Neal McCoy - 24-7-365 (2000)

En 24-7-365, que sería su octavo álbum y primero para Giant Records (y también único para esta compañía) tras una larga etapa con Atlantic que arrancó con su debut en 1990, Neal McCoy dejó de lado sus característicos temas subidos de revoluciones que le han proporcionado una justa fama por disponer de uno de los directos más enérgicos y dinámicos del panorama Country.

La alternativa a contener su energía parece ser seleccionar diez canciones en las que sus autores compiten por el premio a la frase más sentimental y/o romántica. Así encontramos “días luminosos incluso cuando el sol no brilla”, un enamorado que declara “estoy seguro de haber abrazado antes de  ti a alguna mujer, pero cuando te conocí se me olvidó todo” o (el mismo u otros) que sienten, nada menos, que “tu amor es una explosión en mi sangre”, que busca “la llave de tu corazón” y que desea “ver en tus ojos un para siempre”. Resulta difícil ser original con las canciones románticas, pero es que aquí una tras otra insisten en hablar poco más que de amores eternos, llegando a la culminación en el animado corte que da título al álbum donde el amor que siente está de guardia “24 horas al día-7 días a la semana-365 días al año”... De igual manera en otros cortes una pasión que también se extiende sobre los minutos, los días, los meses, las estaciones, los años... Y prácticamente sobre cualquier medición del tiempo que os venga a la cabeza.

Intenta salirse del guión en la canción con moraleja para la educación de los niños en la no violencia, “What Would Love Say”, ya sabéis, ofrece la otra mejilla, y en la que podría resultar una simpática exaltación de la amistad masculina (excepto en las refriegas nocturnas por conseguir a la chica más llamativa del bar) “Every Man for Himself”, si no fuera por el excesivo dramatismo de la interpretación de McCoy, el insulso ritmo impreso y que no puede evitar acabarla con la frase “amigos excepto en la búsqueda del amor”. Con un final menos políticamente correcto, pero sin duda más real a la hora de describir lo que realmente buscan los hombres en los bares, el tema resultaría bastante más redondo.

La concentración de infinito amor de 24-7-365 resulta reiterativa y un poco cansina. Si añadimos que McCoy tampoco añade ningún aspecto especialmente remarcable de su propia personalidad, perdida en la amorfa mezcolanza de Pop, Rock y Country que define el Country comercial contemporáneo, tenemos como resultado un disco que escuchado de fondo puede resultar agradable, pues como buen producto de Nashville está bien acabado, pero que no resiste muchas escuchas atentas... a no ser que te sientas embargad@ por el frenesí de romanticismo que aquí se exalta y te inspire alguna frase enternecedora con la que estremecer a tu amad@.