Nadie discutirá que Willie Nelson es un artista inquieto y polifacético, tras habernos ofrecido discos de Country, Rock, Pop, Blues, Jazz… incluso Reggae. A sus 76 años le ha llegado el turno al Bluegrass. Recientemente, junto al legendario productor T-Bone Burnett, ha empezado a trabajar en el que será su primer disco de Bluegrass.

La edad no parece frenar su capacidad de producir música, pues nada menos que cuatro nuevos álbumes de Willie han visto la luz en los últimos doce meses Two Men with the Blues, junto al trompetista de Jazz Wynton Marsalis, Willie and the Wheel grabado con Asleep at the Wheel, Lost Highway un recopilatorio de algunos temas aparecidos en los últimos años y American Classic, una nueva colección de versiones de estándares americanos.

Y en la recámara hay otros cuatro que van a ir apareciendo a corto plazo. Ya tiene listas un buen puñado de canciones grabadas con James Stroud, un álbum con Leon Rusell y, en preparación, un tributo a Ray Charles.

Por si no fuera suficiente, también está estudiando guiones cinematográficos para aparecer en varias películas, la más avanzada de las cuales es un Western que podría empezar a filmarse en Texas en breve.

Hay algo reconfortante en la música de Stephen Chadwick, una sensación parecida a calzarte tus vaqueros favoritos antes de salir de fiesta al oscurecer, un sábado por la noche. Este artista hace un Honky-Tonk intemporal, auténtico en sus raices y seguro de convertirse en un futuro referente dentro del género, sin que pueda ser encasillado, ni predecible. Moviéndose como pez en el agua por los temas recurrentes del género, Stephen nos crea un mapa perfecto sobre el desamor y el fondo de una botella después de haber pasado por el infierno. Su sonido es tan intemporal como una cerveza derramada sobre la barra de cualquier honky tonk bar, tan intemporal como la soledad que arrastra cualquier parroquiano que frecuenta el local. Con una voz privilegiada y rica en matices y una diabólica facilidad en su interpretación, que te toca como un tímido guiño mientras estas en la pista de baile y te hace sentir mitad cómplice y mitad culpable por hacerte disfrutar con tanta facilidad.

Nacido en Houston (Texas), Stephen comenzó su romance con la música a la temprana edad de 5 años, mientras cantaba junto a su padre. Un artista que describe su música como …“verdadero country”, y que en sus comienzos estuvo actuando en Houston y sus alrededores durante varios años, acrecentando el número de seguidores en su estilo de música. En su época de estudiante fue el cantante solista de una banda llamada ”Colorado”, lo que contribuyó a su desarrollo como artista para lo que vendría después.

Pasados varios años interpretando canciones de otros y vistiendo la ropa que le elegían para cada evento, Stephen decidió regresar a sus orígenes y se dedicó a tocar una serie de conciertos en clave acústica, en su ciudad natal. Pasó una temporada de indecisión tocando con una banda de rock, a la vez que alternaba como solista en otra banda de country, sin tener nada claro que camino tomar… ¿Rock o Country?. Por suerte, y después de 14 largos meses de estar en tierra de nadie, tomó la decisión acertada , decantándose por el country mas auténtico.

Con una renovada pasión por escribir y producir su propia música, toma el nombre de Stephen Chadwick, y forma una banda con sus amigos, llamada Stephen Chadwick & The Tonk Machine, y juntos dan a luz este estupendo primer álbum que estoy comentando.

El album titulado “Nashville,Texas“ (2008), es un compendio de buena musica Honky -Tonk, aderezada con estupendas baladas ,donde la steel y el fiddle se hacen omnipresentes, marcando el estado de ánimo en cada momento del desarrollo del disco, empezando con “Sweet Country Lovin´”, pieza alegre sobre la inocencia del amor en un pequeño pueblo rural; en “Bottom of the Bottle“, nos encontramos con el mejor Honky-Tonk bailable que un vaquero pueda desear, sobre como buscarse la ruina en el fondo de una botella y de paso darse una vuelta por el Infierno andando sobre el filo de una navaja; en “You´re Home“, nos encontramos un mediotiempo de cinco estrellas, tema maravilloso y sugerente donde los haya, interpretado con una delicadeza y con una voz tan cálida y amable que te envuelve desde el primer momento; le sigue “Nashville, Texas”, otra maravillosa pieza movida, sobre las diferentes formas de hacer Honky-Tonk según el sitio; “Misery Thing“, otro medio tiempo de lujo, que nos cuenta la soledad y la posterior caida en desgracia de una persona, interpretada con la muy bien timbrada voz de Stephen; en “The Way That He´s Talkin´“, nos metemos en una balada de las que quitan el hipo y el sombrero a cualquier cowboy que se precie, melancolía por todos los poros, pérdida y tristeza en el aire, para mí una de las mejores canciones del disco (aunque todas son buenas) ; “That´s all she Wrote“, otra estupenda pieza con tintes más alegres y donde el fiddle y la steel dominan la escena; “All Runnin´ from Somewhere”, tema movido y muy bailable; “Salvation in Texas“, otro medio tiempo perfectamente sincronizado musicalmente, donde los músicos se adaptan tan perfectamente como un guante a la mano; “Honky Tonk Zero”, pieza movidita al mas puro estilo Honky Tonk que hara las delicias del más exigente amante del género; “Hanging on Heart“, sigue el ritmo bailable, para no darte tiempo a calentar la silla; y finalmente el disco se cierra con un auténtico diamante, “Mustangs” , una maravillosa canción que se transforma en caballo, galopando libre contra el viento a lomos de un mustang o mesteño, nombre dado a los caballos salvajes llevados a América por los conquistadores españoles a partir del siglo XVI, de raza andaluza, árabe ó Hispanoárabe.

Un disco cinco estrellas, donde todas las variantes (voz, música y letras),encajan perfectamente para dar como resultado un disco perfecto, un primer trabajo excepcional de un artista de gran talla que seguramente nos deparará sorpresas en el futuro, si sigue fiel a este género. Muy recomendable.