Con la ruta desde Oklahoma a Nashville iluminada por iconos de la talla de Garth Brooks, Vince Gill, Toby Keith y Blake Shelton, se alza una nueva revelación Okie con aspiraciones de integrarse en este universo de los elegidos. Solo el tiempo dirá si Shane Wyatt ha superado la prueba , pero el multifacético cantante/compositor ya esta solicitando su sitio entre los grandes, cabalgando libre y salvaje, con su album debut The Last Cowboy ,grabado en sello independiente y en el que ha escrito todas las canciones .

Shane Wyatt, nacido en una pequeña localidad de Oklahoma, y criado en una familia de cowboys y camioneros, no es raro que a temprana edad sintiera una inclinación natural hacia la musica country y el estilo de vida cowboy. A la edad de 10 años, empezo a tocar el violín, tomando lecciones del legendario Benny Kubiak, afamado maestro de violín. Durante su adolescencia estuvo tocando con bandas locales de músicos adolescentes como él, y más tarde con músicos profesionales. Aprendió a tocar la guitarra a los 14 , y poco después nos encontramos a Shane perfeccionando su estilo a la guitarra y añadiendo la música a las canciones que había escrito. Impenitente admirador de músicos de la talla de Hank Williams, Jr., Garth Brooks, y Chris LeDoux, siempre soñó con parecerse a sus idolos.

La forma de escribir de Shane Wyatt esta fuertemente influenciada por el estilo sentimental y melancólico de interpretes country en los que se hacen evidentes sus penas y alegrías en cada tema que interpretan - Keith Whitley, Merle Haggard y Alan Jackson.

Shane, empezó tocando en pequeños locales, y con conciertos acústicos, para comprobar la aceptación que tenían las canciones que había escrito, mediante la observación de la reacción del público.

En 2008 debuta en Nashville este nativo de Oklahoma con su primer album “The Last Cowboy”. Potente energia y autentica música country.

Fan de Jason Aldean, contacta con el productor del álbum del 2007 de Aldean “Relentless”, Michael Knox, quien lo pone en contacto con Mike Noble, el coordinador de estudio para el album de Jason Aldean. Noble le proporcionó los mejores músicos de sesión de Nashville: batería Shawn Fichter (Trisha Yearwood), bajista Jimmy Carter (Dierks Bentley, Tim McGraw), guitarrista Mike Durham (McGraw, Dave Matthews), violín Glen Duncan (Shania Twain, Kenny Chesney), pedal steel Russ Pahl (Rascal Flatts, Trace Adkins) y voces Thom Flora (George Strait).

Shane Wyatt es una auténtica revelación dentro del panorama del New Country actual y este es su álbum debut. Otro recién llegado que apunta maneras para quedarse.

La mezcla de estilos en sus canciones es un claro reflejo de sus influencias – new country, baladas, ribeteadas declaraciones de amor, cowboy, y canciones que son pura energía, todo ello interpretado con un estilo auténtico que surge del corazón y aderezado con una estupenda voz de barítono, hace que nos encontremos con un interprete de peso, y -me atrevería a decir- que a veces me recuerda a Josh Turner.

Todas las canciones del álbum podrían perfectamente convertirse en singles, habitualmente estamos acostumbrados a encontrarnos un par de temas de cada disco que resaltan más que el resto, pero aquí todos son buenos, perfecto material de radio FM.

Empezando por “Waiting for Forever”, una solida canción que te va preparando para lo que viene a continuación, la espera interminable de un chico tímido que no se atreve adeclararse a su amada; le sigue “The Last Cowboy“, el tema que da título al disco, una historia de caza en la que su abuelo le transmite la antorcha para mantener viva la vieja tradición del estilo de vida cowboy, sobre la semblanza de un cowboy que cabalgaba un caballo dorado con un corazon de oro, un tema perfecto y un claro número uno que me recuerda al "Cowboy Bill" de Garth Brooks, canciones como “Princess” y “Whole Lotta Love”, sobre un hombre realmente enamorado que respira amor por todos sus poros, canción con buen ritmo, nos traen inmediatamente a la mente a Alan Jackson, siendo las típicas canciones que no pueden faltar nunca en la máquina de discos de un Honky-Tonk Bar. “Just Married“, sobre la ilusion de unos recien casados que inician una vida en comun, y la pérdida posterior del amor, revisitado en viejas fotos desgastadas y grises, balada lenta y con unos solos de violin excelentes, “Lord Help Me”, sobre la impotencia para manifestar los propios sentimientos, bello tema a medio tiempo,“Fly Away“, una preciosa balada que te traslada inmediatamente a otro lugar lejano cuando se tiene la sensación de haber encontrado al primer y definitivo amor, “She could do better”, ella pudo haberlo hecho mejor, nunca te hizo feliz del todo, estupenda balada, soberbio violín, ”Love You too Much”, ¿te he dicho alguna vez que no puedo dormir a menos que tú estés a mi lado? y ¿que no puedo vivir sin sentir el contacto de tu piel?, ya está todo dicho; “Happy Hour“ , ni tomándose unas cervezas con sus amigos, ni hablando con ellos de amores pasados, este hombre no puede quitarse a su chica de su mente,“ The Big Bad Dog “, un fabuloso camión, de los que cruzan de costa a costa los Estados Unidos, por las autopistas americanas, de nombre- Black Dog 18 wheeler- ,todo un tributo a la velocidad y a los sufridos camioneros.

