Jamey Johnson - The Dollar (2006)
Con este disco Jamey Johnson proclama cual es el verdadero significado de “un dólar”. Seguramente conseguirá muchos por el camino y no sólo gracias a su impresionante voz de barítono y a un twang en su entonación cada vez más difícil de encontrar en los lanzamientos Mainstream. Sus habilidades compositivas van a la par de su voz y se conjugan en una combinación absolutamente ganadora. Siete de las diez canciones del disco llevan su firma, incluyendo la desgarradora canción abre el CD y le da título. Dudo si apuntarlo en el haber o en el debe, pero, entre otras, también ha colaborado en la composición de uno de los grandes éxitos recientes del Country, “Honky Tonk Badonkadonk” de Trace Adkins. Al menos es una prueba de que sabe cómo conectar con el gran público. Pero sin duda en la parte más positiva, por fin encontramos un intérprete con contrato en major al que, cuando cita entre sus influencias a gigantes de la talla de George Jones o David Allan Coe, es fácil encontrar su legado en su repertorio.
Aunque sea su voz lo que llama la atención en primer lugar, al profundizar en el disco, sin duda sus composiciones también lo consiguen. Los numerosos premios como autor de canciones que atesora en sus vitrinas son una prueba más de sus capacidades. Incluso los títulos de las canciones son especialmente reveladores. No hay que hacer un gran esfuerzo para entender de qué van temas como (los intraducibles) “Rebelicious” o “Keepin’ Up with the Jonesin’” en el que, además, para dejarlo claro, George Jones se une a Johnson para poner punto final a un Honky Tonk de los de toda la vida. Una línea que también sigue el humeante "Flying Silver Eagle".
Lo cierto es que resulta complicado destacar una canción sobre el resto, pues todas y cada una de ellas ofrece algo distintivo que la separa de las demás, lo que hace el disco aún más remarcable. Hay mucho corazón puesto en las letras. El Country más tradicional se construyó sobre canciones que contaban grandes historias, y en este disco encontramos más de una, empezando por el primer single del disco, la canción que le da título y lo abre, “the Dollar”. Como ejemplo adicional tenemos la de una familia, cuya vida diaria depende de las acciones de un padre alcohólico, en “My Saving Grace”.
Johnson hace alarde de sus raíces de Alabama, demostrando lo tenue que puede convertirse la frontera entre el Country y el Rock Sureño en “Redneck Side of Me” y “Rebelicious”. El banjo con el que arranca esta última pone en marcha un tema en el que canta sobre una redneck woman con evidente orgullo masculino. Con “Back to Caroline” la cosa se tranquiliza, aquí Johnson nos ofrece una apasionada interpretación del estribillo de la canción. Pese ser el tema más cercano al estándar contemporáneo de la industria, aunque difusa, todavía se percibe la línea hacia la larga tradición del Country. Incluso encontramos un vals, el hermoso “It Was Me”, acompañado de una instrumentación espartana, un ritmo que cada vez se hace más difícil de oír en el Mainstream pero que no debería faltar en cualquier disco que se defina como tradicional.
En la primera escucha no es predecible esperar que el CD se cierre con un gospel como “Lead Me Home”, pero cuando te das cuenta que empieza con una lección de vida como la que muestra “The Dollar”, es más comprensible que pueda ser la culminación natural del álbum. El coro añade una energía espiritual que se va diluyendo con el final de la canción, dejando la oportunidad de respirar y saborear el momento.
La receta seguida para crear este álbum es de las más viejas que existen, pese a que no deje de mostrar todas las virtudes y defectos de las actuales producciones de Nashville. Permites que te guíe alguien con quien compartes un objetivo final claro, en este caso el productor Buddy Canyon, pones tu talento sobre la mesa como ingrediente principal, te dejas el corazón y el alma a través de tu voz, añades pasión y buen humor en los momentos oportunos, y, como guarnición, letras directas y sencillas. Si unes a lo ya mencionado músicos de primera línea como aliño acabas consiguiendo un plato que resultará grato a todos los paladares.
Más información en: www.JameyJohnson.com