En su noveno álbum (y primero -y único- para DreamWorks Records, lo que supondría su despedida de las majors), Tracy Lawrence aplica su distintiva voz a hacer equilibrios entre la suavidad de los mensajes positivos y las canciones románticas y aquellas que nos hablan de la tristeza albergada en un corazón roto. Y es que aunque lo titule Strong, Lawrence se muestra más tierno y sensible que duro y fuerte. De hecho la canción que le da nombre, “Strong”, un medio tiempo con ascendencia Pop, nos habla sobre la fuerza de una mujer que saca adelante sola a sus dos pequeñas hijas.

Los esfuerzos de Lawrence por mantenerse en un tono conciliador se hacen especialmente evidentes en suaves cortes como “Stones”, hablando de las piedras que marcan nuestra vida y que ayudan a construirla, o casi convirtiendo en una nana la melodramática “Bobby Darwin’s Daughter” cuando la protagonista de la canción, en lo más profundo de una relación casi muerta, tiene un accidente y recupera la esperanza, la fe y la alegría al recibir, convaleciente en el hospital, la promesa de su marido de que hará lo posible por cambiar.

Pero si hay una canción por la que el disco merece ser recordado es por la única que consiguió colocarse alto en las listas, la balada “Paint Me a Birmingham”, que se quedó en el cuarto puesto en la lista de singles Country, pero que se ha convertido en una de las canciones fundamentales del repertorio de Lawrence, en la que se intenta plasmar sobre un lienzo el sueño de lo que podría haber sido un amor perfecto.

Cambia el tercio con el divertido y desenfadado neo-Honky Tonk “Sawdust on Her Halo”, quizá la canción más fácil de conectar con el estilo que puso su nombre en el mainstream allá por los primeros años de la década de los noventa. Los otros dos cortes que completan la parte 'uptempo' del álbum oscilan más hacia el Rock’n’Roll, “It’s All How You Look At It” (cantando a la importancia de enfrentarse a la vida con optimismo) y “What the Flames Feel Like” (nuevamente sobre lo positivo de las segundas oportunidades).

Encontramos un homenaje a los cuerpos de seguridad en “Think ofMe” y una oda a la realidad de la vida por encima de la fantasía de los guiones de cine en “Anywhere But Hollywood”, mientras resulta original y curiosa la forma que tiene de descubrir que el amor de su pareja ha muerto en “The Questionaire”… al leer las respuestas que ésta ha escrito en un test titulado "¿Él todavía te quiere?" de la revista Vogue donde Tracy saca a relucir su gran talento interpretativo, convirtiéndola en otro de los momentos álgidos del álbum.

Como extra al colocar el CD en el ordenador tendremos acceso a doce minutos de entrevista con Lawrence que nos habla de su crecimiento como persona y artista y algunas imágenes de 'backstage'.

Hubo un tiempo en que Tracy Lawrence era famoso por sus escándalos y tropezones con la justicia. En Strong se muestra redimido, orgulloso de la vida familiar (un par de fotos con sus hijos adornan el libreto) y se concentra en lanzarnos canciones con mensaje vital (explícito o implícito). No soy quien para dudar de su redención y sus buenas intenciones, aunque en la presentación del disco ya diga “si quieres tener éxito tienes que adaptarte y evolucionar, y creo que este disco refleja mi esfuerzo en ese camino” así es que en Strong ni encontramos, ni se esperan encontrar, sorpresas más allá de lo que las radios definidas como Country buscan para sus parrillas… Personalmente me creía más al Tracy Lawrence que hace años nos cantaba que “si los buenos mueren jóvenes, yo voy a vivir para siempre”.

Como ya he dicho (miles de veces, creo), el bluegrass no es mi estilo favorito, y los discos con un artista y solo su guitarra menos. Pero este es un disco que me cautivó cuando lo oí, me transporta a la América más rural, algo que me encanta.

Tony Rice es uno de esos músicos que han sido influenciados por muchos estilos de música, algo que luego exhibe en la suya. Se graduó en grupos tan importantes como Bluegrass Alliance, J. D. Crowe y David Grisman Quintet. En algún álbum de estos grupos fue descrito  como "el guitarrista vivo más importante del bluegrass", y en Church Street Blues desde luego que lo demuestra. Es un disco difícil de escuchar, lo reconozco, exceptuando en tres de las canciones aparece solo con su guitarra, en las otras tres le echa una mano su hermano Wyatt, es difícil destacar alguna canción ya que el ritmo es similar en todas ellas, pero en las que canta (tiene tres instrumentales) me hace soñar con parajes extraordinarios.

Un disco para amantes de la guitarra acústica de un hombre con mucho talento, realizado, como no, en Sugar Hill Records.