Los Super 7 - Heard it on the X (2005)

Los Super 7 - Heard it on the X (2005) - 4.4 out of 5 based on 5 votes

Ratio: 4 / 5

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Super 7El supergrupo Los Super 7 nos propone con Heard It On the X un viaje de redescubrimiento de una forma de hacer radio perdida. Recorramos la frontera con ellos.

Para entender el espíritu del tercer proyecto de Los Super 7, tras sus incursiones centradas en el tex-mex con su primer disco, Los Super Seven (1998), o en el folklore latinoamericano con Canto, hay que descifrar el significado de la “X” incluida en el título.

En los años 30 algunos avispados se saltaron la normativa vigente en EEUU, que limitaba la potencia de las emisoras de radio a 50.000 vatios, simplemente instalando sus emisoras en el lado mexicano de la frontera. Así nacieron la XERF, XEG, XERA o XERB, bautizadas como border blasters y con la “X” como elemento común identificador de su origen mexicano.

La escalada de potencia acabaría llegando al millón de vatios, convirtiéndose en las emisoras más potentes del mundo, lo que permitía que se escucharan desde Australia a Finlandia. Los pájaros que volaban cerca de ellas caían al suelo, las bombillas se encendían solas, incluso June Carter Cash recuerda que cuando vivía en Del Río (Texas) con su familia, que actuaba en la XERA, se podía escuchar a la Carter Family simplemente acercando el oído a cualquier valla metálica del estado. Los contenidos incluían una extraña mezcolanza de predicadores, anuncios de productos milagrosos (curalotodos, vigorizantes sexuales…) y música… mucha música americana, Hillbilly, Conjunto, Country, Jazz, Mariachi y Rhythm & Blues convivían en las ondas. Esos estilos se mezclarían para configurar las señas de identidad del sonido de una zona geográfica, la frontera entre Texas y México.

Tras el ordenamiento de las emisoras de radio en EEUU en los 80, hoy los hispanos dominan esas emisoras, aquellos tiempos en los que un locutor como Wolfman Jack anunciaba la medianoche con sus aullidos (como bien quedaba retratado en American Graffiti de George Lucas), convirtiéndose en una especie de mesías para la juventud de la época pasaron. En Heard it on the X se pretende recuperar aquel espíritu a través de una elección de canciones sin limitación de estilos, la fusión y el mestizaje. Muchos de los participantes en este disco crecieron amando aquellas emisiones y las canciones que les toca interpretar y parece que quieran contagiar al oyente de esa pasión. En el mapa podéis ver las ciudades mexicanas que tenían una border blaster instalada.

Los Super 7 no son un grupo al uso, más bien la unión temporal de músicos unidos para proyectos concretos. En Heard it on the X sobreviven del primer disco Rick Treviño, Freddy Fender, Rubén Ramos y Joe Ely, mientras que Flaco Jiménez se limita a acompañar con su acordeón a Rodney Crowell en “Learning the Game”, recordando el tema de Buddy Holly al que el acordeón del Flaco le da el necesario toque fronterizo. Han desaparecido los miembros de Los Lobos David Hidalgo y César Rosas, de la misma forma que Steve Berlin ha dejado la producción. Sigue Dan Woodman (promotor del proyecto Los Super Seven) al que se unen en la producción Rick Clark y Charlie Sexton (que además aporta su buen hacer a las guitarras y percusiones en muchas de las canciones). Las canciones se apoyan en los instrumentos del grupo de Arizona Calexico, más una lista interminable de invitados especiales como Augie Meyers (Piano) y Max Baca (Bajo Sexto), o Lloyd Maines (Pedal Steel) y Redd Volkaert (guitarra) que acompañan a Lyle Lovett en “My Window Faces the South” un animado Western Swing que en su momento popularizara Bob Wills.

El disco empieza con “The el Burro Song”, firmada por el miembro de Calexico Joey Burns e interpretada por Raul Malo, un festivo tema al que se suma el mariachi Relámpago, que nos despierta el apetito para seguir degustando lo que venga a continuación… encontrándonos con un delicioso dúo en español de Freddy Fender y Rick Treviño, “Cupido”, que incide en la influencia mexicana del disco. Cambiamos de registro con Delbert McClinton que interpreta “Talk to Me”, una balada de Rhythm & Blues recuperada de tiempos pasados, que Sunny & the Sunliners colocaron en listas, y repite con uno de los Blues del disco, “I Live the Life I Love” de Willie Dixon. El Blues precisamente cierra el álbum, con una desnuda interpretación de “See That my Grave is Kept Clean”, original de Blind Lemon Jefferson, a cargo del desaparecido Clarence “Gatemouth” Brown con la única compañía de su guitarra eléctrica y la acústica de Charlie Sexton.

En el recorrido por la frontera nos habremos encontrado con John Hiatt cantando “I’m not that Kat Anymore”, un tema tex-mex que nos transporta a los primeros tiempos de Doug Sahm, que también firma “The Song of Everything” interpretada por un Raul Malo excepcional, que se coloca a la altura de los mejores “crooners”, arropado por una sección de metales y arreglos jazzy. Joe Ely canta en “Let her Dance”, el clásico de Bobby Fuller Four, al que se han añadido trompetas y bajo sexto, lo que junto a la voz de Ely acentúa el sabor texano de la canción. Rick Treviño también es de los que repite con “Ojitos Traidores”, donde Calexico y el Mariachi Relámpago vuelven a encontrarse.

Se nos ha quedado para el final “Heard it on the X”, tema que los ZZ Top dedicaron a las emisoras fronterizas en 1975 y que inspiró el concepto del disco, que un sorprendente Rubén Ramos saca adelante con solvencia y que nos da la oportunidad de escuchar unas pequeñas muestras de los programas de aquellas épocas pasadas.