Disco muy recomendable, soberbia producción y excelente factura.

Un cowboy honesto, sin filtros ni aditivos, quizás ¿el último Cowboy?

Dale Watson resume los últimos años de su vida con un dicho “si quieres que Dios se ría de ti, haz planes”. Tras recuperarse de una tragedia personal que acabó con su internamiento en un sanatorio mental, el cantante tradicionalista con base en Austin retomó su carrera en 2005, pese a que por aquel entonces se le pasó por la cabeza abandonar la música definitivamente…

¿Por qué? Simplemente porque sus hijos, de 13 y 7 años se trasladaron con su ex-mujer desde Texas a Maryland, lo que suponía un gran problema para Dale. “Quería estar más cerca de mis hijos, y la música me estaba apartando de ellos”, explicaba. “Me encontraba en una situación sin salida, tenía que trabajar mucho para poder permitirme los billetes de avión para ir a visitarlos. Una vez allí no podía soportar la idea de dejarlos para tener que volver y empezar de nuevo para volver a verlos”. Watson rezó buscando una solución, cuando se había resignado a buscar un trabajo en la zona de Baltimore, las cosas empezaron a mejorar.

“Llegó Palo Duro, y firmé para un nuevo disco ('Whiskey or God'), tuve la oportunidad de trabajar en la película ‘Austin Angel’ y el documental ('Crazy Again') se hizo y se terminó. Y, Continental Airlines puso su granito de arena. Trabajando con ellos a través de la Blue Harbor Association – que ofrece ayuda a la gente con enfermedades mentales – conseguí billetes gratis una vez al mes para poder ir a ver a mis hijos. Así es que han hecho posible que siga viviendo en Austin. Puedo volar hasta ellos una vez al mes y mantener mi carrera. Así es que es maravilloso cómo ha encajado todo”. Irónicamente los hijos de Dale ignoran que éste es uno de los más reconocidos Honky Tonkers de la escena actual. “Saben que canto”, ríe, “pero no sé si realmente saben todo lo que hago. De vez en cuando ven mi cara en la TV o en el periódico. De cualquier manera no creo que piensen mucho sobre ello”.

Conocido como un defensor incondicional y beligerante de la música Country tradicional, el nativo de Alabama empezó su carrera a los 15 años tocando en locales de Texas con su hermano Jim en una banda que se llamó the Classic Country Band. “Mis influencias son las de mi padre”, recuerda. “Cuando pinchaba sus discos, cada domingo por la mañana, nos despertábamos con el sonido de su guitarra acompañando a la radio o a algunos de sus discos, como los viejos Lefty Frizzell y Hank Williams, o George Jones, cosas como esas”.

Un autor de canciones prolífico y un maestro actual del sonido Bakersfield, Watson rechaza ser considerado simplemente un artista retro. “Eso ha sido lo más duro, convencer a la gente sobre mi música. Sin duda sigue la estela del material de Merle Haggard, Buck Owens, Johnny Cash o Bob Wills. Pero es nueva música, habla de temas que me pasan y que pueden pasar a cualquiera hoy mismo. Es una nueva casa construida siguiendo un viejo plano”.

Muchas de esas influencias pueden escucharse en el disco lanzado con Palo Duro, "Whiskey or God".La mayor parte de las canciones del disco fueron improvisadas sobre un escenario. Algunas fueron escritas durante el punto más duro de la vida de Dale Wason. “Darlin' Look at Me Now”,' fue compuesta mientras estaba ingresado en el Austin State Hospital. “Por si la gente no lo sabe ese es el manicomio local”, aclara con humor el propio Watson. “Es un gran lugar y me ayudaron muchísimo. Escribí esa canción mientras estaba allí, así es como acabé tras la pérdida de mi novia en un accidente de coche. Fueron dos años de dolor los que me llevaron allí. 'I Wish I Was Crazy Again' habla de cuando estaba en ese estado. Pensaba que podía hablar con ellay escucharla. Me faltaba una tuerca, pero era feliz porque me reunía con ella”.

