Hay artistas que probablemente nunca lleguen al status de estrellas, nunca obtendrán el debido reconocimiento a su talento y coherencia estilística, la fortuna muchas veces es demasiado esquiva con quien menos lo merece teniendo Jerry Kilgore muchas posibilidades de ser un cantante que difícilmente sea promocionado por la todopoderosa CMT, tampoco creo que arrase en las listas del Billboard, pero el es uno de tantos intérpretes Country gracias a los cuales la llama de la ortodoxia vaquera permanece viva, esta vez en la voz de un hombre con talento de sobra, con claras influencias Honky Tonk y una alta capacidad como compositor que le garantizan una libertad creativa que sobretodo disfruta a partir de este su nuevo disco en el sello discográfico independiente que el mismo dirige.

Jerry Kilgore nació en 1969 en Tillamook (Oregón), pasando una infancia alejado de la música hasta que su abuela le regala su primera guitarra a la edad de 11 años, siendo su conversión vaquera ya tardía, exactamente en el año 1986, año en el que acude junto a su familia a un concierto de la estrella George Strait, concierto a partir del cual Jerry se decide a dedicarse a la música a tiempo completo.

Jerry se lanza a una frenética actividad musical actuando en numerosos Clubs y Honky Tonks de Portland (Oregón), localidad desde donde saltará con el tiempo a Mese (Arizona) donde seguirá formándose como músico durante 3 años, pasando después a North Carolina (estado que sembrará con su música los próximos 2 años) para aterrizar en Nashville a mediados de los 90´s con la firme intención de sentar cátedra en la Music City.

En 1995 se gana la vida mas como compositor que como solista, nutriendo con su material a artistas de la talla de Tracy Bird o John Michael Montgomery, recibiendo la oferta de grabar en la recientemente creada por aquel entonces división Country del sello Virgin Records.

En 1999 lanza el álbum "Love Trip" con Virgin Nashville, disco que recibe positivas críticas y que pone su nombre en la escena vaquera siendo toda una declaración de intenciones ofertando un sonido con claras reminiscencias de sus ídolos Merle Haggard, George Strait o Buck Owens.

Pronto encandila a un considerable número de Fans con su sonido, llegando a girar con su idolatrado George Strait e incluso actúa en el Grand Ole Opry.

Pero por desgracia la promoción del disco brilló por su ausencia dados los problemas económicos del sello discográfico, problemas que pronto le llevarán a la quiebra desapareciendo la división Country del gigante Virgin y dejando a Jerry con una gran cantidad de copias de su disco en los almacenes de la quebrada compañía sin poder darles salida.

Los próximos años los pasará componiendo y actuando sin cesar hasta que se decide a dar el arriesgado paso de crear su propio sello discográfico, naciendo "Nic-Nic-Neer Records" en la localidad de Franklin (Tennessee) , teniendo como primera referencia este su nuevo álbum "Loaded & Empty".

Magnífico disco en el que a lo largo de sus 12 cortes da rienda suelta a su profunda educación ortodoxa del estilo, no solo domina con soltura a nivel interpretativo sino que con 10 de los cortes compuestos por el mismo demuestra también su talento como songwriter.

No se puede pedir más, disco en la mayoría compuesto por el, producido por el y en su propio sello discográfico, de resultas que el producto es un viento de aire fresco para los oídos de los seguidores de nuestro estilo que amen las raíces del mismo.

Disco plagado de calidad no tiene un solo corte que desentone, desde "What´s It Take To Get A Drink In Here" que abre el disco ya con contundencia, la espectacular balada que da título al disco "Loaded & Empty", "Night or Day", "Hag", "Let´s Talk About Us"... un disco que deja una sensación de satisfacción que justifica con creces nuestra militancia en el estilo.

Las carrera musical de Jerry Kilgore es la de un veterano a pesar de contar solo con dos registros, el talento y sapiencia que nos oferta en este "Loaded & Empty" es un prueba evidente de como la Country Music sigue cabalgando a lomos de pura sangres como este artista, enarbolando como estandarte el sonido de raíces sin aditivo modernista alguno.

Marty Stuart nos ofrece en Badlands un sincero lamento por los Indios Americanos que repasa la historia de la tribu de los Lakota, incluyendo la batalla de Little Big Horn (la acústica “Trip to Little Big Horn”), o alusiones a la masacre de “Wounded Knee”. También nos narra una síntesis de la historia y el futuro de los Lakotas en “Old Man’s Mision”, llegando hasta temas más actuales como la proliferación de casinos en las reservas (la triste “Casino”) o asuntos políticos (la orgullosa “Broken Promise Land”). Quizá la canción más conmovedora del disco sea "So You Want to Be an Indian", en el que canta: "So you want to be an Indian /..You think my life is a story like a movie on TV / But if you want a taste of hell on earth/come hang around with me" (Así es que quieres ser un Indio/…Crees que mi vida es como una película de TV / Pero si quieres conocer el infierno en la Tierra / ven y acompáñame).

Estamos ante un proyecto en el que Stuart firma todas las canciones, excepto una, el tema de Johnny Cash “Big Foot”, que fue coproducido con John Carter Cash. El mismo Stuart explica en su web que si este disco tiene un abuelo ése es el álbum de 1964 de Johnny Cash Bitter Tears: Ballads of the American Indian. De hecho la primera vez que visitó la reserva fue cuando tocó allí como miembro de la banda del propio Cash.

Tampoco es una novedad la colaboración entre Marty y John Carter Cash (el hijo de Johnny y June Carter), incluso han sido familia, pues Stuart estuvo casado con una de sus hermanas, Cindy Cash. El estudio de John está enfrente de la casa de Marty, allí se grabó un disco titulado The Unbroken Circle - The Musical Heritage of the Carter Family en el que Marty era uno de los invitados. Juntos fueron a la Reserva y allí Marty le pidió que le ayudara con Badlands, donde no sólo se ponen de manifiesto las habilidades de Stuart como músico sino también como fotógrafo, otra de sus pasiones, pues incluye una treintena larga de sus fotografías adornando el packaging del CD.

Aunque cuenta con momentos difíciles de encontrar en cualquier otra grabación (el disco arranca y se cierra con una melodía de los propios nativos), el estilo musical del mismo no difiere mucho de otros lanzamientos de Marty Stuart: New Country ejecutado con elegancia, magistralmente arropado por unos instrumentistas de calidad más que constrastada (la banda de acompañamiento habitual de Stuart) y con ciertos toques de R’n’R (la propia “Badlands” que da título al disco es el mejor ejemplo). También hay tiempo para que Marty puede hacer brillar su virtuosismo instrumental, como en el hermoso y majestuoso instrumental “Hotchkiss Gunner’s Lament”.

Un disco original y valiente y alejado de tendencias, que pese a mantener un estilo que no representa un gran cambio respecto a otros trabajos de Marty Stuart, el tema tratado y la forma de tratarlo lo convierte en especialmente destacable.