No cabe duda que las situaciones presentes tienen su origen en el pasado. Uno de los motivos para que Texas disfrute de la rica escena musical con la que cuenta actualmente se puede encontrar contenido en este disco. Se me ha quedado en el recuerdo como el mejor álbum de 2005 que he tenido el placer de escuchar hasta la fecha.

* * * *

Para más información sobre las emisoras “X” es de lectura obligada el libro “Border Radio: Quacks, Yodelers, Pitchmen, Psychics, And Other Amazing Broadcasters Of The American Airwaves” de Gene Fowler y Bill Crawford. Publicado en 2002 por University of Texas Press.

 

David Ball - Freewheeler (2004)

David Ball - Freewheeler (2004) - 4.0 out of 5 based on 10 votes

Ratio: 4 / 5

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David BallNo se puede decir que David Ball se caracterice precisamente por su alta productividad. Freewheeler es su sexto disco en diez años, editado tres después de que Amigo viera la luz en 2001. Definitivamente alejado del establishment de Nashville, en la pequeña discográfica Acaro Records, no ha perdido su capacidad para sorprender con cada nuevo trabajo, siempre ajeno a las tendencias que marca el mercado.

Así en Freewheeler, haciendo honor al título nos acompaña despreocupadamente tanto por alegres canciones, ya sean de aire cajun como “Louisiana Melody”, o el divertido Rock’n’Rollero Honky Tonk que ya desde el título lo dice todo: “Too Much Blood in My Alcohol Level” (demasiada sangre en mi nivel de alcohol), como por tristes baladas como la jazzyMr. Teardrop” o “Nobody Told Me”. Con el añadido del melancólico discurrir del Mississippi en “I Can See Arkansas” o el inconfundible ritmo del Honky Tonk de “A Girl I Used to Know”. Más relajadas y con influencia popera, hay que dejarse llevar por “Tell Me with Your Heart” o “Yours Truly Blue”, pero no creas que hablamos del Pop sobreproducido que inunda el mainstream, manteniendo las cosas sencillas los mensajes llegan mucho más nítidamente.

Destaca especialmente algo tan original como lo que llamaré un Hawaiian-Western-Swing, “Desert Luau”, en la que una steel de ascendencia isleña domina todo el tema. El disco termina con dos de los mejores cortes del mismo, si no los mejores, el aire Western de las baladas “Violence and Lies” y la versión de “Freewheeler” de Jessie Winchester te dejan deseando que Ball se ponga a trabajar y no nos haga esperar tanto el siguiente lanzamiento.

Como último comentario destacar que muy pocos son capaces de hacer un disco tan rico en sonidos como Freewheeler con la solvencia y credibilidad de David Ball.

 

Danni Leigh - 29 Nights (1998)

Danni Leigh - 29 Nights (1998) - 4.4 out of 5 based on 11 votes

Ratio: 4 / 5

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Danni LeighHubo un tiempo, no muy lejano, en Nashville en el que era posible para una debutante como por entonces era Danni Leigh poner en el mercado un primer disco editado por una major tan profundamente enraizado en los sonidos Country como 29 Nights, sin por ello tener que renunciar a incorporar toques más contemporáneos.

Lamentablemente Decca cerró sus puertas en Enero de 1999, justo una semana antes de la prevista presentación en la radio del que sería el segundo single, precisamente la triste balada por un amor perdido en la distancia que da título al álbum “29 Nights”, de la que incluso se grabó un video. Y aunque MCA heredó muchos de los antiguos contratos de Decca, no asumió el de Danni así es que, sin la adecuada promoción, el disco no consiguió despegar en ventas.

Solo cuatro cortes no incluyen a Danni como autora, pero los escogidos están entre la auténtica élite. “Touch Me” apunta tanto a Patsy Clyne como “Crazy”, a lo que ayuda que ambas canciones lleven la firma de Willie Nelson y, citando a Danni, “la incluimos para pagar tributo a la gran música Country que era escrita con un sentido de la melodía y la composición, no son cuerdas sintetizadas las que se escuchan, es una orquesta de quince personas que estaba sentada en el estudio tocando” es decir, Countrypolitan del bueno que tiene su continuación en “I Feel a Heartache” donde, viendo el nombre de Harlan Howard junto a Kostas en los títulos de crédito, no podemos más que encontrarnos con una excelente canción en la que siente que está perdiendo a su hombre. Por otro lado “Mixed Up Mess of a Heart” teniendo en cuenta que está compuesta por Merle Haggard y Tommy Collins es evidente que nos va a llevar hasta Bakersfield, como también hacen las igualmente animadas, aunque hablen de relaciones rotas, “Teardrops, Teardrops”, “Beatin’ My Heart Against the Wall” y la de sonido más contemporáneo, y cuarta de las canciones que toma prestadas, “If the Jukebox Took Teardrops”.

La labor de los productores Mark Wright y Michael Knox, que fuera su descubridor y la llevara hasta Decca, se hace notar especialmente en ocasionales y bien colocados toques que modernizan el tradicional sonido que domina el álbum, como por ejemplo en el medio tiempo sobre una relación acabada recientemente “How Does it Feel to You” donde se pregunta cómo le va a su expareja mientras “a mí me va bien excepto cuando me acuerdo de ti, / más o menos a cada minuto”.

Con ritmos up-tempo dominando un disco saturado de steels y fiddles que arropan a una cantante que sabe muy bien qué estilo está cantando, 29 Nights es un disco de Country que suena como se supone que debería sonar un disco que se define como Country.

Muy, muy, muy recomendable.

 

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