Charlie Daniels Band, the - Windows (1982)
La música de Charlie Daniels se ha resistido desde siempre a encajar en la definición de un solo estilo. En Windows deja que su faceta como pionero del Rock Sureño sea la que domine el disco, con un característico estilo de producción que lo identifica como inconfundiblemente años ochenta.
Que el disco encaja mejor en el Rock que en el Country se puede comprobar a través de la evolución en listas de los tres singles que se extrajeron del mismo. Mientras la historia de venganza de un preso que escapa de la cárcel para vengarse del hombre “que puso una aguja en el brazo” de su hermana de “Ragin’ Cajun” (el único tema en el que el característico fiddle de Daniels puede explayarse) y la melancólica por los tiempos pasados “We Had It All One Time”, donde Daniels saca a la luz su pasión por la vida Western, no llegarían ni al Top50 de la lista de Country, “Still in Saigon” alcanzaba el segundo puesto en la de Rock y el 22 en las generales. La historia de un veterano de la guerra de Vietnam que se lamenta de que no ha podido, o no le dejan, superar la traumática experiencia: “Cada verano cuando llueve / huelo la jungla, / escucho los aviones. / No puedo decirle a nadie / que estoy asustado. / Temo que algún día / me vuelva loco”. Se convertiría en el éxito indiscutible del álbum y en una de las canciones más populares de Daniels, empujando las ventas de Windows hasta convertirlo en disco de oro.
El teclista de la banda, Taz DiGregorio, compone y canta “The Lady in Red”, todo sea dicho, uno de los cortes más flojos. Mientras, el guitarrista Tom Crain también firma y canta “Nashville Moon”, un romance de una sola noche que termina fallido, con el protagonista tan solo como cuando empieza a cantarnos bajo la Luna de Nashville. Por otra parte en la animada “Ain’t No Ramblers Anymore”, Daniels y compañía nos guían por un recorrido por unos EE.UU. que debían conocer como la palma de su mano, si tenemos en cuenta las legendarias giras que protagonizaban de Costa a Costa, con más de 250 conciertos anuales y una banda que llegó a incluir dos baterías, dos guitarristas e incluso una bailarina de flamenco, por no citar una completa sección de viento, coros, un grupo de baile tradicional (clog) y, ocasionalmente, hasta un coro de gospel.
Si Windows empieza exótico y políticamente concienciado con la melodía oriental de “Still in Saigon” y su incómoda letra, termina todavía más con el deje arábigo de “The Universal Hand”, donde Daniels canta sobre el conflicto de Oriente Medio: “Simplemente no entienden / Que son primos, y que son hermanos / unidos por la Mano Universal .../ Porque puedes llamarlo Jehová. / Puedes llamarlo Alá. / O puedes llamarlo Jesús ... / No importa como lo llames ... / Sólo hay Uno. / Así es que debe ser el mismo para todos”. Una idea que, treinta años después, es evidente que sigue sin calar.
Si algo caracteriza a Charlie Daniels más allá del estilo de sus canciones es que éstas tratan de temas a menudo incómodos tal y como Daniels los siente. Aunque el disco, escuchado hoy, está penalizado por el paso del tiempo y no pueda contarse entre los imprescindibles de la Banda, quedan los mensajes de las canciones que contiene.
Comentarios
Mi favorito es Homesic k Heroes... y tienen unos cuantos más que tampoco están nada mal.
Lo que no se puede negar es que, en su momento, fueron muy grandes (y no lo digo sólo por el tamaño de Charlie Daniels).