Hank Thompson - Dance Ranch / Songs for Rounders (1957-1959/1999)
Hank Thompson es uno de mis clásicos preferidos del Country, gracias a Koch y su reedición 2 en 1 en CD de 1999 pude añadir a mi colección dos de sus LPs más brillantes.
DANCE RANCH
Cuando Hank Thompson y the Brazos Valley Boys se reunieron en la Capitol Tower con el productor Ken Nelson en Septiembre de 1957 para grabar dos sesiones para completar el LP Dance Ranch estaban creando una de las mejores colecciones de canciones de su carrera, en la que resumirían su compromiso tanto con el Honky Tonk como con el Western Swing.
Había una diferencia sustancial con otras sesiones, el legendario guitarrista Merle Travis, una estrella por derecho propio que había estado grabando con su amigo Hank desde 1953, no estaba presente, sustituido por el guitarrista de sesión Bob Bain. Hank y la banda se enfrentaron a cuatro estándares del Honky Tonk: la favorita de Bob Wills “Bubbles in My Beer”, el tema de Ted Daffan “Headin’ Down the Wrong Highway” y el himno a la bebida “Drivin’ Nails in My Coffin”, un éxito de 1946 para Floyd Tillman, por otro lado Merle Travis no había podido convertir en éxito su tema “Lawdy What a Gal”, pero su carga de humor y alegre sarcasmo era perfecta para Thompson.
Para recrear el estilo de Travis, Hank Thompson también contrató al amigo de aquél, otro mago de la ‘flatpicking guitar’, Joe Maphis. En Dance Ranch se incluyeron cuatro instrumentales a cargo de the Brazos Valley Boys. Entre ellos, dos ya eran estándares de la época de las big bands, que fueron popularizados por bandas cuyo líder era clarinetista: “Summit Ridge Ride”, por Artie Shaw en 1941, y “Woodchopper’s Ball” de Woody Herman. El último tema grabado en aquel par de sesiones fue “Bartender’s Polka”, que conectaba directamente con la ascendencia germana de la familia de Thompson y las polkas que escuchaba en la radio familiar. El arreglo de Hank supuso un reto, en sus palabras: “es una canción complicada, escrita para el acordeón, lo que hacía difícil adaptarla a ‘fiddles’ y guitarras. No acabó siendo tan fluida como me habría gustado”.
SONGS FOR ROUNDERS
Thompson decía de Songs for Rounders:“fue un álbum muy popular. Creo que el concepto y el contenido eran muy coherentes. Mi idea era que quería grabar un par de cortes como “Cocaine Blues”, pues solía cantarla en mis actuaciones. Ken Nelson me decía: ‘no habrá manera de que consigas que suene en la radio, podemos incluirla en un álbum’. Le contesté, si vamos a incluirla en un disco, incluiré otros cortes en la misma línea como “Deep Elm Blues” y “Drunkard’s Blues”. Me respondió: ‘OK, haremos un disco con ese tema’”.
Sólo se necesitaron dos días de trabajo en Capitol Tower para acabar el álbum. Bajo la dirección de Merle Travis se grabaron la tradicional “Little Blossom”, reinventando “Rovin’ Gambler” con un agitado y tenso arreglo. La citada “Cocaine Blues” ya había sido grabada por el oscuro cantante Roy Hagsed en 1948. Llegó al Top20 en aquella conservadora era, pese a su explícita y violenta letra, como era previsible no consiguió mucho tiempo de radio y, en muchos casos, el disco se vendía por debajo del mostrador. Johnny Cash la grabaría un par de veces posteriormente. El éxito de Merle Travis de 1947 “Three Times Seven” se adaptaba perfectamente al argumento, como lo hacía el de Jimmy Dean “Bumming Around”.
Tanto Dance Ranch como Songs for Rounders se mantienen como dos álbumes fundamentales: gozosas y sanas celebraciones de la innovadora mezcla de Honky Tonk y Western Swing que llevó a Hank Thompson hasta el ‘Country Music Hall of Fame’ (y, de alguna manera, preparó el camino para George Strait años después). Juntarlos en este lanzamiento dos en uno no sólo es adecuado, es un homenaje, más allá de sus canciones más conocidas, a la consumada brillantez de Hank Thompson.
Nota: este comentario es un extracto de las notas que acompañan a la mencionada edición 2 en 1.