Gary Allan - It Would Be You (1998)

Gary Allan - It Would Be You (1998) - 3.7 out of 5 based on 9 votes

Ratio: 4 / 5

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It Would Be You, el segundo trabajo de Gary Allan, como un buen número de otros lanzamientos de finales de los noventa se vio penalizado en su promoción (y, por tanto, en su posible éxito) por las reestructuraciones que sufrieron las discográficas de Nashville en aquellos agitados años. En este caso Decca, que había lanzado el álbum, fue absorbida por MCA que lo dejó arrinconado. Por lo menos Allan salvó su contrato y en 1999 ya con MCA editaría el magnífico Smoke Rings in the Dark. Algo que no pudieron decir muchos de los que fueron sus compañeros de firma que vieron truncadas sus carreras. La Music City se ha convertido en una ciudad que no concede segundas oportunidades.

En general el álbum se aparta algo del predominante sonido Honky Tonk del que fuera su debut un año antes con Used Heart for Sale, suavizándolo y acercándolo a la tendencia dominante en Nashville. Todavía encontramos alguna actualización del sonido Bakersfield como el medio tiempo “I’ve Got a Quarter in my Pocket” y el más tranquilo “It Took Us All Night Long To Say Goodbye”, junto con una versión del pendenciero tema de 1963 de Conway Twitty “She Loves Me, She Don’t Love You” y un animado Rock’n’Roll, “Red Lips, Blue Eyes, Little White Lies”, que conviven con las inevitables baladas románticas como “Baby I Will” o “I Ain’t Runnin’ Yet” donde Gary Allan puede hacer uso del emocionante trémolo que sabe dar a su voz. En el capítulo de versiones resulta curioso que también escoja canciones que no mucho antes ya habían cantado Marty Stuart, la alegre y también Bakersfiliana “Don’t Leave Her Lonely Too Long” en 1989, y Tanya Tucker, la reposada “I’ll Take Today” en 1995, ésta última se convirtió en el tercer single del disco pero apenas alcanzaría el Top50 en las listas de éxitos.

De hecho el mayor éxito del álbum llegó con el single que le dio título, cuando “It Would Be You” entró en el Top10, un melancólico tema en el que una mujer se convierte en la mejor manera de definir el dolor que siente el protagonista, hasta el punto que “si fuera una tormenta, lo compararía con un huracán /(...)  pero si hablamos de dolor, serías tú.” Más adelante le da un dramático giro al asunto de los problemas de pareja con “Forgotten But not Gone”, el retrato de una mujer que sigue conviviendo con su marido que la trata como si la hubiera olvidado aunque no se haya ido, cuando seguramente sería mejor abandonar una relación como esa y que no se olviden de ti. Por cierto, este tema también había sido grabado anteriormente por Keith Palmer en 1991 aunque sin ninguna repercusión comercial.

Y aquí podría acabar el comentario si no fuera porque, más allá de los ajustes corporativos ya mencionados, It Would Be You es un ejemplo muy evidente de hasta qué punto influyen las directrices de los ejecutivos de las discográficas de Nashville y sus rígidos procesos de producción sobre las decisiones creativas que deberían quedar reservadas para los artistas. Allí donde busquéis referencias (incluido el libreto del propio CD) os encontraréis con que el álbum tiene once cortes... Pero terminado el último de ellos se hace un silencio que se alarga mientras el tiempo sigue corriendo en el reproductor para, al cabo de casi un minuto, arrancar una canción estremecedora, con Gary Allan acompañado sólo por una guitarra cantando sobre un hecho real sucedido en una pequeña población de Texas, el asesinato de un anciano a manos de tres jóvenes inadaptados por un botín de apenas seis dólares. Titulada “No Judgement Day” y firmada por Allen Shamblin, esta excepcional canción sólo pudo ser incluida así en el álbum porque la discográfica la tildó de “controvertida”. Y lo fue merced al empeño del propio Allan a quien permitieron añadirla como tema oculto, pero no sin que tuviera que renunciar a que una composición propia que ya estaba grabada formara parte del disco (y yo pensando que en un CD cabían hasta 75 minutos de música, es decir entre 20 y 25 canciones ¿?).

