John Anderson - All the People Are Talkin’ (1983)

John Anderson - All the People Are Talkin’ (1983) - 3.9 out of 5 based on 7 votes

Ratio: 4 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio desactivado

Justo tras el extraordinario éxito del disco Wild and Blue y, especialmente, del que fuera su single principal, “Swingin’”, John Anderson lanzaría All the People are Talkin’, su quinto álbum, en septiembre de 1983 buscando mantener lo conseguido con su predecesor. Y pese a que no consiguió igualarlo no le fue mal, pues colocaría dos singles en el Top Ten, ambos animados temas de ascendencia Rock’n’Rollera: “Let Somebody Else Drive”, cuyo mensaje de prevención contra la conducción tras beber alcohol fue adoptado en su momento por varias campañas de concienciación en esa línea, y la enérgica “Black Sheep” que, escrita por el cineasta Robert Alman y el actor Danny Darse, subiría hasta el número uno.

Anderson se ganó un puesto encuadrado entre los neotradicionalistas que volvieron a acercar el Country a sus raíces poniendo distancia con la fiebre de Urban Cowboy, y así lo encontramos especialmente brillante en el Honky Tonk con algo de Texas Swing “Blue Lights and Bubbles” (la auténtica perla del álbum) y en las espectaculares baladas plenas de sentimiento “Look What Followed Me Home” y “Call On Me”... Pero como producto de su época encontramos aquí y allá arreglos de saxofón, especialmente evidentes en el corte que abre el disco y lo da título o en la versión de “Haunted House” (una divertida canción que ya había sido éxito en listas un par de veces anteriormente), que podría pasar por un tema de influencia cajun si en vez de saxofón se hubiera utilizado un acordeón.

Los ochenta se hacen especialmente evidentes en los coros y ciertos añadidos instrumentales de “Old Mexico” (en este caso a cargo de una flauta) que quizá se quede como el corte más débil del álbum. También alejada del tono general encontramos “An Occasional Eagle”, cercana al Folk, recordando a John Denver y cuyo acompañamiento instrumental la convierte casi en una nana.

Como Anderson convirtió en habitual en sus trabajos tanto las canciones como especialmente la interpretación de All the People are Talkin’ son estelares, en este caso incorporando a temas indudablemente Country un toque de Rock’n’Roll. Un álbum a descubrir por quien no lo conozca y a mantener como oro en paño por quien ya lo tenga.

Nota: Warner ha reeditado en CD un buen número de los LPs originales de John Anderson en los ochenta, entre los que se encuentra All the People are Talkin’.

 

Cooder Graw - Shifting Gears (2001)

Cooder Graw - Shifting Gears (2001) - 3.9 out of 5 based on 7 votes

Ratio: 4 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio desactivado

Desde su base en Amarillo, Texas, la banda de Country-Rock Cooder Graw lleva ya tiempo ofreciendo su vigorizante música, de la que Shifting Gears fue la segunda entrega, profundamente conectada con la tradición country de Texas y manteniendo como seña de identidad unas letras inteligentes y maduras. Tendrá que ver que la edad de los miembros cuando este disco vio la luz oscilaba entre los treinta y largos y los cincuenta años. Desde luego no es la fórmula para conseguir alcanzar el éxito masivo.

Con la firma de Matt Martindale (vocalista de la banda) en sus doce cortes, parece que el relativo aislamiento de Amarillo respecto a la escena más multitudinaria los ha mantenido lejos de tendencias, consiguiendo así no perder el contacto con la vida y los asuntos ajenos a las grandes urbes. Las canciones nos hablan sobre personas que viven en pequeños pueblos, gente cuyas vidas no se ajustan a la fantasía moderna, a los que de alguna manera se les escapó la gran oportunidad de su vida y, desde luego, nunca ganaron un concurso de belleza. Y esas canciones sobre marginales y desposeídos están envueltas en unos arreglos Country magníficos.

La experiencia de Martindale como asistente de fiscal se nota en los caracteres y situaciones que nos cuenta. Así el tema que abre el disco y lo da título “Shifting Gears” nos habla de un Sheriff local erigido en no sólo el defensor de la Ley, sino en el encargado de impartirla a su manera... porque “puedes gritar y nadie escuchará nada”, con Martindale escarbando en su registro más profundo para añadir una efectiva amenaza a cada línea.

Encontraremos momentos tiernos y melancólicos con “God Only Knows” y “Any Old Girl”, la fina ironía de “Willie’s Guitar” (cuando el anhelo es conseguir que tu nombre figure grabado en la icónica guitarra de Willie Nelson), Honky Tonk shuffles como el cantado a dúo con Pat Green “This Hurt” o el cínico retrato del héroe deportivo de instituto venido a menos de "King of the Dairy Queen". Y hasta aquí la parte que podríamos considerar más ligera del disco.