Terri Lynn Herbert falleció el 15 de septiembre de 2000. “Terri y yo sólo estuvimos juntos cuatro meses. Es alucinante el poco tiempo que se necesita para construir algo”. El shock por la muerte de Terri condujo al cantante a un estado espiritual. “Busqué parapsicólogos que me leyeran el tarot, acabé con la güija, y finalmente a cosas más allá, incluso escritura automática, entonces empecé a escuchar a Terri”, recuerda. “Mi novia se había convertido en una guía espiritual. Nadie podría haber pensado que acabaría así. Pero lo hice. Y encontraba mucho alivio en ello. Esa era la parte bonita. Entonces se convirtió en algo más religioso, hablando con Jesús. Cuanto te imaginas que estás paseando mientras charlas con Jesús es algo muy bueno. Ahí es donde pensaba que estaba. No quería dejarlo. Pero entonces, aquella voz, se convirtió en otra cosa. No escuchaba ni a mi novia, ni a mi guía, ni a Jesús, escuchaba al demonio. Se convirtió en algo malo. Afortunadamente lo he superado. Pero durante un tiempo fue un momento de euforia”.

Tras un intento de suicidio y un breve tiempo internado en una institución mental, Watson le hizo una promesa a Dios. “Hice un acuerdo”, dice. “Si podía escapar de todo aquello haría un álbum de gospel y escribiría un libro sobre todo lo que atravesé”.Una de aquellas promesas ya la ha cumplido editando “Help Your Lord” su colección de canciones religiosas compuestas por él mismo vio la luz en 2008. La otra se cumplirá con la publicación de "A Deal with the Devil to Get Her Back". “Lo escribí muy rápido, y durante una buena parte de él todavía estaba bajo la influencia de lo que fuera mi estado mental en aquel momento”, dice del libro. “Acababa de salir del manicomio. Me llevó algo más de un año poder enfrentarme al manuscrito. Ahora puedo mirar atrás con claridad sin las nubes de la aflicción. Puedo ver las cosas de forma algo más objetiva”.

El contenido de ese manuscrito desembocó en el papel protagonista de la película de Zalman King, “Austin Angel”. Según el propio Watson “King buscaba al protagonista para el musical Country ‘Austin Angel’. Es la historia de un hombre que vende su alma al diablo para salvar a su hija. Es un musical en todos los aspectos. Cuando buscaban a alguien fue Ray Benson (Asleep at the Wheel) el que sugirió mi nombre, porque querían que Ray fuera el productor musical. Eso fue hace unos tres años. Pasó un año y finalmente Zalman y su socio Rod Harris (el autor de la obra) me lo propusieron. Les expliqué que precisamente había escrito algo parecido, y dijeron ‘veámoslo’”. Sorprendidos por las similitudes entre la historia personal de Watson y su guión, le propusieron protagonizar la película. La película ha avanzado lentamente, debido a problemas de agenda, correcciones, abogados y similares. Se seguirá trabajando durante este año, mientras David Carradine ya ha firmado para encarnar al demonio.“Mientras tanto”, cuenta Watson, “Zalman King que ya había filmado una gran cantidad de material, me habló sobre hacer un docudrama sobre lo que me pasó en 2002. Utilizaría una buena parte de las tomas desechadas y añadiría nuevas tomas. Asentí y el documental ‘Crazy Again’ se terminó muy rápido”.

Sobre si se siente extraño al ver sus propios desórdenes en la pantalla, Watson explica “sí, es muy incómodo. Es como estar desnudo. Pero estoy muy contento de que se haya hecho porque veo a la gente con lágrimas en los ojos porque han pasado por algo similar. Creo que es una lección de vida. No hay nada por lo que pasemos que lo hagamos totalmente solos”. “Crazy Again” se estrenó en el Austin Film Festival y se proyectará en varios festivales más en EEUU. Por último Dale Watson nos aclara “He resuelto totalmente la crisis de fe que se muestra en el título de mi nuevo disco ‘Whiskey or God?’. Es una de las cosas por las que he rezado. ‘Si esto es lo que tengo que hacer, aparece y ayúdame a hacerlo’. Y Él lo hizo. Estaba a punto de dejar este negocio, y el hombre de ahí arriba hizo cambiar las cosas. No intentaré rebelarme de nuevo. He recibido mucho calor de la gente por lo que hago, siento que no lucharé contra Dios otra vez. Hago lo que hago, dejemos que las cosas pasen solas”.