James Hand, los viejos buenos tiempos
Es difícil que artistas como James Hand accedan a los medios de comunicación masivos. Desde que firmó su contrato con nueva discográfica, por lo menos, ha hecho más accesible a los aficionados a un intérprete orgulloso de su estilo y fiel al mismo como pocos.
Algunos artistas de Country contemporáneos suelen citar a leyendas como Lefty Frizzell o Hank Williams como sus influencias. Estar influenciado por aquellos gigantes es una cosa, pero ser capaz de ofrecer actualmente canciones con todas las características de los clásicos de aquella época, sin recurrir a la sobreproducción y el exceso de nuestros días, es otra bien distinta. El tejano James “Slim” Hand, ha estado tocando su propio tipo de Country y Honky Tonk durante las últimas cuatro décadas de sus más de cincuenta años de edad, aunque sólo muy recientemente ha empezado a llamar la atención de los medios.
La firma con Rounder Records, y su disco The Truth Will Set You Free ha merecido el elogio de la crítica. Hand, que llegó a estar sentado en las rodillas de Lefty Frizzell cuando tenía seis meses, se muestra feliz con esas opiniones. “Siempre crees que tienes algo que ofrecer, pero nunca lo sabes hasta que decide el público”, asevera el modesto y realista cantante. “Es muy diferente a sentarse en el porche de tu casa rodeado de cuatro o cinco de tus amigos diciendo ‘eso que acabas de tocar es muy bueno’. Aunque crea que no sea muy bueno me siento alagado”.
Hand, nativo de Tokio, Texas, ha editado un puñado de álbumes a lo largo de los últimos años y es un habitual de lugares como el Broken Spoke de Austin, Texas. En 2003 llamó la atención de Ken Irwin, fundador de Rounder Records, en el South By Southwest Festival de Austin. Hand ha contado con Ray Benson, de Asleep At The Wheel, y Lloyd Maines para que le ayuden con The Truth Will Set You Free. Pero tuvo que superar unos problemas de salud antes de empezar a grabar. “En aquel momento sufrí una alergia tan acuciada que no podía ni hablar. De verdad, no podía. Sonaba como un pato agonizante en medio de una granizada. Todavía no me había encontrado con Mr. Maines, pero cuando vio que no podía hablar dijo ‘no te preocupes, ya lo haremos más adelante’”. También una enfermedad del padre de Hand, que se vio obligado a pasar dos meses al lado de aquél, retrasó el proyecto cuando solo faltaba grabar la voz del protagonista. Tras escuchar lo que iba a ser el disco una vez terminado James Hand dijo “Ray, creo que lo puedo hacer mejor”. Así es que volvieron a reunir a todo el equipo y, en aproximadamente cuatro horas, rehicieron todo el álbum.
Los que llevan siguiendo a James Hand desde hace años reconocerán algunas canciones de The Truth Will Set You Free, como "Shadows Where The Magic Was" (1996) y "Evil Things" (2000), precisamente los títulos de sus álbumes anteriores. Pero también hay nuevo material que nos recordará instantáneamente a Luke The Drifter y Ernest Tubb. “Me preocupaba que la gente pensara que no había escrito nuevas canciones”, dice Hand. "Mr. Maines y Mr. Benson y Mr. Irwin me dijeron ‘James, vas a empezar a ser escuchado en muchos más sitios que Austin, Texas. Nos gustan esas canciones. No te preocupes’. Así es que las incluimos en el disco y, según parece, han sido muy bien recibidas”.
Quizá el momento amargo del proceso ha sido no tener con él a sus padres para que fueran testigos del nuevo apoyo que ha conseguido. Su madre falleció en 2002 y su padre en Mayo de 2005. Según Hand la canción "If I Live Long Enough To Heal" sería la que más le recuerda a su hogar. “Fue muy difícil”, refiriéndose a la composición de la canción. “La escribí para mamá y papá. Soy un hombre cristiano, si repasas mis canciones quizá no lo parezca. Pero es una buena canción y espero que guste a mis padres”. En cuanto a sus preferencias personales a Hand le gusta especialmente "When You Stopped Loving Me, So Did I". “Es sobre algo que conozco muy bien”. Dice . “Cuando alguien atraviesa un momento duro, no necesariamente quieres que todo el mundo te venga a ver. Cuando te deprimes con una botella en la mano, te escondes hasta que lo superas. Y yo me tomo eso de esconderse bastante seriamente”.
