Kelly Willis - Easy (2002)

Kelly Willis - Easy (2002) - 4.3 out of 5 based on 9 votes

Ratio: 4 / 5

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Definitivamente asentada en Austin (Texas) tras años intentando sin éxito hacerse un hueco en Nashville, capital del Country mediático, Kelly Willis declaró para la presentación de Easy, el que sería su quinto trabajo: “He intentado divertirme, juntar canciones que me gustan y no preocuparme por cómo iban a ser recibidas. Simplemente disfrutar”. Ese espíritu se traduce de un álbum que fluye con gracilidad y, como apunta su título, resulta fácil de escuchar, fácil de disfrutar y fácil de asimilar.

También es fácil relacionar el álbum con el característico estilo de base acústica de las Dixie Chicks, especialmente en cortes como “You Can’t Take it With You”. Y todavía es más fácil establecer conexiones adicionales con el exitoso trío si tenemos en cuenta que Kelly, por entonces, era cuñada de Emily Robison vía sus respectivos matrimonios con los hermanos Bruce y Charlie Robison (otro par de destacados miembros de la escena musical de Austin). Por si fuera poco el reputado steel-guitarrista Lloyd Maines (padre de Natalie) aparece en los títulos de crédito del disco, al que se añaden una larga y excepcional lista de colaboradores entre los que cabe destacar a Alison Krauss, Dan Tyminski y Vince Gill que se apuntan a los coros o Chris Thile (mandolina) y Chuck Prophet (guitarras) en la parte instrumental.

La insaciable voracidad de la Music City para devorar artistas y la interminable lista de brillantes intérpretes que son descartados por no conseguir los objetivos previstos, o por no acomodarse a las directrices imperantes en el negocio, tiene en Kelly Willis el lado positivo. Armada con una voz de un timbre y una expresividad excepcional aplicada a unas canciones estupendas (cinco de las cuales llevan su firma) nos hace partícipes de tiernos momentos románticos, orgullosos cortes de ruptura de una relación o temas muy personales (especialmente en la canción dedicada a su propio hijo “Reason to Believe”) donde, como en el buen Country, los sentimientos a flor de piel no se dejan caer en la sensiblería, incorporando una evidente influencia Bluegrass y realizando alguna deriva hacia el Honky Tonk como en “I Left You”.

Alejada del oropel de Nashville Kelly Willis no sólo consigue producir un disco extraordinariamente agradable sino que, por añadidura, Easy se convirtiría en su trabajo más exitoso hasta el momento.

 

Dwight Yoakam vuelve a Warner

Dwight Yoakam vuelve a Warner - 4.4 out of 5 based on 31 votes

Ratio: 4 / 5

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Dwight YoakamDespués de una década separados, se puede decir que Dwight Yoakam vuelve a casa tras el anuncio del pasado 5 de Julio de 2011 de la firma del contrato entre el artista y la discográfica.

Yoakam inició su carrera discográfica en Reprise Records, una de las firmas propiedad de Warner, con su álbum Guitars, Cadillacs, Etc., Etc., y desde entonces nada menos que veintisiete discos han sido editados por la compañía, ya sea bajo el sello Reprise o Warner.

“Estoy contento por volver a asociarme con el Warner Music Group para editar mi nueva música”, ha declarado Yoakam, “estoy emocionado por el entusiasmo con el que han expresado su deseo de ser una vez más el conducto para mis canciones y mis grabaciones, así como por el apasionante camino musical que nos espera”.

Por su parte John Esposito, Presidente de Warner Music Nashville ha declarado “Dwight Yoakam es música country. Su voz es reconocible inmediatamente y su estilo es icónico. Cuando escucho la música que hace actualmente, alucino. Creo que está a la altura de lo mejor que ha hecho nunca, estoy increíblemente orgulloso de tenerle de nuevo con nosotros en Warner Bros Records”.

