Bradley West - Slow Train (2007)
Contar historias en una canción no es tan fácil, la tentación empuja a menudo a caer en los clichés; en los temas mil y una veces repetidos; especialmente en géneros como el country, terreno abonado para cuentos de amor y desengaño, alcohol y camiones. Bradley West es una brillante excepción, un hábil contador de historias que embellece sus relatos con los múltiples matices de su voz.
Después de escuchar a West, es difícil imaginar que este nativo de Arkansas tenga solo 23 años. Con un “twang” de pavo salvaje al mejor estilo de John Anderson, ribeteado con el toque rebelde a lo Hank Williams, West ha cultivado un personal e intemporal estilo, con esa profundidad que casi solamente puede adquirirse después de décadas cantando en humeantes Honky-Tonks de todo el País, aunque este no es su caso debido a su corta edad.
Con una voz privilegiada, aderezada con ese toque conmovedor que imprime a todas sus canciones, West dibuja un cuadro de la vida rural americana que no tiene nada que envidiar al cuadro pintado sobre el terreno por el mejor pintor de campo. La producción corre a cargo de Michael Callahan, quien se encarga de combinar perfectamente los ya de por sí, instrumentos tradicionales del country, dobro, steel, y mandolina, con la guitarra electrica y acústica y la percusión, no obstante esta mezcla alumbra un estupendo trabajo en la línea más tradicional de la música country.
A pesar de su juventud, West maneja todo este asunto con una profesionalidad fuera de duda, desparramando su talento en canciones sobre la familia, política, trenes, añoranzas del hogar lejano y romances. Una de las mejores es el tributo a su abuelo, en el uptempo “´till We Get Right“,una oda de cómo después de tener todo en su contra, su abuelo, un hombre sin estudios y sin oportunidades, pudo salir adelanta con esfuerzo y trabajo duro, en una época en que todo era demasiado difícil. No obstante, West, y para no ser tachado de sexista, dedica también otro tema a su abuela, el sensacional y nostálgico “Grandma´s Wishes”, una balada de una tristeza sin igual. Más adelante se atreve con el número 1 interpretado por Brad Paisley/Dolly Parton “When I Get Where I´m Going“, que desafortunadamente no supera a su predecesor y eso que cuenta con una estupenda voz femenina que hace las veces de Dolly. En el mediotiempo “Big Mack Donald“, West, intenta hacer crítica política usando la vieja canción de cuna “Old McDonald Had a Farm”, una sátira sobre la actual decadencia del estilo de vida americano, cuando canta “Políticos y Predicadores pocas veces dicen la verdad, nosotros nunca arrojamos la primera piedra en la guerra, y ellos sacrifican nuestra juventud/ Antes no había videojuegos ni celulares en los hogares, y los niños jugaban juntos, ahora con todo esto un niño juega solo con su consola”. En el otro extremo, “These Days”, es un lastimero lamento sobre la dura existencia en una granja rural de épocas pasadas, donde la mayor parte del trabajo se realizaba a mano. Dejando aparte la tristeza, West se descuelga con el pantanoso blues, “Down Home Country Blues”, que devolvería la sonrisa a cualquier fan de Travis Tritt. La rockera “Alright With Me”, es quizás, el tema más comercial del disco, aunque no el mejor. No obstante, el tema más representativo es el que abre el disco “Slow Train”, una completa visión de la vida rural americana, vista desde la ventanilla de una lenta locomotora de vapor, de aquellas que cruzaban traqueteantes el País de costa a costa.
Después de escuchar este trabajo de West, es difícil no empatizar con los ambientes y la forma de vida simple y con su más pura esencia del ambiente rural americano, donde la rutina es cotidiana y el tiempo pasa demasiado lento…
Un gran disco de un pequeño gran hombre, que de seguir así, esta destinado a darnos mas tardes de gloria. Muy recomendable.
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