Moot Davis - Moot Davis (2003)

Moot Davis - Moot Davis (2003) - 3.6 out of 5 based on 8 votes

Ratio: 4 / 5

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El primer álbum de Moot Davis tomó su propio nombre como título y fue recibido con entusiastas elogios por la crítica, que alabó tanto sus canciones (los diez cortes llevan su firma) como su apasionada forma de interpretarlas. Rítmico Honky Tonk con alma, herencia directa de las grandes leyendas pioneras del estilo como Hank Williams y Webb Pierce.

Todo en el disco apunta a aquella brillante época en la que se definían las bases del estilo. Los temas tratados: mujeres traicioneras, el alcohol que se consume para olvidarlas (como la espectacular “Whiskey Town” que sería incluida en la película Crash, con Sandra Bullock y Matt Dillon entre otros, estrenada en 2005), los lugares donde se bebe, el camino que se recorre hacia ningún destino... y la inexorable soledad, tristeza y dolor que alcanzará al protagonista como consecuencia de todo ello. La forma de interpretarlos, con el corazón puesto en cada canción, cada línea, cada palabra y cada suspiro. La instrumentación, plagada de cuerdas acústicas, con la steel y el fiddle protagonistas y la guitarra eléctrica empezando a hacer aparición, con la batería tan de fondo que casi pasa desapercibida y todos los instrumentos manteniendo su individualidad en un conjunto armonioso que permite identificarlos particularmente. Sólo una trompeta se sale del guión reforzando la crepuscular atmósfera del Country-Blues “Last Train Home”.

Por último a destacar la brillante producción de Pete Anderson, aplicándose a la actualización en el siglo XXI de aquellos sonidos. Su firma es especialmente evidente en “Jug of Wine”, que con su aire Bluegrass no deja de recordar al mejor Dwight Yoakam.

Una joya de disco. Country que suena exactamente como me apasiona que suene el Country. Si hay un reparo que deba mencionarse es que el último corte llega demasiado pronto.

Gary Stewart - I’m a Texan (1993)

Gary Stewart - I’m a Texan (1993) - 4.1 out of 5 based on 7 votes

Ratio: 4 / 5

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En un pequeño comentario de las notas de I’m a Texan, el que fuera segundo trabajo de Gary Stewart en el intento de reverdecer laureles en los noventa del que había sido autor en 1975 de Out of Hand, uno de los mejores discos de Honky Tonk jamás editados, se nos explica lo siguiente: “Gary Stewart nació en Kentucky y vive en Florida. Pero prácticamente cualquier fin de semana por la noche durante muchos años ha estado sentando cátedra en los locales de Texas. Si preguntas a cualquiera de las decenas de miles de fans de Gary Stewart en el Estado de la Estrella Solitaria te responderá -si alguien puede decir: ‘Soy Texano’, ése es Gary Stewart”. Y en el tema que da título al álbum, una balada a ritmo de 'waltz', Stewart se reafirma como tal declarando: “Soy texano... más salvaje que el viento del Oeste”.

Desde luego la inmersión de Stewart en la escena texana fue total, perfecto ejemplo del eclecticismo y la libertad que es tan valorada por los seguidores de la misma y que caracteriza a tantos de los artistas que consiguen hacerse un nombre en el estado de la Estrella Solitaria.

Para empezar nos da la bienvenida con el animado Honky Tonk “Come On In”, que convive con la orgullosa y bluesera “Stompin’ Grounds”, el Blues de “It’s True”, Rock’n’Rolls alimentados por el piano como “Honky Tonk Harwood Floor” y ”Draggin’ the Leather” y de vuelta al Honky Tonk en el que la steel es el instrumento dominante con “Make it a Double”... aunque creo que es el único Honky Tonk que recuerdo en el que también se puede escuchar un xilófono añadiendo un aire fronterizo.

