un álbum que juega en una categoría muy especial, también convertido en uno de los favoritos de los seguidores del propio Reeves. Traduciendo las notas originales que aparecían en la contraportada del disco nos trasladamos a una época en que las cosas se decían de una forma muy diferente a la actual:

No hay palabras lo suficientemente elocuentes para describir este álbum. Es hermoso más allá de cualquier descripción. ¿Y por qué es así? Hay una razón.

La razón es un hombre llamado Jim Reeves. Es un extraño hallazgo en el campo musical porque ha sido un “grande” en el estilo Country & Western, en el Pop y en la música inspiradora. Pero la razón por la que este álbum desafía cualquier descripción es porque el hombre que canta estas canciones se supera a sí mismo como el gran intérprete que es. Es más el individuo que el artista; esto es decir mucho cuando hablas de Jim Reeves. (...)

Jim tiene una ardiente fan que dice “toca a lo más alto cuando canta estas canciones.” Y continúa, “estas canciones llegan a Jim Reeves donde él vive, las ama... ¿os dais cuenta?”

La fan es la mujer de Jim, Mary. Y la respuesta es “sí, Mary, nos damos cuenta.”

Es curioso hoy en día que la última palabra para recomendar un disco resulte ser la de la esposa del protagonista, pero en los tiempos en los que muchos álbumes eran editados para el disfrute en familia no era tan extraño. De todas formas, combinando las que eran nuevas canciones en 1962 con otras que ya eran viejas en aquella época (“I’ll Fly Away”, “Take My Hand Precious Lord”, “This World Is not My Home”…), en We Thank Thee Reeves redondea un gentil y hermoso álbum. Hoy considerado uno de los grandes discos de Gospel imprescindibles grabados por una estrella de Country.

En la ya mencionada reedición de 1995 RCA añade a los doce cortes de la edición original cuatro temas adicionales que Jim Reeves grabó en 1959: “How Long Has it Been”, “Teach Me How to Pray”, “The Padre of Old San Antone” y “An Evening Prayer".

Vamos a hacer un pequeño repaso a alguna de las canciones más emblemáticas y de mayor éxito de John Denver.

"Leaving On a Jet Plane", esta canción en forma de avión que fue su primer gran éxito, una de mis favoritas. La descubrí con una cinta de Peter, Paul and Mary gracias a mi marido en una época de muchos viajes y separaciones y me parece una de las canciones de amor más bonitas que he oído. Tengo que decir que no me gustan las canciones “pasteleras” al uso, soy más bien de las de “odio las canciones de amor”, ja, ja y esta realmente me parece maravillosa, es mi opinión, claro. Cuando John Denver escribió esta canción en realidad no tenía a nadie a quien cantarle esto. Vivía en habitaciones de hotel y con todas sus pertenencias en dos maletas pero le hubiera encantado decirle esto a alguien en ese momento. Años después supe que era de John Denver y me impactó sobre todo después de conocer su vida y la manera de morir… “So kiss me and smile for me tell me that you’ll wait for me hold me like you’ll never let me go ‘cause I’m leaving on a Jet Plane don’t know when I’ll be back again Oh baby I hate to go”.