VV.AA. - The Bristol Sessions: The Big Bang of Country Music 1927-1928 (2011)
The bristol Sessions es un compilatorio de aquella sesión de 1927 que el mismísimo Johnny Cash calificó del evento más importante en la historia del género. La etiqueta de ‘El Big Bang’ del Country siempre ha ido vinculada a estas sesiones de grabación donde participaron distintos grupos y artistas representativos, más concretamente, del lado ‘oriental’ de esta música; o sea, del sudeste, allí donde nació. Para ser más exactos, hay que acuñar el término 'Big Bang de la commercial Country Music' dado que el género como tal, exento de toda etiqueta, ya existía quizás más de un siglo atrás.
La caja es una joya que obedece al esmero en documentación tan propio del sello discográfico alemán Bear Family, fecundo en Country tradicional. Obviamente, un ‘explorador’ del country como yo ya tenía el CD doble de las Bristol Sessions desde hace años pero en este cofre (imprescindible para todo amante de la historia del género), se incluyen nuevas grabaciones de esas sesiones que no se habían comercializado.
Narrar todo el proceso de este significativo acontecimiento, supondría recurrir tanto a mi documentación (libros, revistas, discos) como a la del excelente libro que contiene esta caja, lo cual me llevaría días y probablemente aburra al 98% de los que se han atrevido a leer este texto, ya que refiere a una época y música tan antigua. Pero cualquier aficionado/a al género con un mínimo de conocimientos básicos, sabe que gracias a las Bristol Sessions, se dieron a conocer Jimmie Rodgers y Carter Family, cuya influencia posterior transformó muchos aspectos del género.
A modo de resumen, las Bristol Sessions tuvieron lugar durante dos semanas de 1927. Bristol es una localidad entre Virginia y Tennessee, que junto a North Carolina y el este de Kentucky, formarían el área más fecunda y germinal de la música country original. Ralph Peer (que por estas fechas cumpliría años) era un avispado Géminis cazatalentos acostumbrado a pegarse unos viajecitos para conocer músicos, bandas y cantantes por donde le dictase el instinto. Trabajaba para Victor, uno de los sellos prolíficos en OLd-Time. Como sin duda sabes, la música de esta caja pertenece al período Old-Time. En 1923 viajó a Atlanta para grabar el primer disco country cantado, con Fiddlin' John Carson de protagonista. Para aquel entonces era empleado de Okeh records, otra discográfica pionera del Country. En 1925 fichó por Victor y el olfato comercial (y muy ‘geminiano’) de Peer le llevó a grabar el exitoso "Wreck of the OLd 97" con Vernon Dalhart, quien se turnaba entre cantar country, ópera ligera y música Pop... Era un Aries muy emprendedor y polifacético que, por supuesto, está presente en el libro Country Music Stars de Josep Julià y éste que os escribe.
Peer buscaba música Gospel, Blues y Hillbilly (una inapropiada etiqueta para definir la música country que fue bastante usual desde 1925) y contactar con tiendas de música, gente de emisoras, etc... Como buen Géminis, tenía labia y se relacionaba con todo el mundo, además de gustarle viajar, estar siempre activo. Cuando propuso las grabaciones en Bristol, lo justificó de esta manera:
<En ninguna parte del Sur se han conservado mejor las melodías de pre-guerra y las viejas canciones montañesas que en las montañas del este de Tennessee y suroeste de Virginia...>. Parece ser que fue la razón principal para grabar en Bristol... Existiría una ‘esotérica’ que he deducido a partir de otras fuentes ajenas al country, pero no quiero extenderme y aburriros con asuntos que posiblemente no os interesen.
En las grabaciones podemos oír una significativa parte de la variedad del Country de aquellos tiempos: desde músicos blancos de Blues a predicadores callejeros con himnos sacros pasando por string bands. Y es que el Old-Time (Country más arcaico) ofrecía un amplio abanico de posibilidades...
Dentro de este concepto, existen notables diferencias entre sus estilos. Por ejemplo, no es lo mismo una balada de la Carter Family interpretada con guitarra y autoarpa, que una cancioncilla cómica del juglar Uncle Dave Macon tañendo su revoltoso banjo o las melodías para danza de cualquier ‘string band’. Ni los Blue Yodelers del cosmopolita Jimmie Rodgers o las piezas victorianas de Vernon Dalhart con su armónica y arpa de boca con un piano por el medio (para el toque ‘Parlor’ urbanita) o las sagas vaqueras, pese a beber de manantiales comunes, pueden incluirse dentro de un mismo esquema. Menos aún si comparamos estas tres facetas de la balada Old-Time con el sonido de aquellas ‘string bands’ apalaches o, por extensión, del Oeste .Semejante eclecticismo no sólo estableció los cimientos de la posterior personalidad múltiple del género sino que hasta hoy, ha estado presente en esos músicos y grupos revivalistas sobre todo del Old-Time, ajenos completamente al ‘mainstream’ de la industria musical. Fue durante la Gran Depresión, cuando el Old-Time agonizó definitivamente como concepto dejando su impronta en la nueva idiosincrasia del Country, así como abriendo camino a los estilos bien definidos y bautizados comercialmente que todos conocemos. Porque la música country siempre ha ido evolucionando, reciclándose, desde sus desconocidos orígenes (siglos XVIII/XIX... este es un debate inacabado que merecería otro artículo) en áreas orientales de EE.UU. Con el surgimiento de la Era Comercial de Country (Commercial Era), pudieron grabar músicos nacidos en el siglo XIX como, por ejemplo, Uncle Jimmy Thompson (1848), Eck Robertson (1887), John Carson (1868), etc... El propio Uncle Dave Macon, si no recuerdo mal, nació 5 años después de finalizada la Guerra Civil pero como vemos, Thompson o Carson eran más longevos. Y muchos viejetes de la Commercial Era (1920') se quedaron sin su oportunidad de registrar su música country...
Gracias a joyas como las Bristol Sessions, podemos saber como sonaba parte de la música country más tradicional, parte de sus diversas modalidades. Reconozco que puede ser duro de escuchar para la mayoría de aficionados/as al género actuales, pero quien ama el amplio espectro de esta música, sabe apreciar su valor, su pureza, aquel espíritu pionero del nacimiento de la Commercial Era, del Country como producto comercial a gran escala, pues hasta esa época, la mayoría de cantantes, grupos y músicos eran amateurs o semi-profesionales. Unos más cosmopolitas que otros, si bien, lógicamente, la mayoría se limitaban a sus áreas rurales de procedencia aunque se dedicasen a tocar/cantar en fiestas, carpas e incluso desplazándose por regiones más o menos cercanas formando parte de circos, teatros vodevilescos ambulantes, espectáculos de ‘medicinas milagrosas’, etc, etc...