Habría bastante que destacar en It Would Be You, pero sólo por esa canción “fantasma” el disco merece mucho la pena. Lástima que las mentes “bienpensantes” preocupadas por el efecto en las cifras de ventas de retratar la cruda realidad crean que ocultándola ésta deja de existir. Si algo solía definir el ‘Real Country’ era que esa realidad era la que se reflejaba en las canciones. Y es que cuando el marketing supera al mérito artístico es indicativo de que algo no funciona como debería.

Elbert West - Livin’ the Life (2001)

Elbert West - Livin’ the Life (2001) - 3.4 out of 5 based on 8 votes

Ratio: 3 / 5

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El momento más dulce en la carrera de Elbert West no se produjo como intérprete sino a principios de los noventa como autor de canciones cuando sus composiciones “Sticks and Stones” y “Can't Break It to My Heart” se convirtieron en sendos números uno en la voz de Tracy Lawrence. También John Michael Montgomery y Tim McGraw, entre otros, incluyeron algún tema suyo en sus álbumes de aquella década. Olvidando aquellas canciones que se convirtieron en éxito, en el que fue su debut como cantante merced a la discográfica independiente Broken Bow Records Livin’ the Life sólo recupera de entre ellas el doloroso retrato de una ruptura “(This One’s Gonna) Leave a Mark” que dio título al álbum que J.M. Montgomery editó en 1998.

Como tantos otros autores de canciones antes que él, Elbert West no pudo resistirse a cantar él mismo algunas de sus propias canciones y a reunirlas en un álbum. Así en Livin’ the Life (hasta hoy su único trabajo editado), diez de los trece cortes llevan su firma, y remontándose a cuando sus creaciones ascendían en listas el resultado es como retroceder diez años respecto a la fecha en que vio la luz. Al tiempo en el que el New Country dominaba las listas con su agradable y fácilmente digerible mezcla de Honky Tonk y Rock’n’Roll. Un sonido que disfrutó de un enorme éxito comercial manteniendo claras conexiones con las raíces del Country.

Ecos de Alan Jackson, Travis Tritt o los Tracys (el ya citado Tracy Lawrence y Tracy Byrd) pueblan el álbum, por lo que todavía se pueden apreciar trazas de Merle Haggard y George Jones. Pero aunque Elbert West no posee las facultades vocales de ninguno de ellos y las guitarras eléctricas han ganado algo de protagonismo frente a steel-guitars y fiddles, el Country comercial de orientación tradicional que nos ofrece en Livin’ the Live tiene el suficiente atractivo como para que su escucha asegure pasar un buen rato.

Waylon Jennings & Willie Nelson - Clean Shirt (1991)

Waylon Jennings & Willie Nelson - Clean Shirt (1991) - 3.4 out of 5 based on 7 votes

Ratio: 3 / 5

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Tras muchos años de amistad y colaboración musical Waylon Jennings y Willie Nelson por fin coincidieron en la misma discográfica, Epic, en 1991. Así es que en su álbum conjunto Clean Shirt ninguno de ellos supera en protagonismo al otro, como parecía que sí pasaba en otros anteriores dependiendo de cuál de sus respectivas discográficas lo editara. De todas formas desde el fundamental Wanted: the Outlaws! los discos y canciones en los que han coincidido Waylon y Willie siempre han disfrutado de un aura especial. Y en los noventa, cuando su música difícilmente se iba a acomodar a los parámetros de la radio comercial, no iba a ser menos.

Con los protagonistas ya con unos años encima, el concepto dominante en Clean Shirt es el de la mirada al pasado, desde la experiencia y dando la expresión de estar de vuelta de todo (que seguramente lo estaban): “Two Old Sidewinders”, “The Good Old Nights”, “I Could Write a Book about You”, “Put Me on a Train Back to Texas”... Fieles al característico tono, melodía y ritmo del sonido Outlaw que entre ambos definieron en los setenta, y poniendo de manifiesto una complicidad natural. De todas formas el tema que abre el álbum y del que toma el título “If I Can Find a Clean Shirt” avanza con un festivo ritmo fronterizo y se convirtió en el único single del mismo quedándose a las puertas de entrar en el top50, mientras el disco apenas entró en el top30.

Clean Shirt es un álbum que suele pasar desapercibido en la vasta discografía de Waylon Jennings y Willie Nelson, que además está repleta de trabajos espectaculares e imprescindibles en cualquier colección de Country, sin embargo es una perfecta muestra de la complicidad con la que siempre trabajaron que estoy seguro de que encantará a los que gustan de su música.

 

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