El que será el nuevo disco de Yoakam, y primero de estudio desde Blame the Vain de 2005 (sin contar el tributo a Buck Owens Dwight Sings Buck, que data de 2007) está previsto para ser editado a principios de 2012 y se habla que será coproducido por Joe Chiccarelli (My Morning Jacket, The Shins, The Strokes) junto al propio Yoakam, que recientemente ha grabado unas cuantas canciones con Beck.

Nota: El disco finalmente salió al mercado el 18 de Septiembre de 2012 con el título 3 Pears. Puedes leer un comentario pinchando aquí

Foto: dirkhansen -  Licencia CC

Mandy Barnett - I’ve Got a Right to Cry (1999)

Mandy Barnett - I’ve Got a Right to Cry (1999) - 4.0 out of 5 based on 4 votes

Ratio: 4 / 5

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Es una realidad que se ha repetido a lo largo de la historia que cuando una gran estrella de la música muere en el punto álgido de su popularidad y antes de lo que le tocaría acaba convertida en mito... y entonces empieza el debate de quién ocupará el trono vacante. Si alguien merece llamarse heredera del legado de Patsy Cline esa es Mandy Barnett, y han pasado ya muchos años desde que Cline nos dejara en 1963 a los 30 años de edad. Convertida en la dominadora de las listas de Country y habiendo conseguido ampliar su éxito hasta las generales convirtiendo en standards canciones como “Crazy” o “I Fall to Pieces”.

La evidente intención de Mandy Barnett en su segundo trabajo era sumergirse completamente en el estilo que Cline llevó a su máxima expresión, para lo que como productor escogió a Owen Bradley, el mismo que merced a sus sesiones con la propia Cline definió las bases del primigenio Countrypolitan: una steel guitar dominante, acompañada por secciones de cuerdas y coros que arropan a una voz solista capaz de transmitir los incendiarios sentimientos de unas canciones que oscilan entre el romanticismo y el lamento por el amor perdido. Las aptitudes vocales de Barnett cumplen más que sobradamente en la tarea. No es una casualidad, ni la inspiración del momento, puesto que a los dieciocho años, en 1994, ya protagonizó en Nashville el musical Always… Patsy Cline.

Tristemente Owen Bradley falleció antes de ver acabado el proyecto, pero no antes de completar su trabajo en cuatro de los cortes “I’ve Got a Right to Cry”, “The Wispering Wing (Blowns on By)”, “Mistakes” y “Don’t Forget to Cry”. Mandy tiene el detalle de dedicar el álbum a su memoria y, para acabarlo, contar para producir el resto de cortes con el hermano del propio Owen, Harold Bradley (otra legendaria figura clave en la construcción de los cimientos de Nashville como capital de la música Country) y al hijo de éste, Bobby. Mientras estas cuatro canciones son perfectos ejemplos del sonido que Bradley ideó, en el resto las florituras que eran la firma de Bradley tienden a aligerarse.

Se mezclan originales con versiones. Como el Honky Tonk “Trademark”, el tema de Porter Wagoner que Carl Smith llevó al número dos en 1952. O el que fuera éxito para Don Gibson (y Tom Jones en Gran Bretaña) “Funny, Familiar, Forgotten Feelings” que apunta a los discos de Conway Twitty en los setenta; si con esta canción no sientes como se te deshace el corazón quizá deberías plantearte una visita al cardiólogo porque tiene pinta de que algo no funciona bien ahí. Por otro lado encontramos la saltarina “Falling, Falling, Falling”, el trotón ritmo de “I’m Gonna Change Everything” y no faltan coqueteos con el Jazz en “Who (Who Will It Be)” tal y como ya eran habituales en los años en que el Nashville Sound vivió su máximo esplendor.

Evidentemente que Mandy Barnett, y específicamente I’ve Got a Right to Cry aunque fuera editado por una discográfica importante como Sire, encontraran un hueco en las parrillas de los programadores de radio era un sueño imposible. Pero que el álbum no apareciera en los puestos de honor de las listas comerciales no le resta ni un ápice de su valor ni de su calidad.

Absolutamente recomendable.

 

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