Bueno, mi respuesta se antoja larga, extensa....Os invito as visitar mi blog
(jordiguaschbardoviajero.blogspot.com.es) donde hallareís una sección de ficticia ENTREVISTA COUNTRY en la cual hay parte de la respuesta.
Sintetizando mucho, ya desde niño y sin ninguna influencia de mi entorno familiar y social, sentí un extraño e intenso vínculo con la Country Music. Primero, con las películas del Oeste y después, y paralelamente, ya con unos 12 años, debido a mi pasión por explorar todo tipo de músicas en la radio. Entonces, si no erra mi memoria, escuché "Mansion on the Hill" de Hank Williams y en otro programa, un tema de Bluegrass, quizás "Footprints in the Snow" (por cierto, un "Parlor Song", una composición victoriana del siglo XIX...o sea, "Pop"...que formaría parte del Old-Time y luego popularizaría Bill Monroe dentro del estilo Bluegrass). Los locutores decían que ambas canciones eran "Country"...y esto me sorprendió. Mi interés fue en aumento y di con el programa del pionero Joan Tortosa (hace poco me invitó a comer y "contamos batallitas" de Wembley y demás...), que me abrió muchas más puertas. Al mismo tiempo, iba devorando cualquier revista, libro o disco (o cassette...que ya tengo 51 añitos...) que podia pillar. Gracias a la siempre generosa actitud de mis padres, asistí en 1981, al Festival de Wembley, el evento country más importante de Europa y quizás del mundo, fuera de EE.UU. por aquellos tiempos. Pero remontémonos bastante antes, cuando siendo un crio, pedí a los "Reyes magos" que me trajeran un banjo...Y cumplieron, aunque nunca me esmeré en aprender a tocarlo. Otro año, pedí una guitarra acústica y volvieron a cumplir mi deseo...y sigo sin saber tocarla, tan sólo un par de acordes.
Desde los 12 o 13 años, mi interés por la música country abarcaría todos los aspectos. Desde comprar un montón de libros sobre sus orígenes e intérpretes hasta acudir a conciertos y festivales o escuchar todo tipo de épocas (desde la primera grabación de Eck Robertson, en 1922), estilos, tendencias y artistas. Y admito que, tan amplio es el campo de este género musical, que moriré sin haber oído ni un 20% de toda la producción de canciones y melodías country grabadas. Y digo "grabadas" porque, obviamente, es imposible (salvo que inventen la máquina del Tiempo) escuchar todo el country que había antes de 1922, aunque, claro está, no existía una etiqueta tal ni que definiese todas los aspectos de los cuales se componía este crisol de músicas en sus épocas de desarrollo.
He sido afortunado de ver en directo grandes clásicos ya fallecidos y hasta de conversar con algunos artistas de renombre y, en algunos casos, obsequiarles con una caricatura. A veces, entre algunos aficionados/as al Country, nos hemos preguntado, con cierta extrañeza, de dónde proviene nuestro amor y pasión por este género en el caso de que no hayamos tenido ninguna influencia de nuestro entorno más cercano. Y, sin duda, habiendo nacido en España...Si naces, por ejemplo, en Edimburgo, pues se antojo en cierto modo lógico que pueda atraerte esta clase de música, pero ¿en España? Incluso si naces en lugares como Alemania, suiza, norte de Francia y tal, también entraría dentro de cierta lógica sentir una tendencia hacia el género debido a la influencia histórica en él de estos países, de los paíes, en general, vinculados a la cultura céltica, germánica y anglosajona. pero, ¿España? Vale, sabemos que el "Romance", como género musical aportado por los colonizadores españoles, influyó en la posterior música mexicana y ésta, a su vez, en la vertiente occidental, o Western, del Country. Sin embargo, no es éste un argumento suficientemente sólido como para dar como lógico, y tal vez amparándonos en la teoría del "Inconsciente Colectivo" de Jung, que los españoles sientan un vínculo con la música country.