Hand ha ejercido multitud de trabajos a lo largo de su vida, desde domador de caballos a conductor de camiones, pasando por trabajar en rodeos. Pero también ha pasado momentos malos, algo que tiende a mantener muy interiorizado. “Puedo hablar largo y tendido de mis experiencias desde que decidí que sería un cantante de Country hasta que lo he conseguido, pero hay cosas de mi vida que son inolvidables para mí pero irrelevantes para la mayoría de la gente. No hablo demasiado sobre ellas. No creo que importe a nadie qué hace un hombre cuando todo se derrumba a su alrededor. Yo no ventilo esos asuntos en público. Creo que cualquier éxito que consigue una persona se lo debe al 100% al que tenemos ahí arriba, y se debe una cierta gratitud, si no el 90% de ella, a la gente que te rodea. Deseo y rezo porque nunca me vea tan engullido por el éxito como para cambiar ni siguiera un poquito. El único cambio que experimentaría con el éxito es que, si tuviera dinero, pagaría mis facturas a tiempo”.
Desde que tenía 12 ó 13 años Hand siempre ha escrito en papel, o en cualquier cosa que encontrara, las ideas y las letras que se le ocurrían. Dice que mientras mucha gente no encuentra el tiempo para escribir él tiene ideas flotando a su alrededor continuamente. “No puedo escribir por encargo. A falta de una mejor palabra, me ofendo cuando pregunto a alguien si ha escrito alguna canción últimamente y me responde ‘he estado demasiado ocupado para escribir’. Quizá no habrías estado demasiado ocupado si tu mente parara de pensar sólo en ti… Incluso ahora mismo escucho unas voces en mi cabeza, y posiblemente algún día las anotaré. Cuando estoy hablando con alguien no se me pierde la mirada, ni mi cabeza se va a otro sitio, ni digo ‘Un momento, tengo que parar. Acabo de tener una revelación’. No leo música, así es que, muchas meces, escribo algo y se me olvida la melodía. Ahora tengo la furgoneta, mi guitarra y esta pequeña grabadora, así es que puedo mascullárselo en cualquier momento”.
Quizá el mayor cumplido que se le puede hacer a Hand consiste en las habituales comparaciones que se le hacen con Lefty Frizzell y Hank Williams. Aparte de su conexión personal con Frizzell, cuando era niño, él dice que es un producto de la música con la que ha crecido. “No hay nadie que aprenda algo solo”, dice cuando se le pregunta por sus influencias. “Es como un canario al que mantengas solo toda su vida desde pequeño, no aprenderá a cantar. Cuando eres niño aprendes de lo que tienes alrededor. Si tienes que ser comparado con alguien, creo que Lefty Frizzell y Hank Williams son de los mejores modelos que se pueden encontrar. En cuanto a Hank en particular no hago ningún esfuerzo por no ser Hank Williams. Nunca le he visto en video, sólo he leído algo sobre él, porque no quiero asimilar sus ticks para que la gente diga ‘simplemente intenta ser como éste o como aquél’. De hecho Dennis Quaid me preguntó una vez si quería ir a Nueva York e intervenir en una obra sobre Hank. Le dije ‘No señor’. Me dijo que se pagaba muy bien, pero le respondí, ‘¿Cuánto cree que vale un alma?’”
No se pueden construir puentes que cubran la distancia musical entre lo que se escucha en un álbum de James Hand y lo que nos ofrece el Country mainstream contemporáneo. Con toda seguridad James Hand no batirá ninguno de los récords de ventas de Garth Brooks, pero encuentra algo destacable en los artistas modernos. “Un nombre me viene a la cabeza, y no es que sepa muchos, Gretchen Wilson”, dice. “Tenía una canción sobre una ‘redneck girl’ que simplemente odiaba. Entonces la vi en la TV cantando esa que dice 'When I think about leaving...' y rompí a llorar, qué canción tan maravillosa”.
Los últimos años han sido más ajetreados de lo que estaba acostumbrado abriendo su música más allá de su público habitual en Austin. “No creo que restarme méritos a mí mismo vaya a ser algo bueno, pero decir que seré el próximo gran éxito tampoco hará nada por mi carrera. Simplemente quiero salir ahí fuera y trabajar, encontrarme con la gente y hacer lo correcto, dejar que mi música hable por sí misma. Quizás pueda mostrar que hay un hueco para las canciones de tres acordes y el abrir la puerta y ceder el paso a las damas. Sí señor, no señor, gracias, no señora… todo eso no está pasado de moda”.
Comentarios
Muy bueno eso de ‘¿Cuánto cree que vale un alma?’,demues tra la honestidad del artista.
un saludo
Gentry