Billy Yates - That’s Why I Run (2008)
Ratio: 4 / 5
En este séptimo trabajo de Billy Yates, y sexto desde que abandonara Columbia y decidiera fundar su propia discográfica M.O.D. (My Own Damn) Record Label, Yates juega de nuevo sus cartas como autor de canciones y como solvente intérprete al que la definición que mejor encaja es la de Nuevo Tradicionalista.
El disco arranca con “Like a Radio”, una animada canción que parece extraída directamente de uno de los primeros discos de Brooks & Dunn. Y es que la voz de Yates, poseedor de un agradable twang, no deja de recordarnos a algunos de los grandes nombres de los 90. Hasta el final del disco con la delicada y espiritual “A Man Who Knows”, las características que llevaron al New Country a convertirse en la música de más éxito en EEUU son fácilmente identificables en todas y cada una de las canciones. Predominan las baladas, entre las que brillan especialmente, por citar algunas, “I Don’t Know How to Live”, “Standin’ in My Way” o “Life” que da la sensación de ser un tema compuesto pensando en George Strait para interpretarlo.
También encontramos canciones que aprovechan la vida del Rodeo, “There When He Falls; que nos transmitirán las verdaderas alegrías de la vida, la divertida y animada “Happy”, que a alguno puede recordar a Brad Paisley; o que, inevitablemente en un disco de Country, nos hablarán de corazones rotos como “She Didn’t Say A Word” y el medio tiempo con cierto aire fronterizo “Take Me Back and Keep Me There”.
Un disco agradable y sin estridencias, sencillo en la producción y construido alrededor de unas canciones y la voz de un artista que, con el corazón en la mano, es capaz de transmitir los mensajes que contienen, que para eso las ha escrito. Quizá parezca una descripción muy simple ¿pero es que acaso hace falta añadir algo más para definir el Country?
En 1980 
Billy Yates, nacido en 1963 en Doniphan, Michigan, consiguió un único top 40 en 1997 con “Flowers”. La canción estaba incluida en su disco de debut de 1997 con Almo Sounds, la desaparición de esta discográfica le llevó a firmar con Columbia, pero la relación no se tradujo en un nuevo disco, por lo que abandonó la firma. La pérdida de contacto con las majors le llevó en 2001 a fundar su propia discográfica M.O.D. (My Own Damn) Record Label, a través de la cual nos sigue ofreciendo su música.