Albert Lee - Heartbreak Hill (2003)
Albert Lee ha acumulado en su vida una larga lista de logros y colaboraciones que le han colocado en la merecida posición de ser considerado el mejor guitarrista de Country vivo. Tras años de trabajo en su Inglaterra natal, donde llegó a disfrutar de cierta popularidad como miembro de la banda Heads, Hands and Feet, su salto a primera línea llegó a mediados de los setenta cuando entró a formar parte de la Hot Band de Emmylou Harris. En Heartbreak Hill, uno de sus ocasionales trabajos en solitario, paga tributo a la gran dama con una colección de canciones tomadas prestadas de su repertorio.
Pero aunque la figura de Emmylou sirva de inspiración e hilo conductor del álbum, ésta se mantiene acertadamente en la sombra, sin intervenir en las grabaciones pero firmando una presentación del CD incluida en el libreto de éste:
En 1975 era la chica más afortunada del mundo. Me acompañaba un grupo de los mejores músicos de Country del mundo y estaba embarcada en acercar la visión de mi mentor, Gram Parsons, hasta cualquiera que quisiera escuchar. ¿Y quién no querría escuchar a la Hot Band? Entonces, tras unos gloriosos años de animar Honky Tonks por todo el globo (están por todas partes), James Burton, el padre del chickin’ pickin’ y un estilista único sin discusión maestro de la guitarra Fender nos dejó para volver a trabajar para su antiguo jefe, un tipo llamado Elvis Presley. Así que, ¿cómo podíamos devolver el ‘Hot’ a la Hot Band? Salir a encontrar otro estilista único y maestro de la guitarra Fender pensé que sería imposible. Y entonces llegó Albert Lee, un inglés delgado y medio gitano cuyos ardientes solos y pasión por la música americana nos dejaron boquiabiertos. Así empezó no sólo el siguiente capítulo de mi carrera, sino una amistad y una colaboración musical que hoy todavía continua.
Este álbum es una celebración de esa amistad y de los extraordinarios dones de Albert como cantante, estilista y brillante guitarrista. Su sonido es inconfundible, a menudo emulado, pero nunca igualado. Cuando San Pedro me pida que recuerde los momentos culminantes de mi vida aquí abajo en la Tierra, seré capaz de decir (con orgullo, si se me permite) que durante un tiempo toqué la guitarra rítmica en una banda con Albert Lee.
La dilatada carrera de Lee y el abrumador número de colaboraciones acumuladas le permite reencontrarse en este trabajo con una destacable lista de luminarias. Desde Patty Loveless, que añade etéreos coros al tema que da título al álbum, y otros vocalistas como Rodney Crowell, Buddy Miller y Maura O’Connell; hasta instrumentistas del calibre de Mickey Raphael, Jerry Douglas o Earl Scruggs. Su personalidad ajena a cualquier estridencia tiene reflejo en su música, y es que aunque el arsenal de técnicas y el virtuosismo instrumental es el punto fuerte del disco no agrede ni anula las voces ni a los instrumentos de sus compañeros. Sólo en la versión instrumental de “Luxury Liner”, mano a mano con dos de sus aventajados alumnos: Vince Gill y Brad Paisley, el protagonismo de las seis cuerdas es absoluto.
Lo mejor de Heartbreak Hill es que un guitarrista del calibre de Albert Lee consigue que en un trabajo que lleva sólo su nombre sean las canciones las que brillen y sean grandes, sin ser superadas por florituras instrumentales que alimenten el ego del autor de las mismas.
‘Til I Gain Control Again