Desde “Still in Saigon”, la canción que estaba incluida en su LP de 1982 Windows, the Charlie Daniels Band ni siquiera se había acercado al éxito crossover del que habían disfrutado en la década de los setenta. Sin embargo, ajenos a los dictados del mercado y fieles a su sonido original, sus regulares lanzamientos encontraban buena acogida entre una audiencia quizá más reducida pero que mantenía su fidelidad a la banda, seguros de no sentirse defraudados por lo que se iban a encontrar. La banda disipa cualquier duda al respecto desde el primer corte del álbum, el poderoso Rock Sureño “Bogged Down in Line with You”.

En Powder Keg es de destacar la presencia de Ricky Skaggs en las armonías vocales del enérgico “Juanita”, donde Daniels le canta a la mujer con la que comparte la vida: “Entras a hurtadillas en casa / no son horas de llegar para una mujer casada / con el vestido sudoroso y el pintalabios hecho un desastre. / Y me sigues diciendo que todo va bien” ¿Alguien duda lo que está pasando? Desde luego él no porque, orgulloso, sentencia: “Baby, creo que debes devolverme mi anillo / porque cuando esta tarde te despiertes me habré ido / (...) Te puedes quedar con el deportivo, todo lo que quiero es mi guitarra”.

Como en otros de sus trabajos el disco tiene un tono festivo y de exaltación de la juerga, ya sea a través del retrato de un sábado por la noche en “Saturday Night U.S.A.”, que además puede servir de ejemplo de lo que se dio en llamar Country-Disco en los ochenta; como mediante una invitación al baile en “Dance With Me”; o con los aires Soul de “Love Pouring Out Of Me” o el R’n’R de “What She Do to Me”, por cierto, cantado por Taz DiGregorio, normalmente limitado a los teclados. También el guitarrista Tom Crain tiene su momento de protagonismo al cantar la única balada del álbum “Stay With Me” que, indefectiblemente, nos remontará hasta el Country-Rock de base acústica que fuera una fuerza dominante en los setenta.

No puede haber disco de Charlie Daniels sin un retrato político-social. En este caso precisamente con el amenazante y oscuro tema “Powder Keg” que le da título, donde canta sobre la violencia que subyace en la sociedad actual y que la convierte en el “barril de pólvora” del título. La segunda parte de la historia, en un tono similar, llega con “Trapped in the City” donde desea tener un par de alas para huir de “la jungla de hormigón”, donde por la noche reinan las bandas, los violentos, las prostitutas y los atracadores.

Powder Keg es un buen trabajo de the Charlie Daniels Band para quien guste de su característico sonido y del eclecticismo que hizo famoso a la banda, en el que el Country, por comparación, quizá haya perdido peso a favor de excursiones hacia el Soul y el Blues, estilos musicales, de todas formas, inconfundiblemente americanos y que han tenido presencia en su música desde siempre.

Gretchen Wilson arrancó su carrera musical profesional en 2003, tras firmar con Epic Records, lo que le llevó a editar su primer disco Here for the Party en 2004 que se convertiría en uno de los más exitosos debuts de todos los tiempos, alcanzando el quíntuple platino en EEUU (más de cinco millones de unidades vendidas).

El álbum fue precedido por el abrumador éxito de su canción bandera “Redneck Woman”, que sería el primer número uno Country de una mujer en dos años. Y es que ya era mucho tiempo de figuras femeninas de portada de revista cantando sobre profundos sentimientos envueltas en texturas que tenían de Country lo mismo que los tacones de aguja y los vestidos de noche que vestían en sus actuaciones. Las vivencias de Wilson, fruto de una corta pero dura e intensa vida, afloran en una música vitalista y real. No es de extrañar que las mejores canciones del álbum sean, precisamente, las seis que incluyen su nombre entre los autores de las mismas. Así cuando canta en su gran éxito “No soy del tipo muñeca Barbie” y repasa los artistas que admira: George Strait, Kid Rock, Lynyrd Skynrd, Charlie Daniels, Tanya Tucker, Hank Williams Jr... sabes que es cierto y notas esas influencias en su trabajo. También encontraremos una alusión implícita a Merle Haggard en el rockero tema dedicado a su pequeña población natal “Pocahontas Proud” al decir que tiene un fighting side of me que le hace no rendirse para hacer que sus conciudadanos se sientan orgullosos de ella.

No menos clara en la fiestera “Here for the Party” declarando “llevo los vaqueros un poco apretados / sólo para calentar a los chicos. / Estoy aquí por la cerveza y la tremenda banda, / me volveré un poco loca, sólo porque puedo .../ no quiero un cóctel de color púrpura, sólo Jack con hielo”. No es difícil remontarse hasta 1978 y el álbum T.N.T. de Tanya Tucker para encontrar antecedentes de la misma actitud... Y las chicas encontraron algo con lo que sentirse identificadas, empujando el tema hasta el tercer puesto en listas. Aunque tampoco hay que irse tan lejos para buscar antecedentes, encontraremos ecos de la característica interpretación vocal de Natalie Maines de las Dixie Chicks a lo largo del álbum, especialmente evidentes en la defensa de la pareja frente a una competidora “Homewrecker” que, también lanzada como single, subiría hasta el número dos.

Wilson sabe combinar en su justa medida el Country tradicional con la accesibilidad del Pop y una desafiante actitud de Rock&Roll. Basta escuchar el espectacular Honky Tonk “When I Think About Cheatin’” (número cuatro en listas) para comprobar que ha bebido de las fuentes y domina el lenguaje del Country clásico. El Pop se hace más evidente en cortes como las baladas “Holdin’ You” y la líricamente exquisita “What Happened”.

Muchos deberán hacer un esfuerzo para perdonar “Chariot”, que arranca como un poderoso blues-rock marcado por una línea de bajo resonante y un exuberante piano, pero que empieza a desmadrarse con el añadido de coros gospel, rap y el típico scratch del hip-hop (sí, rap y hip-hop). Por algún sitio tenía que salir el formar parte de la Muzik Mafia con Big & Rich, empeñados en poner de moda la imposible mezcla de Country y hip-hop. El dúo, además, aparece vocalmente en la triste historia de incomunicación de pareja “The Bed”, mientras John Rich también añade su firma a buena parte de las canciones y describe cómo conoció a Gretchen como presentación al disco.

Si se consigue perdonar “Chariot”, I’m Here for the Party se alza como un gran trabajo que enlaza de forma natural la larga tradición Country con la escena musical contemporánea. Sin duda uno de los más importantes álbumes editados en la escena Country en lo que llevamos de siglo XXI... Aunque lo cierto es que, a pesar de su espectacular éxito, no consiguió cambiar significativamente la tendencia de la Industria.

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Nota: Poco después de la edición inicial se realizó una “edición limitada” que además de diferente portada y cambiar el packaging, de la clásica caja de plástico a formato libro, añade un DVD con los vídeos de “Redneck Woman” y “Here for the Party”, galería de fotos y un documental que incluye grabaciones en directo y en acústico de “Homewrecker”, “When I Think About Cheatin’”, “When it Rains”, “Holdin’ You”, “Pocahontas Proud” y un pequeño apunte de “Here for the Party”.