Danni Leigh - A Shot of Whiskey & a Prayer (2001)

Danni Leigh - A Shot of Whiskey & a Prayer (2001) - 3.7 out of 5 based on 6 votes

Ratio: 4 / 5

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Tras su debut en 1998 con 29 Nights para Decca, Danni Leigh estrenaba compañía, Sony Monument, para el que iba a ser su segundo álbum. Pero tras un año de trabajo de grabación y promoción A Shot of Whiskey & a Prayer estuvo a punto de no salir al mercado.

Si el cierre de Decca había dejado 29 Nights editado y sin ninguna promoción, en este caso la tortilla dio la vuelta. Con el apoyo de una fuerte inversión promocional (incluyendo la grabación de un video) se lanzó como primer ‘single’ la versión del tema de Stacey Dean Campbell “Honey I Do”, sin duda el corte más en línea con lo que suena en las emisoras llamadas Country. Que ni siquiera entrara en el Top50 enfrió los ánimos de la multinacional que dejó de gastar dinero en promocionar a Danni. Se repitió el fiasco con un segundo tema con más dejes Honky Tonk y firmado por Charlie Robison, que recibiría un apoyo económico mucho menor, “I Don't Feel That Way Anymore”. Sony no tuvo paciencia para seguir apostando por construir una carrera sólida para su artista y Danni perdió su contrato... cuando el disco ¡¡todavía no había sido editado!! Unos meses después, a petición de los aficionados, A Shot of Whiskey & a Prayer, vio finalmente la luz a pesar de que su protagonista ya no estaba en nómina de la discográfica.

En el resto del álbum nos reencontramos con la Danni Leigh que gusta de visitar animados Honky Tonks en los que se disfruta de “Longnecks, Cigarrettes” mientras se intentan olvidar los recuerdos de un amor acabado. También acelerada con su versión de “Chain Gang” de Bobby Lee Springfield donde lucha por romper las cadenas que todavía la unen al hombre que la abandonó. En la parte más calmada destaca la melancólica y con un cierto aroma a 'Western' crepuscular “Shiver of Lonesome” y la romántica “Back in Your Arms Again” en la que se muestra especialmente vulnerable en su ruego por no perder a su verdadero amor.

Sin embargo, con menos temas firmados por Danni, en el tono general del álbum se percibe que el agresivo sonido Bakersfield que dominaba su primer trabajo se ha suavizado un punto. Todo hace pensar que para hacerlo más comercialmente viable. En cualquier caso su interpretación dota a buena parte de las canciones con una orgullosa y casi chulesca entonación que se impone sobre el convencionalismo en la producción de alguno de los cortes a cargo de Emory Gordy Jr y Richard Bennett.

Lección aprendida por Danni Leigh. Ante la experiencia vivida, sin hacer exclusivamente responsable a Sony de la situación y reconociendo que era muy difícil decir que no al dinero que la firma puso encima de la mesa, declaró: “las discográficas deberían apartarse del camino y dejar a los artistas hacer su trabajo. Los artistas necesitamos alzar la voz y decir: ‘Ése no soy yo. No quiero grabar esa canción’. Algunos artistas han olvidado quienes son o ni siquiera lo saben. Los artistas necesitan empezar a asumir responsabilidades. He acabado con las grandes discográficas. Quiero intentar hacer las cosas musicalmente de la mejor manera para mí”.

 

Leyla Fences - Itty Bitty Twang Twang (2012)

Leyla Fences - Itty Bitty Twang Twang (2012) - 4.5 out of 5 based on 20 votes

Ratio: 4 / 5

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Teniendo en cuenta que mi amor por el Country es tanto más apasionado cuanto más tradicional y creíble sea el artista en cuestión (en el sentido de natural o carente de artificiosidad), el debut de Leyla Fences Liars, Cheats & Fools en 2010 fue un auténtico flechazo. Podría decir que he construido una relación estable con ese disco en el que el deslumbramiento inicial se ha transformado en una cálida familiaridad, así que cuando me llegó la noticia de que Leyla preparaba nuevo trabajo para 2012 me preparé para renovar mis votos... y Leyla ha cumplido con los suyos, poniendo su firma a catorce canciones que huyen del manido positivismo del ‘mainstream’ para retratar la realidad de unas experiencias vitales que no siempre tienen un final feliz y que, además, suenan inconfundiblemente a Country.

