Daryle Singletary - That’s Why I Sing This Way (2002)
Cualquier aficionado al Real Country sabe por qué Daryle Singletary canta de la manera que lo hace. Pero, por si alguien duda, en este disco nos pone unos ejemplos y nos lo explica, acercando la época dorada del Honky Tonk al siglo XXI.
Las grandes leyendas del estilo son recordadas a través de una excelente selección de sus mejores canciones y contando con la colaboración de algunos invitados ilustres. Nada mejor que encontrar a Dwight Yoakam en las armonías vocales para refrescar el alegre “Love’s Gonna Live Here Again” de Buck Owens. El propio George Jones arropa la voz de Singletary en la romántica “Walk Through This World with Me”, también hace una breve aparición Merle Haggard en “Make Up and Faded Blue Jeans” y John Wesley Ryles (calificado como el secreto mejor guardado en Nashville durante los últimos treinta años) hace lo propio en el prototipo de balada Country perfecta “Kay”, donde los soldados vuelven de Afganistán en vez de Vietnam como en el original.
Singletary consigue versiones absolutamente redondas de “I’d Love to Lay You Down” (Conway Twitty), “I Never Go Arround Mirrors” (original de 1959 de Lefty Frizzell pero deudora de la versión que Keith Whitley realizó en 1988) y “Dim Lights, Thick Smoke (and Loud, Loud Music)” (Joe y Rose Maphis). En cambio la versión de “Long Black Veil” de Lefty Frizzell, si se conocen las de Johnny Cash, queda algo edulcorada.
Mención especial merece el animado único corte original del álbum y que le da título “That’s Why I Sing this Way”, en nada desmerecedor de los clásicos que le rodean y donde Singletary nos dice “I was glued to the radio, listening to my hero / Singing them sad songs / Singing them sadder than a one car funeral / Nobody sings like Jones” (Estaba enganchado a la radio, escuchando a mi ídolo / Cantando aquellas canciones tristes / Cantándolas más triste que un coche fúnebre / Nadie canta como Jones). También a destacar el dúo junto a Rhonda Vincent, que le acompaña en los coros de prácticamente todos los cortes, “After the Fire is Gone”, original de Conway Twitty y Loretta Lynn.
Pero si hay un nombre que recibe un especial homenaje en este disco ese es Johnny Paycheck, además de versionar la triste historia de “A-11”, que Paycheck grabara en 1965, Daryle fue a visitarlo al hospital, donde lo encontró en el que se convertiría en su lecho de muerte, para grabar su colaboración en “Old Violin”, este hecho hace perdonar los sutiles cambios realizados sobre la letra original para hacerla más políticamente correcta. El disco se cierra con las estremecedoras y premonitorias palabras de Paycheck “Le dimos todo a la música Country / Y, pronto, le daremos la vida” convertidas en trágica realidad apenas unos meses después.
Ideal para que los nuevos aficionados se introduzcan en los sonidos tradicionales y un discazo para enmarcar para aquellos que echan de menos el Real Country en la escena actual.
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