Wandering Eyes, the - Songs of Forbidden Love (1998)
Ratio: 4 / 5
El Country se ha caracterizado tradicionalmente por hablar de la realidad que nos rodea de forma clara y directa y hubo un tiempo en la música Country en que cantar sobre engañar a la pareja (poner los cuernos, vamos) no era extraño, incluso se convirtió en un pequeño subgénero. Si alguien destacó en ese campo fue Mel Street, a quien está dedicado este disco, uno de los más brillantes autores de canciones en traducir en palabras una parte de esa realidad. Por mucho que los amantes de lo políticamente correcto pretendan que no existe no hablando de ello, el adulterio es tan real como la vida misma y forma parte de las relaciones humanas tanto como el amor incondicional, la felicidad sin límites y los mensajes positivos en los que parecen concentrarse las mentes pensantes del Nashville actual.
Bajo el nombre de The Wandering Eyes (que en una traducción muy libre podríamos decir que significa algo así como ojos lujuriosos), se esconde un supergrupo de intérpretes de la escena de Austin: Kelly Willis, Dale Watson, Ted Roddy, Rosie Flores, Jason Roberts y Chris O’Connell que nos cantan, tal como anuncia el título, una selección de algunas de las mejores Canciones de Amor Prohibido.
Dos de los mayores éxitos del propio Mel Street forman parte de los doce cortes que completan el disco. “Forbidden Angel”, en la voz de Jason Roberts, que fue la pieza alrededor de la que se empezó a construir este proyecto, y “Lovin’ On Backstreets” a cargo de Dale Watson, quien también firma el único tema original del disco, “Unspoken Kind”, que se convierte en una destacable aportación al género que no desmerece en nada frente a los clásicos que la rodean. A destacar que precisamente “Forbidden Angel” es la única canción que no habla de cuernos. Aunque trata de un tema todavía más delicado, el amor y la atracción que siente el protagonista por una joven de apenas diecisiete años (recordemos que en EEUU las relaciones sexuales con menores están penadas con cárcel), y nos canta “Te amo tanto que sé que no puedo esperar a abrir las Puertas del Cielo / cuando mi ángel prohibido ya no esté prohibido”. ¡¡Caray con la metáfora!!
No hay puntos débiles en el disco. Ted Roddy brilla en “Cheatin’ Traces”, donde se esfuerza en esconder los rastros de la otra antes de presentarse ante la oficial. Como también brilla Kelly Willis en una renovada versión de “Me and Mr. Jones” y en “It’s a Cheatin’ Situation” siguiendo la estela de Moe Bandy y contando con los impagables coros de Dale Watson. O como lo hace Rosie Flores con “In Some Room Above the Street”, dedicado al necesario rincón privado del que necesitan disponer los amantes furtivos.
Aunque respetuoso con las versiones originales y manteniendo una coherencia estilística entre todos los cortes, el productor Dave Sanger deja la suficiente libertad a los intérpretes para que aporten su propia visión a unas canciones que nos hablan de un tema tan vigente hoy como hace treinta años. Pese a quien pese, y pese a que hoy en día esté ausente en la programación de las emisoras autodenominadas Country... Y tampoco se espere la presencia de aquellas añoradas cheatin' songs.
Listado de canciones e intérpretes:
1. It's a Cheatin' Situation - Kelly Willis
2. Lovin' on Back Streets - Dale Watson
3. Cheatin' Traces - Ted Roddy
4. In Some Room Above the Street - Rosie Flores
5. Forbidden Angel - Jason Roberts
6. Devil in Mrs. Jones - Ted Roddy
7. Unspoken Kind - Dale Watson
8. Even If I Have to Steal - Rosie Flores
9. When She Does Me Right She Does You Wrong - Jason Roberts
10. The Game of Triangles - Ted Roddy, Rosie Flores, Chris O’Connell
11. Hell Yes, I Cheated - Ted Roddy
12. Me and Mr. Jones - Kelly Willis
Pocas mejor que 
Nacida en Pikeville, Kentucky, el 4 de enero de 1947 y bautizada con el nombre de Patricia Ramey, le llevó una década de esfuerzos llegar a disfrutar del éxito y el reconocimiento de la crítica que merecía su talento. Consiguiendo ambos logros sin comprometer su integridad musical. Su perseverancia ha sido recompensada con el hecho de grabar mejor material que la media y evitar la superficialidad y la masacre del Country tradicional que predomina en Nashville.