Ken Mellons - Sweet (2004)
No importa lo que cante, nunca te equivocarás al identificar la melodiosa voz de barítono de Ken Mellons. Tiene algo de la suavidad de George Jones, un toque de la intensidad de John Anderson y un aura de la melancolía de Keith Withley, pero el resultado es único e indefectiblemente Mellons. Te hace preguntar por qué una voz así no está continuamente presente en las emisoras y listas de éxitos supuestamente Country. Sweet sería su cuarto álbum y, como tantos otros artistas despreciados por la Industria por sonar demasiado Country, Mellons no tuvo más remedio que ponerlo en el mercado a través de una discográfica independiente, en su caso Home Records.
Hay un hecho en este disco que ejemplifica perfectamente cuán injusto es a veces el negocio musical. Aquí encontramos el temazo “Paint Me a Birmingham”, que también Tracy Lawrence incluyó en su álbum Strong y, poco después que Mellons, también lo lanzaría como single. La versión de Lawrence es buena, podríamos decir que muy buena, pero es que la estremecedora y emocionante interpretación de Mellons la convierte en espectacular, por no hablar de que cuenta con Vince Gill en los coros. Sin embargo no es difícil adivinar que el artista que en 2004 todavía mantenía contrato con una de las majors fue el que la convirtió en un gran éxito.
Mellons hace alarde de su versatilidad vocal en los cortes animados que predominan en el disco, donde hace florituras con su voz. Como en “Smack Dab”, que ya grabara el propio George Jones en 1998 y a quien nos encontramos acompañándole en “Institute of Honky Tonks” (también es fácil adivinar quién es el maestro, quién el aventajado alumno y cuál la asignatura impartida). Mellons es un alumno aplicado y consigue buena nota en la animada drinkin’ song “Single Again”, también recorreremos una carretera de sentimientos en la emocionante balada trucker “Interstate Gipsy”. Una emoción que se extiende hacia otros temas pausados como "You Can't Make My Heart Believe" o “All I Need is a Bridge” en los que brilla su capacidad interpretativa.
Merece la pena no perder de vista a aquellos artistas que una vez grabaron para las majors pero que, aún alejados del oropel de la Industria, siguen trabajando y manteniéndose fieles a lo que mejor saben hacer. Ken Mellons es la prueba y Sweet un magnífico disco tan capaz de hacerte saltar de la silla al ritmo que marca como de hacerte partícipe del romanticismo o la tristeza y melancolía que destilan sus canciones.
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