Willie Nelson - Yesterday’s Wine (1971)

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Quizá en su momento Yesterday’s Wine pasara inadvertido, tanto para los medios como para el público, pero hoy en día está considerado como un álbum muy importante en la discografía de Willie Nelson. Hay que tener en cuenta que, cuatro años antes de que lanzara su obra maestra Red Headed Stranger en 1975, supone la primera experiencia de Nelson con un disco conceptual, en el que reúne una serie de canciones que siguen una misma línea argumental dando al álbum, como conjunto, una coherencia en sí mismo. En este caso es la historia de un hombre que, en palabras del propio Nelson “ve su propio funeral y revisa su vida”, contada de una forma muy espiritual y emotiva.

Aunque exista una línea argumental unas cuantas de las canciones incluidas mantienen su propia personalidad independiente, como “Me and Paul” o la propia “Yesterday’s Wine”, por citar un par de ellas. Curiosamente ambas acabarían incluidas en el imprescindible Wanted! The Outlaws, el disco que consolidó definitivamente al movimiento outlaw como una nueva corriente dominante en la música Country.

Para conseguir desarrollar la historia de forma correcta el productor Felton Jarvis se salta la norma de RCA de limitar los cortes de un álbum a diez, incluyendo dos medleys, “Where’s the Show/Let Me Be a Man” y “These Are Difficult Times/Remember the Good Times”, con lo que consigue ampliar las canciones a doce. Ni siquiera en eso un artista tenía libertad de decisión sobre el producto final que se ofrecía en el Nashville de aquellos tiempos.

El principio es curioso, con Willie conversando con Dios en el momento previo a su nacimiento como “hombre imperfecto”, a partir de ahí se suceden una serie de meditaciones en voz alta sobre el amor (“Summer of Roses”), los designios del propio Dios (“It’s Not For Me to Understand”), la llegada a la madurez (“December Day”). Mientras, el tiempo fluye y ese “hombre imperfecto” se va acercando al momento de su muerte (“Goin’ Home”).

Merced a canciones que en la voz de otros habían barrido las listas años antes como “Night Life” (Ray Price) o “Crazy” (Patsy Cline), las habilidades compositivas de Nelson ya estaban más que demostradas y le habían ganado un nombre en Nashville. Aquí esas habilidades también quedan de manifiesto, pues todos los cortes llevan su firma. Incluyendo “Family Bible”, si atendemos a la historia de que la vendió en un bar por cincuenta dólares recién llegado a Nashville unos años antes, cuando no tenía ni para comer. Nelson nos transmite, a ritmo pausado con su característica y calmada vocalización, los anhelos, añoranzas y pérdidas propias del discurrir de la vida, manteniendo un mensaje espiritual y religioso subyacente a lo largo de su discurso, incluyendo alusiones a la reencarnación.

La creatividad y originalidad de Willie Nelson está fuera de toda duda. Buena parte de ese mérito se lo ha ganado con álbumes como éste, alejado de tendencias y por tanto imperecedero, ya encontrando rincones de libertad que le permitieran escaparse de los rígidos sistemas de producción vigentes en Nashville cuando fue editado.

 

Nota: el LP original fue reeditado en CD por Justice Records en 1997.

 

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