Tracy Byrd - Ten Rounds (2001)

Ten Rounds sería el séptimo álbum de Tracy Byrd y da toda la impresión de ser un esfuerzo por recuperar el tiempo de radio y las cifras de ventas que, tras la aparición de artistas más orientados al Pop a finales de los noventa, había perdido en sus lanzamientos inmediatamente anteriores a éste. De hecho ya explicaba en la presentación del disco que había ampliado sus fronteras de lo que significa el Country: “Solía escuchar una canción y decir ‘no es Country’, pero me he dado cuenta que incluso aunque una canción tenga una melodía y acordes Pop, cuando yo la canto suena Country”. Eso es algo difícilmente discutible pues Byrd es un estilista dotado de un twang tan acusado como la potencia y profundidad que es capaz de imprimir a sus interpretaciones según lo requieran. Por otro lado también se sube a la tendencia dominante de inundar los discos con mensajes positivos y románticos justificándolo con: “Las canciones de Ten Rounds hablan sobre mi amor por la vida y por mi carrera, aprovechando cada minuto del día. Es sobre divertirse, amar a los que amas y prestar atención al auténtico sentido de la vida”.

Buscando reverdecer antiguos laureles, encontramos canciones como “Summertime Fever” (escrita por Marty Brown y Stan Webb, también autores del que fuera éxito para Byrd “I’m From the Country”) que casi parece un calco de su 'canción del verano' “Watermelon Crawl”. En esa línea de apuntar a canciones que ya le reportaron éxitos, de forma mucho más evidente, graba de nuevo su mayor éxito, la balada “Keeper of the Stars” y nos la ofrece como bonus. Explicando que fue una idea de Joe Galante, presidente de RCA (su nueva compañía desde 1999), bajo el pretexto que así se recuerda a los viejos tiempos cuando los artistas grababan diferentes versiones de sus éxitos. No sé por qué pero huele a temas de derechos, dado que la versión original fue editada por MCA, su antigua compañía, y lo cierto es que es un tema que mantenía la popularidad entre los seguidores del Country.

De alguna manera el objetivo se cumplió merced a “Ten Rounds with Jose Cuervo”, que se convertiría en el segundo número uno de la carrera de Byrd, una desenfadada y festiva canción en la estela de “Margaritaville” de Jimmy Buffett, cuyo aire playero/fronterizo también puede apreciarse en algún otro corte del álbum.

A destacar el enérgico y rockero dúo grabado con Mark Chesnutt “A Good Way to Get on My Bad Side”, donde Byrd se destapa diciendo “me gusta Van Halen y George Jones, Charlie Daniels y los Rolling Stones” (de hecho ha mencionado en alguna ocasión que Van Halen era su banda favorita cuando estaba en el instituto), donde se explaya sobre políticos deshonestos, los grupos musicales de adolescentes y que incluye una línea que dice “There oughtta be a law against cowboy rap,  / And all that boy band crap, a little sissy in a cowboy hat ain't country” (algo así como: “debería haber una ley contra el cowboy rap, / y toda esa basura de las bandas de chicos, un cobardica –por escribir la traducción más políticamente correcta- con sombrero vaquero no es Country”). Exactamente lo mismo que se podría decir de un gran cantante de Country con sombrero que escoge cantar canciones que dan toda la impresión de tener como principal objetivo agradar a los programadores de radio.

Aún salpicado por momentos brillantes y aunque el talento de Tracy Byrd consiga mantener alto el listón interpretativo, basta escuchar la balada “Just Let Me Be In Love”, la descarada comercialidad penaliza sobremanera a Ten Rounds cuando es comparado con otros lanzamientos más sólidos y personales del propio Byrd.