Al lío (o lo que es lo mismo, ahora me toca a mí dar mi visión del Equiblues 2008):
Todo acabó ayer domingo a las 8 de la mañana. María y yo nos despertamos para ir a buscar a Candela que se hospedaba en otro hotel del mismo pueblo - St. Bonet le Froid-, desayunar un "café au lait" i un croissant y salir los tres, a eso de las 10:30 h hacia Madrid a bordo de nuestra camioneta. Más de 1200 Km (750 millas) y 14 horas de viaje. Tiempo suficiente para rebobinar y recordar lo increíble de los últimos dos días.
Llegamos a Saint Agreve, después de haber hecho noche en la Jonquera, el viernes a media tarde. El rodeo en el recinto del Equiblues estaba a punto de finalizar. En el paddock del rodeo, por cierto, podían verse todo tipo de camionetas (pick-up) y de todos los tamaños, desde descomunales a super-gigantes. El parking de la entrada del público al equiblues no estaba tampoco mal surtido y una vez dentro del recinto, con la gran cantidad de tiendas que ofrecen todo tipo de equipamiento para caballos y cowboys/cowgirls el ambiente se dibujaba como perfecto. Gente en todas direcciones, un mar de sombreros y botas embarradas moviéndose desordenadas. En la gran carpa circense se oía música (country, claro) y dentro todo estaba preparado para el concierto del viernes por la noche (en Francia la noche empieza a las 20:30 horas, momento más que adecuado puesto que has comido a las 12:30).
Carrie Rucker fue la primera en desfilar por el escenario del Equiblues esa noche. Mmmmmm... Qué quieres que te diga, es jovencita, originaria de Nuevo México pero residente en San Angelo, Texas y, aunque en sus dos primeros temas me recordó mucho a Sunny Sweeney, a partir del tercero vi claras sus influencias: Taylor Swift y no se olvidó de versionar uno de sus temas. Su voz es dulce, bien timbrada pero, como alguien dijo, la falda que llevaba hubiera quedado mucho mejor como cortinas en la ventana de la cocina.
Carrie Rucker
Tras la Rucker llegaba el plato fuerte de la noche (normalmente se deja para el final, el plato fuerte, pero los organizadores, aunque muy buenos, no son perfectos) bajo la forma de
Freddy Powers.
He de confesar que no conocía a ese hombre, pero Rascalita me había puesto en antecedentes (y espera aún que le de una descripción detallada de lo que fue su actuación). Rascalita me advirtió que
Freddy Powers era un gran compositor cuyos temas han sido interpretados por los más grandes interpretes country y un virtuoso guitarrista pero lamentablemente el Parkinson ha arrancado la guitarra de sus manos.
Verlo entrar al escenario fue impresionante, una silla alta lo esperaba en el centro y entre dos personas lo acomodaron en ella. Su mano izquierda sobre todo y sus pies no dejaban de temblar y su aspecto, para que me entendáis, es el de Willie Nelson sin trenzas. Incluso cantando su voz suena muy parecida. "I Can Fly" fue uno de sus temas que me impresionó. María me pedía que tradujera para ella los comentarios que iba haciendo entre las canciones pero he de confesar que en varias ocasiones no pude hacerlo porque se me hacía un nudo en la garganta.
Ese hombre tenía un brillo en los ojos impresionante. Con la mirada agradecía desde lo más profundo de su corazón el cariño que encontraba en el público. A pesar de su enfermedad, se sentía vivo y capaz de hacer sentir, vibrar y disfrutar al público. Y os aseguro que lo consiguió.
Freddy Powers
La noche la cerraron
Mark McKinney y su banda. Os confieso que, aunque poco, yo había oído alguna cosa de
McKinney y es que este hombre es muy amigo de LeAnn, una amiga mía tejana (de MySpace) que está muy vinculada a la música y las bandas tejanas. Le prometí a LeAnn que asistiría al concierto de
Mark McKinney.
La banda de este hombre la forman su hermano a la guitarra, su primo al bajo, un amigo comparte la guitarra solista con el hermano y un loco toca la batería como si de ello dependiera su vida. Por cierto, el primo estuvo viviendo en Sevilla y me dijo que lo que más le había gustado de la ciudad era la Cruz Campo, "cervessita", decía.
Para definir la música de
McKinney permitid que os comente la conversación que tuve con ellos después del concierto. Les dije que su música sería muy bien acogida en MTV España por ejemplo. Y me dijeron incrédulos "¿Pero a la gente que ve MTV España les gusta la música Country?" "¡No!" -contesté- "Pero vuestra música les encantaría". Mark McKinney y su banda son unos excelentes músicos de Indy Rock, pero ni de coña hacen country (aunque ellos creen que sí).
Mark McKinney
Candela y Mark McKinney
¡¡¡Qué frío hacía al salir del concierto!!!
Camioneta y al hotel.
El sábado nos levantamos tarde y con mucha ilusión (yo) de acudir al rodeo. Mientras esperábamos el momento de entrar, nos desprendimos de todo el dinero que pudimos comprando cosas para los caballos (y es que en el Equiblues, para desdicha de la billetera, hay de todo y todo muy guapo).
A María le impresionó el Rodeo y creo que a la mayoría de los ahí presentes, Candela incluída. Pero si os soy sincero, aunque está hecho con mucha voluntad y me quito el sombrero ante la organización, el nivel de los participantes es muy bajo. Empezando por los toros, que se botan como caballos mansos y acabando por los jueces que dan puntuaciones estratosféricas por actuaciones discretísimas.
