Clint Black - Drinkin’ Songs and Other Logic (2005)
Con Drinkin’ Songs and Other Logic Clint Black parece querer reconciliarse con aquellos que renegaron de su Spend my Time, de 2004 (y de algún otro disco anterior), por sus evidentes concesiones Pop. Aquí recupera los sonidos tradicionalistas que le llevaron a dominar las listas en la primera mitad de los 90. Incluso todas las canciones llevan su firma, ya sea en solitario o en colaboración con Hayden Nicholas en siete de los cortes. Un Nicholas que ha sido su compañero en la composición y líder de su banda de carretera desde los albores de su carrera.
Ya el título del disco, y la canción del que lo toma y lo abre, suponen un reconocimiento a las drinkin’ songs que durante tanto tiempo fueron una pieza fundamental del Country, la guitarra de Steve Wariner (que también aparece como autor de la canción) acompaña a Black en la animada “Drinkin’ Songs & Other Logic”. Y desde aquí hasta el último corte Honky Tonk es el par de palabras clave, con algún añadido de Swing ("I Don’t Wanna Tell You") e incluso toques Western, todo ello sin perder un ápice de contemporaneidad pero sin sonar añejo en ningún momento. Desde luego un gran logro.
Entre los cortes a destacar “Go it Alone”, una melancólica balada acústica de reminiscencias Western. Un toque Western que es más acusado en “Code of the West” y “Undercover Cowboy”, aunque en ésta los efectos wah-wah de la guitarra le dan un efecto curioso. De todas formas mi favorita es “Heartaches” un Honky Tonk que juega con el mal de amores como enfermedad, en el que se incluyen twin fiddles, y donde la historia y el estribillo mantienen ritmos diferentes. “A Big One” no deja de recordar al “Friend in Low Places” de Garth Brooks al intentar convertirse en una de esas canciones que animan al público a corear el estribillo. Observamos una contradicción en el orgulloso Honky Tonk “Too Much Rock” porque que Black cante “hay demasiado Rock en este Country”, cuando él no se ha mostrado precisamente remiso a sumergirse repetidamente a lo largo de su carrera en las cambiantes corrientes del Mainstream, no suena precisamente coherente. Para cerrar, parecido a como se abre, otra animada drinkin’ song, “Longneck & Rednecks”.
Black, en este tercer lanzamiento con su propia compañía, recupera los sonidos que le pusieron en primera línea de la música Country a principios de los 90 y pese a que no alcance la absoluta brillantez de sus primeros discos, desde luego, se le nota más cómodo y el resultado es bastante más redondo que cuando explora otros terrenos.