Entonces, ¿por qué un niño como yo, cuya familia ignora qué es eso del Country y que nace en un contexto totalmente ajeno a este género (salvo en esporádicas imágenes o sonidos de los Westerns televisivos y cinematográficos), siente una profunda relación con esta música originalmente estadounidense?
Sólo se me ocurre una hipótesis...¿La adivináis?...puntualizando, que no será en todos los casos, por supuesto, sino quizás en aquellos donde el vínculo resulta más intenso...¡Reencarnación! De hecho, incluso yo tengo canciones country que refieren a ello, pese a que sus intérpretes sigan considerándose cristianos. De hecho, la teoría de la transmigración de las almas, asentada en fuentes como las de Pitágoras, Platón u Orígenes, era aceptada dentro de la Fe cristiana hasta el Concilio de Constantinopla del siglo sexto...Willie Nelson Loretta Lynn, Reba McEntire, el excelente fiddler Johnny Gimble, etc...creen en la reencarnación.
Ahora estaría fuera de lugar, y seguramente os aburriríais por no conectar con el tema, si os expusiera tan sólo mi posible vínculo entre música country y alguna/s de mis vida/s pasada/s, pero, sin intención de ser dogmático, considero que la reencarnación (y he leído bastante sobre ello además de atesorar asombrosas experiencias particulares y ajenas...) es la explicación más plausible no sólo para el asunto que debatimos o simplemente exponemos, sino para el sentido de la vida en general.
Más allá de todo lo comentado, la música Country me gusta por todos sus aspectos; especialmente por el sonido de las melodías; de las voces y la instrumentación. Si bien es cierto que no creo en ningún dios ni religión, pese a mi fuerte (y creciente) Espiritualidad, acepto tolerantemente los fundamentos cristianos/protestantes, e incluso de base calvinista o luterana, que forman parte de los pilares de este género musical. Es más, si una canción ensalza la gloria de dios, refiere a ángeles, a la Biblia, a Jesucristo (cuya existencia histórica pongo muy en duda), me es igual, porque lo que valoro es la melodía y la honestidad de quienes las interpretan. Opino, en cierto modo, pues, lo mismo que declaró hace tiempo Iris DeMent, teniendo la valentía de declararse "no cristiana" pese a cantar composiciones, y muy hermosas, de base Gospel o de Himnos sacros. La música, hecha con el corazón, trasciende creencias e ideologías. Obviamente, si hay letras como por ejemplo, "Me & Bobbie McGee" que sintonizan conmigo, pues es un "plus" a mi favor para que me guste aún más la canción. Y también ese rechazo, ya de crío, hacia la religión y la Iglesia, también responde a cierta información relativa a una o varias vidas pasadas...Sin embargo, respeto cualquier creencia o filosofía de vida siempre que no se imponga pese a no cortarme en aportar un argumento contrario a ello. Y prueba fehaciente de este grado de tolerancia, es que AMO la música Country. Un género que contiene la esencia del país donde nació, de su dualismo: Religión y existencia profana, mundana. Bien es cierto que es poco probable hallar canciones ateas en el amplísimo repertorio country, pero sí aquellas que definen actitudes rebeldes e incluso vinculadas al "lado oscuro" de la naturaleza humana. No olvidemos, que las primeras baladas anglo-célticas que se transformaron en Country, eran mayoritariamente "Murder Balladas"...aunque en territorio estadounidense, los elementos sobrenaturales, adoptarían pronto un cariz pragmático y realista, sin perder su mensaje moralizante. Hay, por ejemplo, una vieja balada (que cito en mi novela...) posiblemente británica y/o influida tal vez, ahora no lo recuerdo y debería consultar mi información bibliográfica, sobre un elfo asesino y violador que en los Apalaches, se reciclaría en un simple hombre con tendencias criminales...y seguramente misóginas.
También el tema de los seres feéricos ha estado muy presente desde mi niñez y suelo dibujarlos....y presuntamente, también obedece al karma...pero anterior al descubrimiento de América...