Dean Miller - Platinum (2005)

El debut de Dean Miller en 1997 había llamado la atención de los medios, no en vano quien se ponía bajo los focos era el hijo de uno de los grandes nombres del Country, Roger Miller (“King of the Road”). Desde luego bastante más que la del público pues no fue hasta 2005 que tendría continuación en Platinum, editada con la independiente Koch Records, tras un paso fallido por Universal South donde llegó a grabar un álbum que ni siquiera vio la luz.

Se nota que en Platinum Dean Miller está exento de la supervisión y aprobación de una ‘major’ y no sólo porque puede mostrarse ajeno a las tendencias comerciales, sino porque si no fuera así creo que no tendríamos la oportunidad de escuchar una canción como “Music Executive”, con la que cierra el álbum y en la que nos deja su visión en primera persona, inteligente, sarcástica y amarga de en manos de quién está actualmente el negocio musical:

Sólo tengo tres minutos y treinta y cuatro segundos
para escuchar y decidir tu destino.
Sé que es tu vida la que has puesto en cada línea,
pero mi peluquero no puede esperar.
No compongo, no canto ni produzco.
Ni siquiera sé tocar la guitarra.
Pero tomo las decisiones y firmo los cheques,
y eso me hace mejor de lo que tú eres.
Soy un ejecutivo musical...

Las mejores virtudes que podemos encontrar en Platinum son unas canciones honestas y una producción contemporánea, pulida y brillante, pero que mantiene las distancias con los engañosos trabajos que en estos tiempos dominan la escena musical. Las debilidades están en la interpretación de Miller, a quien parece costarle ponerse a la altura de un tema tan enérgico como “105”, superar su tendencia a mostrar una afección algo artificiosa o conseguir una versión que haga justicia al legado de su padre, porque en “I’ve Been a Long Time Living” no acaba de lograrlo. Sin embargo canciones como “Hard Love”, “On A Good Day” o “Stronger than Your Love” destacan tanto por sí mismas que las carencias de Miller quedan en segundo plano.

Platinum es un trabajo en el que se deja ver la personalidad de su protagonista, incluyendo no pocos momentos ciertamente brillantes. No se necesita mucho más para completar un buen disco.