Danni Leigh - Divide and Conquer (2001)
Desde su debut en 1998 con 29 Nights, Danni Leigh sufrió en sus carnes las consecuencias de la reestructuración de firmas discográficas que sufrió Nashville a finales de los noventa y que tuvo como consecuencia que tanto el mencionado álbum como el que le siguió, A Shot of Whiskey and a Prayer no fueran promocionados por la firma que los editó (Decca el primero y Sony el segundo) resultando imposible ni siquiera aspirar a conseguir la repercusión que sin duda merecían.
Para su tercer lanzamiento, Divide and Conquer, Danni entraría en el estudio bajo la dirección del que era productor de Dwigth Yoakam, Pete Anderson (que además tomaría la guitarra en un buen número de cortes), para ser editado por la por entonces recientemente fundada Audium, con la que había firmado apenas un mes después de romper con Sony, con la sensación de que “me embarco en el proceso de producción musical más honesto de mi vida. Libertad creativa, integridad e individualidad no son palabras que asusten en Audium”.
En el Country han predominado tradicionalmente los tristes recuerdos de amores fracasados, que se intentan olvidar con una juerga, o encerrándolos en el fondo de una botella. En Divide & Conquer Danni se mantiene fiel a esa idea general. Tres de los diez cortes están firmados por el gran Jim Lauderdale (un nombre que resultará especialmente familiar a los seguidores de George Strait) y se cuentan entre lo más destacable del álbum: el arranque a ritmo de Honky Tonk con "He Used to Say That to Me" es magnífico, con su original mensaje a la ‘nueva’ sobre las verdaderas intenciones del hombre que la abandonó; no desmerece el tema que da título al disco, “Divide and Conquer” de ascendencia entre blues y gospel, en el que la aparición de una competidora que espera su oportunidad abre brechas en la relación; y “Sometimes” donde Danni nos canta sobre el recurrente tema de las veces en las que no puede evitar pensar en su amor perdido. Un nivel en el que se mueven un buen número de cortes, entre los que destaca la evocadora “Last Train to San Antone”... ¿dónde está ese tren que lleva a San Antonio? quiero subirme en él para mantener la sensación de búsqueda de una nueva oportunidad todo el tiempo posible.
El ‘toque’ Anderson, capaz de añadir las más variadas texturas sin que se pierda la esencia Country, se evidencia en cortes como “Yesterday”, apuntando al pop setentero, en la folkie "A Far Cry From Here" o mediante la inclusión de un órgano Hammond en la animada “Somebody Oughta Do Something”.
El trabajo con un productor de la categoría de Anderson, que mantiene el tono general del disco alejado de la insustancial sobreproducción característica de los lanzamientos major, permite que se oiga alta y clara la orgullosa voz de Danni Leigh reivindicando sus raíces Country y, específicamente, Honky Tonk. Si alguna vez Danni se ganó definitivamente el apelativo de la Dwight Yoakam femenina fue con este estupendo disco.