Hot Club of Cowtown, the - Swingin’ Stampede (1998)
Como apuntan en la portada de Swingin’ Stampede, el que fuera su disco debut en 1998, y el propio nombre del trío formado por Whit Smith (guitarra y voz), Elana Fremerman (fiddle y voz) y Billy Horton (contrabajo y coros), the Hot Club of Cowtown sólo pueden definirse por el eclecticismo, el buen gusto y la originalidad.
De origen lejano al Estado de la Estrella Solitaria, pero inconfundiblemente texanos, firmemente retro y magistrales en la ejecución de unos temas en los que dominan las versiones. En Swingin’ Stampede acentúan el componente Jazz que está en la base del Western Swing que una vez fue la música más popular de buena parte de EE.UU. De hecho, hacen alarde de ello y no pretenden engañar a nadie. Los subtítulos de la excepcional portada (una auténtica obra de arte como tarjeta de presentación) ya anuncian “playing hot Jazz & Western Swing” y lo subrayan con “Hot Jazz, Hot Swing, Hot Club”. No se puede decir que no estés avisado de lo que te espera al pinchar un álbum en el que tampoco olvidan incluir cortes cuyo peso cae del lado Western de la fórmula.
Lejos del gran número de componentes que suelen ser característicos de las bandas del estilo, en el formato de trío éste toma una nueva dimensión. Más sencilla y en la que es más fácil apreciar sus raíces, pero igualmente sorprendente al oído. Una música pensada en su concepción original para divertirse y pasarlo bien en enormes salas de baile pero que en este formato no pierde un ápice de brillantez. De todas formas se refuerzan para algunos de los cortes con nombres como Johnny Gimble, una leyenda del fiddle con Swing que aporta su sabiduría a auténticos standars como “Ida Red” (en la parte Western) o “Sweet Jenny Lee” (en la Swing-Jazz), a la que también se añaden T Jarrod Bonta (piano) y Jeremy Wakefield (steel guitar) convirtiendo este corte en uno de los más divertidos del álbum. Incluso rompiendo la dominante instrumentación de cuerdas escucharemos un acordeón, exprimido por Mike Maddux, en el delicado instrumental “T and J Waltz”.
El disco alterna instrumentales con canciones vocales, 'reels' y 'waltzes', baladas y desatados 'uptempos', George Gershwin y Spade Cooley, en definitiva Jazz y Hillbilly. Aunque hay que reconocer que las voces de Whit Smith y Elana Fremerman no se cuentan entre las mejores de la historia de la música, sin embargo no pretenden ir más allá de donde pueden llegar y con su convincente y honesta interpretación vocal, junto a una labor instrumental magnífica, suplen cualquier carencia en este aspecto.
Swingin’ Stampede se convierte en un excepcional trabajo que merece el esfuerzo de una escucha reposada para disfrutar de toda la riqueza de matices que concentra su sencillez.
Comentarios
Tengo un par de discos suyos más. Y a mí me gustan.
En Tall Tales incorporan sonidos de Nueva Orleans a la receta. Mientras en Ghost Train el peso de las canciones recae en temas propios en vez de en versiones como es más habitual en ellos.
Efectivamente Elana James y Elana Fremerman son la misma persona (según internet el primero es el nombre después de casada). Y creo que sí tiene algo en solitario, pero no puedo dar opinión porque no lo he escuchado.
Si lo que más te ha gustado del disco es el fiddle yo iría a por ese álbum, puesto que ella es la fiddler del trío.
He visto que tienen más discos, ¿los has escuchado?.
Otra cosa, ¿la chica, ha grabado en solitario como Elana James"