Una camioneta (que debe dejar sitio libre cuando su propietario es “invitado” a irse definitivamente de casa), mentiras (aunque suenen bonitas al oído), lágrimas (por el amor perdido), un consejo (para hacer cada momento especial), una despedida (orgullosa a un hombre que no merece la pena), una luna de miel (que demasiado pronto se convierte en hiel), dudas (sobre si un antiguo amor todavía piensa en nosotros), el alcohol (tanto convertido en un grave problema o como bálsamo para aliviar el dolor de una relación rota), la tristeza (por la distancia que nos separa del enamorado), una mujer objeto (que acaba demostrando personalidad cuando abandona al hombre que la quiere convertir en Barbie) y el esfuerzo (preciso para mantener una relación viva) completan en Itty Bitty Twang Twang un reparto de sentimientos, experiencias y sensaciones tan real como la vida misma. Acompañados por ‘fiddles’ y ‘steel guitars’ en papeles protagonistas, con secundarios en intervenciones de lujo a cargo de mandolinas y pianos. La línea argumental y el escenario del Honky Tonk.

Y la voz de Leyla en el papel principal... tan personal como única, que nos cuenta sus historias con un guiño de complicidad. Original incluso cuando se pone romántica pues, sabiendo de sus imperfecciones, nos canta sorprendida por el hombre que la ha escogido: “algo malditamente bueno debo haber hecho en otra vida (...) / Algo realmente asombroso a la altura de la Madre Teresa”.

No sé lo que Leyla Fences habrá hecho en otra vida. Sí puedo asegurar que en ésta es capaz de alegrarle el día a cualquiera que sienta la misma pasión que yo por la música Country.

 

Red Steagall - Faith and Values (1995)

Red Steagall - Faith and Values (1995) - 3.6 out of 5 based on 7 votes

Ratio: 4 / 5

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Red Steagall es uno de los nombres fundamentales de la escena Western contemporánea, una posición conseguida tras una larga carrera musical. En su momento cercana a la tendencia más comercial de los sesenta y setenta colocando canciones suyas, en su voz o en la de otros, en listas de Country durante muchos años. Por no mencionar que fue el descubridor de Reba McEntire. Superada esa etapa más mediática, desde que en los ochenta se mudó desde Nashville a su rancho cerca de Fort Worth, Texas, sus composiciones y poesías han ganado seguidores entre aquellos que tienen corazón de Cowboy, siendo nombrado el 'Official Cowboy Poet of Texas' por el parlamento del estado de la Estrella Solitaria en 1991.

Cuando a principios de los noventa y bajo los auspicios de Michael Martin Murphey una ‘major’ como Warner decidió crear una división especializada en música Western, estaba claro que Steagall acabaría formando parte de la plantilla. Faith and Values sería su segundo disco para la nueva firma, tras Born to this Land en 1993, obtendría un premio otorgado por el ‘National Cowboy and Western Heritage Museum’ de Oklahoma City y sería su trabajo para Warner más vendido. El álbum es ciertamente personal para nuestro protagonista, que en las notas del disco nos dice:

 

Una mañana a temprana hora estaba recorriendo a caballo el Cotton Creek del Rancho 6666 en el Oeste de Texas. Me acompañaba mi querido amigo John Gaither. Nos estábamos sumergiendo en el aire de la mañana y el paisaje cuando John dijo: “Si un hombre se puede sentar aquí y decir que Dios no existe, no hay duda de que necesita estar en otro sitio”. Desde aquel día he querido grabar una colección de canciones y poemas de  cowboys que hablen de la fe y los valores. Aunque muchas familias rancheras acuden a la iglesia regularmente, algunos cowboys reconocen y loan a su Dios de una forma muy personal, especialmente con el agradecimiento por Sus creaciones.

Esta colección no intenta sermonear a nadie. Es simplemente una expresión de mi fe en mi creador y mi forma de hacerle saber que soy siempre consciente de Sus dádivas y de Su amor por nosotros.

 

Entre los once cortes de Faith And Values encontramos siete canciones y cuatro poemas. Éstos son difíciles de digerir sin un muy buen conocimiento del inglés (e incluso con él), pues son recitados sin el más somero acompañamiento instrumental. Pero las canciones son otra cosa… como el propio Red Steagall dice, sin caer en lo que podrían ser simples sermones, pues no pocos de ellos simplemente son ejemplos de los principios que rigen el mítico, austero y honesto comportamiento de los Cowboys. Su interpretación, las canciones en sí, la producción y la instrumentación redondean con su naturalidad, franqueza y directa y sencilla forma de entender la vida un armonioso conjunto tan especial que, aparte de disfrutar del mismo, te hace desear que los poemas también hubieran sido canciones.

Magnífico álbum. Pero con un aviso a navegantes: ojo con los poemas, a alguno le puede faltar tiempo para darle al botón de ‘siguiente’ en el reproductor.

 

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