Pero Cooder Graw tiene una faceta más profunda y que provoca un impacto emocional genuino que lleva a sus canciones más allá del pasar un agradable rato escuchándolas. Como las grandes historias, y como la misma realidad, no acaban en “y fueron felices y comieron perdices”. El mejor ejemplo es la dolorosa y patética historia del veterano de Vietnam que encuentra consuelo en la botella y en apuntar con su pistola a las condecoraciones que consiguió en la guerra que nos cuenta en "Junior's In the Yard". Por no hablar de “The Legend of Millie Stacey”, cuya protagonista “nunca tuvo un futuro, / siempre tuvo pasado. / Millie siempre tuvo un amante / durante el tiempo que duró el dinero”, o el pobre tonto del pueblo que acaba en prisión tras cometer un asesinato en “County Colors”.

Si bien es cierto que no todas las canciones alcanzan el mismo nivel (como la tópica canción de un amor roto “Better Days”), pinchar Shifting Gears es recibir un golpe de honesta, consistente, bien acabada y madura música Country. Algo de lo que no andamos muy sobrados últimamente.

 

George Strait - Here for a Good Time (2011)

George Strait - Here for a Good Time (2011) - 4.1 out of 5 based on 11 votes

Ratio: 4 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio desactivado

 

En una primera impresión el trigésimo noveno álbum de George Strait en treinta años, tras Twang editado en 2009, puede parecer una simple continuación de éste. Strait aparece riendo en la portada; como anuncia el título, con la intención de acompañarnos para pasar un buen rato; lo volvemos a encontrar en la firma de algunas de las canciones (nada menos que siete de once) compartiendo autoría con su hijo Bubba y Dean Dillon; y arranca con un medio tiempo en el que canta al amor como solución a los momentos difíciles: “Love’s Gonna Make it Alright”.

Sin embargo esa primera impresión se desmorona al comprobar que en el segundo corte, “Drinkin’ Man”, nos habla con una tristeza trágica y desoladora de un alcohólico cuyo problema se remonta a los catorce años de edad cuando empezó a beber a espaldas de sus padres y ya comprende que la bebida es y será su único amor. La continuación con “Poison” enumera unos demonios personales que no se pueden abandonar. Incluso el buen rato que quiere pasar en el tema que da título al álbum, con el característico y sutil añadido de Western Swing que Strait ha convertido en una de sus señas de identidad, en realidad es para superar y olvidar momentos amargos, diciendo que “no voy a sentarme y cantar viejas canciones tristes”. Pero eso es justamente lo que hace a lo largo de prácticamente todo el resto del álbum. De hecho, cosa no muy habitual en sus trabajos, incluye una versión de una vieja canción, “Showman’s Life” de Jesse Winchester, que se remonta a 1977. De nuevo una triste historia, en este caso la de un veterano cantante agotado y decepcionado por una vida que no ha sido la que esperaba y en la que encontramos otro detalle nada habitual invitando a una gran estrella a que le acompañe, Faith Hill.

Pero sus fans no deben preocuparse, si el tema tiene algo de autobiográfico Strait cumple como el enorme profesional que es y, tras repasar su carrera, les asegura que jamás les olvidará en el corte que cierra el álbum, más recitado que cantado, “I’ll Always Remember You”… pensándolo bien, suena a despedida ¿Quizá sí haya motivo para preocuparse? ¿Será un preludio al anuncio de su retirada? Porque así es exactamente como suena y de eso es precisamente de lo que habla.

¿Alguna esperanza entre tanta tristeza y melancolía? Por supuesto: un hombre hundido en una vida gris y una adolescente embarazada encuentran refugio en la delicada “Three Nails and a Cross” en los tres clavos y la cruz que le dan título.

Sólo otro par de temas escapan al tono general del disco, justamente los dos más animados del mismo y justamente los dos que llevan Blues en el título, quizá una fina ironía. Por un lado en el alegre y humorístico “Lone Star Blues” nos encontramos a Strait cantándonos sobre un auténtico gafe y tomándose un respiro ante tanta melancolía y tristeza. Por otro tenemos la Rock’n’Rollera canción de pesca “Blue Marlin Blues” incorporando unos recursos de producción que no se le conocían a Strait (alguno saltará de su silla cuando escuche los coros), pero que de tan ligero se convierte en simplón y rompe la melancólica y atmosférica magia que Strait va construyendo con sus canciones más pausadas.

Aunque quizá los uptempos sean los cortes que llamen la atención en una primera escucha distraída, es la profundidad de los sentimientos y las vivencias de las baladas la que dota a Here for a Good Time de su verdadero y enorme valor. La sobriedad, elegancia y naturalidad con la que George Strait saca adelante sus canciones puede hacer parecer que lo que hace es fácil… hasta que lo comparamos con otros que simplemente se quedan en el intento. Si alguien duda de por qué Strait se ha ganado su legendario estatus, sólo tiene que escuchar Here for a Good Time para entenderlo.

 

Novedades en el foro

  • No hay mensajes a mostrar

Ultimos comentarios