El juvenil interés de Zona Jones por la música más mediática sufrió un giro repentino cuando vio por primera vez a George Strait en directo a principios de los ochenta. Adquirir el disco Strait Country y recuperar la ilusión de la infancia de convertirse en cantante de Country fue todo uno. La vida le acabó llevando hasta Beaumont, Texas, ciudad natal de George Jones, donde tuvo la oportunidad de trabar amistad y asistir en primera persona a la evolución de Mark Chesnutt, Tracy Byrd y Clay Walker de intérpretes locales en grandes estrellas nacionales de Country. Más motivación para abandonar su carrera como abogado para concentrarse en su carrera musical. Finalmente en Julio de 1993 debutó con su banda en un escenario y nunca volvió a mirar atrás.

Harleys & Horses sería su debut discográfico en 2003 y a diferencia de tantos y tantos lanzamientos independientes goza de una cuidadísima producción a la altura de cualquier lanzamiento 'major'. No en vano está grabado en Nashville, con nombres de primera línea en labores de producción (Byron Gallimore, Billy Sherrill...) y músicos de estudio escogidos entre lo mejor que ofrece la 'Music City'.

En su música se pueden escuchar ecos de George Jones, algo de Keith Whitley y Willie Nelson y, especialmente, de George Strait, sin embargo sabe partir de sus influencias para conseguir un resultado que no cae en la simple fotocopia de las mismas (otro de los defectos de tantos y tantos lanzamientos independientes). Incluso en la elección de canciones se aprecia un especial cuidado pues aunque incluye no pocas versiones están muy bien escogidas entre temas que no consiguieron especial repercusión y que Zona Jones lleva a su terreno. Como el Honky Tonk a medio tiempo “Back in Your Arms” de Keith Gattis, el que fuera un animado éxito menor para Ricochet “Honky Tonk Baby”, la romántica balada de Lionel Cartwritght “In My Eyes”, incluso el tema que da título al disco “Harleys & Horses” ya había sido cantado por Turner Nichols... y la mejor de todas ellas la balada vista desde el punto de vista del hombre que perdió a su pareja, ahora en los brazos de otro, “My Hat’s off to Him” que cantara años antes Doug Stone.

No puedo dejar de destacar “House of Negotiable Affections”, no sólo porque sea un animado Western Swing de los que consiguen que tus pies se muevan aunque estés sentado, sino porque una canción que empieza leyendo un viejo periódico de 1882 que dice del mejor burdel a este lado de Nueva Orleans “en la casa de los sentimientos negociables / cada cowboy es tan especial como el siguiente”, que sigue jugando con el buen humor y que acaba con el protagonista pasando, por medio dólar, una noche en compañía del fantasma de una de las mujeres que solían habitarlo es, desde luego, algo fuera de lo común.

No tengo ninguna duda de que si este disco hubiera visto la luz diez años antes de lo que lo hizo, en pleno auge del New Country, y especialmente si lo hubiera hecho en 'major', habría dado como resultado unas cuantas entradas en listas y posiblemente algún número uno. En 2003 resultaba demasiado complicado que un debut de estilo tradicionalista como el de Zona Jones (con fiddles y steel guitars en primer plano) consiguiera tiempo de radio. Sin embargo Harleys & Horses es un magnífico álbum absolutamente recomendable. Uno de esos raros casos en los que resulta prácticamente imposible citar puntos débiles.

Con solo dos trabajos en su haber, este artista nacido en Willis (Texas) crece con la música y para la música. Aunque no es hasta 1991 cuando se dedica profesionalmente a ella, tocando en todo Honky Tonk o Night Club que se le presenta. Además de participar en varios certámenes relacionados con la Country Music en los alrededores de Montgomery (Texas). Su estilo musical se ve influenciado por artistas de la talla de Vern Gosdin, Merle Haggard o George Jones.

Su primer disco titulado Patsy Proof ve la luz en el año 2004. Su segundo trabajo Twang en 2006 con una calidad sublime, no pasa desapercibido para figuras consagradas como Daryle Singletary, George Jones o Hank Willians III. Los cuales han contado con Rick Sousley como telonero en sus conciertos.

El disco no defrauda lo más mínimo , con cortes majestuosos como “Stoned At The Jukebox” (Hank Williams Jr.), “Looking At My Back Door” (John Fogerty-CCC), o “Show Us Your Twang”, un Honky Tonk en estado puro.

En las baladas tampoco se queda rezagado, como en joyas del estilo “Simple Man” o “She Brought Me Back To Love”, donde saca todo el potencial de su portentosa voz, sin perder por un momento su toque Honky Tonk.

Por otra parte, también incluye cortes de estilo claramente Rock, como “Beer Thirty”, que inicia el disco, o “Rowdy”, muy en la línea de Charlie Daniels o Travis Tritt en sus mejores épocas.

Rick Sousley no es una estrella, ya que solo tiene dos discos en su haber, tiene todo el futuro por delante, esperemos que se mantenga en la misma línea y nos siga obsequiando con trabajos como éste.

Como dijo Gentry, en cierta ocasión, “solo hay dos clases de música, la buena y la mala”, y con Rick Sousley la cosa está clara.