Merle Haggard - Back to the Barrooms (1980)
En 1980 y de acuerdo con su biografía, titulada "Sing Me Back Home", la relación de Merle Haggard con la su por entonces esposa, la también cantante Leona Williams, no pasaba por su mejor momento. De hecho no mucho después llegaría el divorcio. La vida llena de experiencias de Hag ha tenido su reflejo en canciones y Back to the Barrooms no iba a ser diferente. Precisamente el tema que hace de hilo conductor del álbum son los problemas en relaciones sentimentales (rotas o a punto de romperse) de los que, tal y como se anuncia en el título del disco, se huye en barras de bares donde se trata de perderlos de vista en el fondo de una botella. Entre los once temas que nos canta Haggard encontramos algunas de las mejores y más recordadas 'drinkin’ songs' de la historia del Country.
Originalmente grabada para la película de Clint Eastwood 'Bronco Billy', en la que Haggard tenía un cameo, el disco se abre con la desoladora “Misery and Gin” que subiría hasta el tercer puesto en listas. “Los recuerdos y la bebida no combinan bien. / Los discos de la Jukebox no tocan canciones nupciales. / Mirando al mundo a través del fondo de un vaso, / todo lo que veo es a un hombre que se consume rápidamente (...) / Pero Aquí estoy otra vez, mezclando tristeza y ginebra. / Sentado con mis amigos y hablándome a mí mismo. / Parece que lo estoy pasando bien pero cualquier idiota puede decir / que esta diversión realmente te hace sentir como en el infierno”. La excepcional interpretación de Haggard subraya cada momento de la canción. Insuperable y emocionante.
El disco se cierra con otra insuperable canción “I Think I’ll Just Stay Here and Drink”, que devolvería a Haggard al número uno de las listas Country tras una temporada ausente de ese puesto de privilegio. “Te podría estar abrazando esta noche. / Podría dejar de portarme mal, empezar a portarme bien. / No te importa lo que pienso. / Pienso que me quedaré aquí y beberé”. Mientras, en el tema que da título al disco “Back to the Barrooms Again”: “De vuelta a las barras de bares, de vuelta a beber. / Quizá algún día me ames lo suficiente para quedarte conmigo / y el whisky no será mi mejor amigo”. Si algo está claro para Haggard es que cuando las cosas no van bien en una relación la inocencia y la culpabilidad son elementos relativos y compartidos entre los implicados. Otra prueba, “I Don’t Want to Sober Up Tonight”: “estoy aquí para ahogar un día de miseria. / Estoy aquí para pasar una noche sin recuerdos. / Y de la forma que estoy bebiendo no habrá ninguno. / Pero está bien, porque no quiero estar sobrio esta noche”. En un álbum plagado de clásicos, y sin salir de locales de tenue iluminación donde el alcohol nubla la vista, también encontramos “Make Up and Faded Blue Jeans”, en la que el protagonista es un cantante crepuscular que tiene un fugaz encuentro con una mujer madura “que se parecía a una chica que veía en mis sueños. / Pero las luces hacen maravillas con el maquillaje y los vaqueros ajustados”. Entre otros Daryle Singletary grabaría en 2002, acompañado por el propio Haggard, una versión de esta canción para su álbum That’s Why I Sing This Way.
Quizá el resto de cortes se escapen de la atmósfera de búsqueda de soluciones que se saben equivocadas en alocadas noches en compañías tan desesperadas como uno mismo. Pero incluso en la canción de amor que todavía firmó con su mujer Leona Williams “Can’t Break the Habit” la relación que se describe parece tener más que ver con mantener una costumbre que con la verdadera pasión. Incluso encontramos claroscuros en “Ever-Changing Woman” donde declara su irremediable amor por una mujer que “puede ser tan caliente como el treinta y uno de Agosto, / y tan fría como un amanecer de Febrero”. Quizá por ello no le costó escoger versionar el tema de Hank Williams Jr. “I Don’t Have Any More Love Songs”, en la que un autor de canciones manifiesta su imposibilidad de escribir más letras de amor para la que fue su inspiración.
En un disco en el que cada canción es excepcional todavía hay un tema más que merece una mención especial, “Leonard”. Dedicado a su amigo, mentor y pionero del Bakersfield Sound Tommy Collins (cuyo verdadero nombre era Leonard Sipes), es un repaso a su biografía desde sus iniciales éxitos codeándose con Elvis, su retirada de la carrera musical para convertirse en predicador y hasta llegar a los días amargos en que la pérdida de su familia le llevó al alcoholismo y la dependencia de las pastillas. Precisamente una trampa en la que Haggard estaba empezando a caer y de la que no saldría definitivamente hasta bien entrada la década de los noventa.
El productor Jimmy Bowen añade a las estructuras y canciones impecablemente Country que dominan Back to the Barrooms texturas de Jazz y Dixieland merced a la aparición de metales que se combinan con los fiddles y las steel-guitars. Precisamente la melancólica “Our Paths May Never Cross”, en la que habla de oportunidades para encontrar el verdadero amor que se pierden, es buen ejemplo de este hecho.
Back to the Barrooms sería el último trabajo de Merle Haggard para MCA (si no tenemos en cuenta el disco de Gospel que llegaría a continuación) y queda como uno de los mejores de su carrera. Tratándose de Merle Haggard es como decir que es una imprescindible e indiscutible obra maestra de la historia de la música Country. Personalmente, aunque en realidad apenas la mitad de las canciones traten directamente el tema, no tengo ninguna duda: Back to the Barrooms es un firme candidato al mejor disco de 'drinkin’ songs' jamás editado.
Comentarios
Muchas gracias
(Espero que con éste y el de George Jones me esté redimiendo un poco de la vena rockera que me había dado últimamente)
Un saludo.