Allison Moorer - Getting Somewhere (2006)
Después de una serie de discos en los que Allison Moorer movía entre los sonidos tradicionales, ya sean en su vertiente más Country o en la Folk, pero siempre cercana a las raíces, quizá lo que menos se esperaban sus fans era que en este Getting Somewhere de 2006 oscilaría hacia el Pop. Contrariamente a lo que a menudo suele suceder, fue a partir de su fichaje por Sugar Hill en 2004, tras varios años en 'major', cuando su sonido empezó a ensancharse, pues lo cierto es que su trabajo precedente, The Duel, de 2004 y primero con Sugar Hill, ya supuso una excursión hacia el Rock.
Su matrimonio con Steve Earle (una de las más respetadas figuras del movimiento Americana) parece clave para entender sus últimos trabajos. De hecho, en el disco que nos ocupa, el propio Earle asume las labores de producción. Los arreglos dejan a Getting Somewhere a medio camino entre el Country-Pop de Faith Hill o Shania Twain, aunque con un interesante toque que en ocasiones a alguno puede recordar a los Beatles, y el Alt-Country que suele definir los trabajos de su marido. Unas premisas muy diferentes para una Moorer que siempre ha destacado por sus habilidades como compositora y en hacer brillar sus propias canciones gracias a su gran voz y sin necesidad de alardes de producción.
En este entorno la voz de Moorer pierde protagonismo frente a las armonías y las guitarras de “Fairweather”, el ritmo de la batería de “It’s Just for Today”… o incluso las secciones de cuerda y el 'overdubbing', como en la romántica “Where You Are”. Por otro lado, la composición gana en profundidad y se convierte en el punto fuerte del disco, desde la delicada y agridulce “You’ll Never Know” a la introspectiva y espiritual “Hallelujah”, o curiosas ensoñaciones como la ya citada "Fairweather", o “New Years Day” donde la voz de Moorer está acompañada por una afilada guitarra.
Una voz que, sin embargo, se impone orgullosa en “How She Does It”, una canción muy especial, y se nota en la interpretación, pues en ella se enfrenta a la trágica historia de su familia (su padre tras asesinar a su madre se suicidó y fue su hermana mayor, la también cantante Shelby Lynne, la que tuvo que sacar adelante a la familia), aquí la historia cambia con un final en el que una sola decisión podría haber evitado la tragedia. También brilla desesperada en la búsqueda de una esperanza en la última canción del álbum y que da título a éste, “Getting Somewhere”.
Quizá este disco suponga una meta para los nuevos caminos que ha decidido explorar, aunque más bien parece que sea un punto de partida en su evolución como artista, alejada de los parámetros clásicos del Country.
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