Uno de los tejanos participantes en la monta de toros me dijo por la noche, hablando del nivel de los toros, que nunca había ganado dinero tan fácil. Pero me dijo también que había que dar tiempo a la cría de toros de rodeo en Francia y que en muy pocos años esos toros estarían a un nivel muy parecido a los americanos. A ver si los participantes mejoran también con la raza, pensé yo.
Salvo un par o tres de ellos, los toros no representaban ninguna amenaza seria para jinetes inexpertos.
Team Roping (lazo por equipos)
es otra de las especialidades que necesita una clara mejora en el nivel de participantes
Si queréis que os sea sincero, mi mayor motivación para conducir esas 750 millas (1200 Km) que separan Madrid del Equiblues no fue el rodeo, ni mucho menos
Mark McKinney. La posibilidad de ver en directo a
Kevin Fowler es lo que me clavó las espuelas y me lanzó directo a Saint Agreve. Por eso, en cuanto abrieron las puertas, María, Candela y yo, nos fuimos a coger sitio en las vallas justo en frente del escenario.
Un par de francesas quedaron un poco esquinadas, cuando aún faltaba más de una hora y media para el inicio de los conciertos y, desde entonces, tuve que aguantar el codo de una de ellas en mis riñones.
Kacey Musgraves iba a ser quien abriera la velada y Guardot nos advirtió que la niña, a pesar de su juventud (20 años, creo) ya tenía unos cuantos tiros pegados.
Pero hablando de pegar, y mientras intentaba mantener una conversación con Guardot minutos antes de que subiera la
Musgraves al escenario, no pude más con ese codo que ya hacía dos horas que estaba pegado y presionando mi zona lumbar y me giré (como la niña del exorcista) a pegarle unos berridos -en español manchego- a la gabacha que había llegado a sobrepasar todos los límites de mi paciencia. Primero se puso pálida, después verde y finalmente quedó como tornasolada, pero por fín entendió que de ahí yo no iba a moverme y que tendría que contentarse con el lugar que le había quedado. Eso me dió la tranquilidad suficiente para disfrutar del concierto que abría
Kacey Musgraves.
¿Cómo definir a esta chica? C-o-u-n-t-r-y. Puro y duro. Ni más ni menos. Buena, buena, buenísima.
Todos corrimos a hacernos con su último Cd (firmado y dedicado, claro) y en el camino de vuelta a Madrid hubo tiempo para escucharlo entero ¡¡¡cuatro veces!!! Y es que tanto María como Candela quedaron prendadas con la voz y el estilo de la
Musgraves.
Kacey Musgraves
Shannon Lawson necesita urgentemente que un amigo hable con él. Tiene una voz prodigiosa. Una voz que suena muy country cuando quiere. Pero le destroza su pasión desmedida por distorsionar su guitarra y tapar con ella a toda la banda que, por cierto, eran los
Stop The Truck. Ahora debería poner una foto de Shannon Lawson pero no fue objeto del disparo de mi cámara. Por cierto, durante la hora de concierto, el señor
Lawson se cepilló una botella de Whisky con la ayuda de un par de miembros de la banda.
¡¡¡Qué nervios!!! ¡¡¡Ya no faltaba nada para la actuación de
Kevin Fowler!!!
Kevin Fowler
¡¡¡Sí que faltaba!!! Lo que faltaba es que la gabacha del codo en mi espalda tenía marido. Un marido alto y con cámara de fotos. Y lo que faltaba es que, después que la gabachilla hablara con él, este vino y entró a degüello. Prácticamente, María detuvo una leche que iba directa al rostro del franchute y, con mucha diligencia, Guardot, Jordi (que había venido con Yoli -sí, hombre, los del Nashville-) y todos los miembros del Redneck Corner de Barcelona que estaban con nosotros estuvieron muy atentos y yo también, pensé: Si atizamos a este, probablemente lo mandemos al hospital pero a nosotros nos echarán de aquí y yo he venido a ver a
Kevin Fowler. Además, como dijo en una ocasión mi amigo Carlos Segarra "antes que tocarle la cara a un tío feo, prefiero tocarle el culo a la niña de al lado". Y como yo al lado tenía a María... Por cierto, otro gabacho estuvo a punto de llevarse gratis otro paseo en ambulancia por tocarle el culo con insistencia a la Yoli.
Total, que así de relajaditos embocamos el concierto de
Mr. Fowler.
Menda con el señor Fowler
Lo tocó todo. Y brutal. Brutal, brutal, brutal.
Pidió disculpas por mostrarse tan patriota justo antes de cantar "100% Texan" uno de mis temas preferidos. No se olvidó del divertidísimo "Don't Touch My Willie" ni de ninguno de esos temas que tanto te gustan de
Fowler. Hizo bises y disfrutó de lo lindo. Y nosotros también.
María, Kevin Fowler y un servidor
Después del concierto, volví a comprar uno de sus discos (el grabado en directo en el Billy Bob's) para que me lo dedicara y después nos hicimos fotos como estas:
Kevin Fowler, el Redneck Corner de Barcelona, unos amigos de Texas y el que suscribe
Besito de Candela a Kevin Fowler. El dijo: "¡¡¡Muuucho calienteeee!!!"
Candela que le dice: "Kiss me baby"
Y el, pues claro... Llámale tonto...
Total, que nos fuimos a dormir a las quinientas.
Ya sabéis que al día siguiente María y yo nos levantamos a las ocho, nos fuímos a buscar a Candela y desayunamos "cafe au lait" y croissant.
¡¡¡El año próximo repetiremos!!!
Xavi