Dale Watson - The Little Darlin’ Sessions (2007)
Little Darling fue una discográfica, hoy legendaria, que contó entre sus filas con figuras del calibre de Johnny Paycheck (que fuera co-propietario de la misma, junto al productor Aubrey Mayhew), Jeannie C.Riley o Bobby Helms, entre otros, y que vivió sus mejores momentos en la década de los 60, sacando a la luz algunas de las canciones más intemporales de la música Country.
Para revivir aquella etapa dorada qué mejor que recurrir al actual abanderado de la Real Country Music, Dale Watson. Sumando al proyecto nada menos que a la leyenda viviente de la steel-guitar, Lloyd Green (que ha grabado con todo Nashville, desde los Byrds a Charlie Pride) y cuyas aportaciones instrumentales saturan todas y cada una de las canciones de este disco, el no menos legendario Hargus “Pig” Robbins al piano, Billy Sanford y Pete Wade a las guitarras (que tocaron en todas las grabaciones de la antigua Little Darling), sin olvidar el fiddle de “Hoot” Hester, que junto a la steel lidera la banda en todo momento, y, como productor, al propio Aubrey Mayhew. El objetivo, revivir algunas de aquellas canciones, como “Jukebox Charlie”, “Apartment #9”, “If I’m Gonna Sink”, “Lovin’ Machine”, “Wherever You Are” o la de ingenioso título “The Pint of No Return”, por citar algunas.
Efectivamente: Honky Tonk sin concesiones. Las viejas canciones de 'drinkin', lovin' & fightin' ' que han definido la música Country durante tanto tiempo. Una empresa de la que cualquiera diría que sería el sueño de Dale Watson… pero llegó la polémica. Según las propias (y textuales) palabras de Watson:
El CD nunca se acabó, grabamos unas cuantas canciones, pero nunca tuvimos la oportunidad de corregir errores o grabar coros adicionales o cualquier otra cosa. Nos dieron una sola oportunidad de grabar y eso fue todo. No permitieron incluir ninguna de mis canciones y el resultado es que ahí estoy yo haciendo Karaoke de canciones de Little Darling (…). KOCH ha lanzado el disco pese a mi queja y la de Lloyd Green.
De todas formas, por dar voz a las dos partes, en el libreto del propio CD se explica:
En el moderno Nashville, las pistas de sonido se graban, luego se depuran, entonces llega el cantante y canta hasta que todo está como lo quiere el productor. Como se solía hacer, y como está hecho este disco, Dale canta a la vez que Lloyd y la banda tocan. Los errores se corrigen sobre la marcha y tienes una sensación cuando escuchas este CD que hoy no puedes obtener. Debo avisaros, si no os gusta la REAL Country Music entonces vended este bebé en Amazon al día siguiente de haberlo comprado.
Pues bien, polémicas aparte, no sé si resulta divertido o triste que tenga que hacer mucha memoria para recordar alguna entrada en las listas Country de los últimos (¿cinco?, ¿diez?, ¿quince?) años de la que pudiera decir que aporta algo que supere, o ni tan siquiera iguale, a cualquiera de los quince cortes que completan esta, según Watson, “sesión de Karaoke”.