Hayseed Dixie debutaron en 2001 con su homenaje Bluegrass a… AC/DC. Y a la vez hicieron pública la historia del grupo de montañeses que descubrieron unos viejos vinilos de la mítica banda australiana de Heavy en un coche accidentado. Algo que supuso que prácticamente cambiara su visión del mundo, creyendo que la “Lost Highway” de Hank Williams y la “Highway to Hell” de AC/DC eran la misma carretera.

Lo cierto es que con estos antecedentes parece difícil tomárselos en serio. Lo cual, todo sea dicho, es algo que no pretenden. En su propuesta hay tanto de humor (con una puesta en escena llena de guiños a los amantes del rock duro) como de buena música, pues las transformaciones a las que someten a los temas originales no se puede negar que funcionan. Tampoco cabe duda de que han conseguido una notoriedad que les permite mantener su apuesta.

En este A Hillbilly Tribute to Mountain Love, su segundo trabajo, amplían el espectro de sus influencias. Así nos encontramos con versiones de “My Best Friend’s Girl” de los Cars o “Centerfold” de la J.Geils Band, convertidos en saltarines temas montañeses. La instrumentación no puede estar más alejada de la utilizada inicialmente en estas canciones; aquí encontramos guitarra (acústica, por supuesto), fiddle, bajo, banjo y mandolina (ni siquiera batería)… y los coros, lo más remarcable, pues pese a mantener esa cercanía con el original, que los hace familiares, están ejecutados de forma más acorde con las tradiciones de los Apalaches que con los grupos originales que los inspiran.

En una línea similar a los temas ya mencionados nos ofrecen “Walk this Way” de Aerosmith, “Feel Like Making Love” de Bad Company, o “Fat Bottom Girls” de Queen, entre otros.

Dos canciones originales completan el disco “The Perfect Woman”, un Honky Tonk acústico y divertido, y “I’m Keeping your Poop”, una balada romántica que nos habla de… mejor que cada uno traduzca el título y entenderá hasta dónde puede llegar un Hillbilly enamorado.

Si tuviéramos que describir el grupo con un par de palabras, éstas serían buen humor. En cuanto a su música... ellos mismos la han bautizado como RockGrass. Por último, A Hillbilly Tribute to Mountain Love en particular, es divertido, animado y, superando cualquier prejuicio, muy fácil de disfrutar.

Cuando una figura de la talla creativa e interpretativa y con la madurez de Gail Davies se sienta a respirar y decide repasar su carrera, no se espera que lo haga siguiendo los parámetros clásicos. Esto es, recogiendo sus canciones más populares y editándolas bajo el título Greatest Hits, Ultimate Colection o Best of.. al uso. Esa etapa ya la ha superado.

La misma mujer que rompió moldes en Nashville cuando decidió que produciría sus propios álbumes nos ofrece en este doble disco nada menos que cuarenta y cinco canciones que han salido de su pluma, incluyendo algunos de sus éxitos junto con nuevas grabaciones. Y lo hace rodeada de una larga lista de músicos de primerísima línea, con los que ha coincidido en un camino que se inició hace más de tres décadas. Por citar sólo unos pocos, encontramos figuras de la talla de Sam Bush (mandolina/fiddle), Jerry Douglas (Dobro), Kevin Welch (guitarra acústica) o Kathy Mathea y Vince Gill (voces).

Dominando todos y cada uno de los cortes está la voz de Davies, que se nos muestra a veces sensible, a veces suplicante, a veces dolida, a veces esperanzada, a veces dubitativa, otras dando lecciones, a veces orgullosa, a veces feliz, otras triste o melancólica y, en ocasiones, casi rota… pero siempre sincera.

Aquí lo más importante son las canciones. La voz siempre upfront, dominando absolutamente a la instrumentación que la acompaña, casi estrictamente acústica. El esfuerzo está puesto en transmitir sentimientos. En cada una de las canciones la sublime interpretación de Davies, apoyada en unos fraseos diáfanos, consigue el objetivo sin necesidad de alardes vocales ni gorgoritos, con una naturalidad y una solvencia que sirve de guía para las nuevas generaciones de intérpretes.

Un disco sin ningún punto débil y en el que resulta prácticamente imposible destacar un corte sobre el siguiente o el que le precede, poder decir eso de un doble disco con 150 minutos de música no es moco de pavo.

Música de altísima calidad. Tan por encima de la media, que se sale de la tabla.

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Si queréis saber más sobre Gail Davies podéis leer una magnífica entrevista que está colgada en la página de la AMCU, la Asociación de Música Country de Uruguay. O visitar su página web, que también incluye una biografía en español.