En cuanto a los temas tratados no faltan cheatin’ (la balada de ascendencia Pop “Two More Fools”) y drinkin’ songs (“Hand me Another”, cuya producción es herencia directa de la década de los ochenta). Incluso se atreve con algunas versiones como el clásico del Rhythm and Blues “One Night”, que también cantara Elvis o la triste balada “Dark End of the Street” ya grabada en los setenta, entre otros, por los Flying Burrito Brothers y Linda Rondstadt, y que Stewart, como en un buen número de cortes del álbum, nos ofrece magníficamente apoyado en la parte vocal por Tracy Nelson.

No se puede decir que todos los cortes de I’m a Texan alcancen la misma brillantez, ni que estén a la altura de los fundamentales trabajos de Stewart en los años setenta. Pero aquellos temas que funcionan permiten disfrutar del personal estilo Gary Stewart, siempre en el filo y que jamás se dejó llevar por la corriente.

Sons of the San Joaquin - From Whence Came the Cowboy (1995)

Sons of the San Joaquin - From Whence Came the Cowboy (1995) - 3.6 out of 5 based on 15 votes

Ratio: 4 / 5

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En sus primeros trabajos para Warner, A Cowboy Has to Sing y Songs of the Silver Screen, el trío Sons of the San Joaquin se limitaban a versionar canciones de la época dorada del Western, cuando los 'singing cowboys' del celuloide eran ídolos de masas de la música popular norteamericana. Pero en su crecimiento y evolución como artistas era inevitable que llegara el momento de trabajar con temas propios.

 

En From Whence Came the Cowboy la mayoría de cortes llevan la firma de Jack Hannah. Mientras, cobra especial protagonismo la gentil y expresiva voz de su hermano Joe y, en general, predominan las canciones interpretadas por uno de los miembros como voz solista y los otros dos sumándose en los coros frente a las habituales canciones ricas en alegres y saltarinas combinaciones vocales y yodels a tres voces. En aquella línea todavía encontramos ejemplos como la apertura del álbum con “Ridin’ Fort he Roundup in the Springtime”. También en la parte instrumental las cosas parecen haber cambiado, los arcos de los violines se deslizan con más suavidad, las guitarras se puntean más pausadamente, para un resultado que en su conjunto resulta más melódico y elegante. Incluso en la romántica “Is It Because…” hace aparición un clarinete turnándose con el fiddle y la guitarra acústica, aproximándola al estilo de los clásicos crooners.

 

No pueden faltar un par de versiones de temas tradicionales, “Night Herding Song” y “Whoopie Ti-Yi-Yo”. La primera una delicada y estupenda interpretación a capella que se convierte en una canción de cuna para tranquilizar al ganado y evitar la temida estampida y la segunda en las que el trío sigue demostrando su excelencia creando texturas jugando con sus voces en alegre armonía.

 

Pero es en las letras de las nuevas composiciones donde demuestran que su inmersión en el Western no se queda sólo en haber escuchado mucho a los Sons of the Pioneers, su principal influencia. Sus canciones propias son tan evocadoras y fascinantes como los grandes clásicos del estilo. Ya sea cantando sobre los orígenes y evolución de los Cowboys, casi un documental histórico contenido en los versos de una canción, desde la llegada de los primeros caballos españoles a América, la influencia mexicana, los Cowboys de raza negra (que los hubo y muchos), hasta llegar a nuestros días en la brillantísima “From Whence Came the Cowboy” o en el romántico homenaje a las mujeres que conquistaron el Oeste, cantado a dúo con Molly O’Brien, “Prairie Girl”. También hay que destacar la mágica poesía que es capaz de destilar el autor de “Wyoming on My Mind”… en este caso nada menos que Charlie Daniels.

 

Si eres de esas personas a las que soñar con la épica del Lejano Oeste y con terrenos abiertos en los que un hombre vale tanto como su caballo todavía te provoca una emoción muy especial no lo dudes, los Sons of the San Joaquin te acercarán directamente hasta allí y From Whence Came the Cowboy es un medio de transporte excelente.

 

Permíteme un consejo: déjate llevar.

 

 

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