Dave Cox - Unbridled Enthusiasm (2009)
Ya no se hacen discos como éste, y no me refiero sólo al estilo, básicamente Honky Tonk que apunta directamente a los años sesenta del pasado siglo, es que no se hacen como éste está hecho.
Que Dave Cox es un amante y gran conocedor del Country de épocas pasadas lo ha demostrado en los cinco discos que precedieron a Unbridled Enthusiasm, magníficamente resumidos en el recopilatorio Greatest Misses, y noche tras noche sobre el escenario del Robert’s Western World de Nashville. Pero lleva más allá su pasión hasta en detalles que pueden pasar desapercibidos, con una portada que apunta a las presentaciones de pretéritos álbumes. No es casualidad. La grabación se realizó en analógico, sumando factores para que el resultado sea todavía más cercano al sonido que se busca emular... Sólo que girando a 500 R.P.M. en vez de a 33 (personalmente creo que es un poco ridículo grabar en analógico para acabar pasándolo a digital al editarlo en CD… Por supuesto siempre que no exista una edición en el querido y añorado vinilo, cosa que desconozco).
Si hay algo que valoro especialmente de este artista son sus letras, plenas de vida y buen humor, vívidas fotografías que no tienen nada de blanco y negro, llenas de colorido y que suelen dejar una sonrisa en la cara. ¿Cómo si no es con buen humor se puede empezar un disco con una “Introduction”, para acabarlo con una “Outroduction”?, genial juego de palabras, y no, no mires raro a los altavoces, ambas suenan tal y como las oyes, como una vieja trascripción de un programa de radio presentando al artista, con algunos efectos algo bizarros, todo hay que decirlo. Se suman al tono desenfadado títulos como “Right Kind of Wrong Crowd” (la clase acertada de compañía equivocada), “Please Remove Your Foot From My Face” (por favor quítame el pie de la cara, aunque dudo que Cox vea la versión española de Gran Hermano algo así como ¿quién me ha puesto la pierna encima?) o “I Miss My Mistress” (echo de menos a mi amante). ´
Arropado por un magnífico grupo de reputados músicos de Nashville, donde las steels y los fiddles son los protagonistas, que tiene su momento de protagonismo en el alegre instrumental “Love Theme From the Coxmen”, con cierto aroma de Big Band. Temas como la animada “Watch Out!”, que incluye una divertida aportación de una trompeta, se convierten en una delicia, que tiene su contrapunto amargo y oscuro en “Cold Blooded Murder”, recuperando la tradición del storytelling, o entre triste y melancólico en “The Nashville Antonym”, "Killing Myself for a Song" y “Making You Cry”. Como último corte, manteniendo distancias con el tono general del disco encontramos la sencilla y espiritual "I'll Still Believe".
Mientras existan músicos como Dave Cox el Country más tradicional tiene cuerda para rato. Y si no existieran habría que inventarlos para que no olvidemos que hubo una vez en que se hacía música de otra manera…Y el Country sonaba a Country, sin discusión ni polémica posible.