Alan Jackson - The Bluegrass Album (2013)
Alan Jackson lleva anunciando su deseo de grabar un álbum de Bluegrass desde hace años. Su colaboración con Alison Krauss en el papel de productora en 2006 nació con ese espíritu, pero dio como resultado Like Red on a Rose, del que se podrían decir muchas cosas pero difícilmente que sea un disco de Bluegrass.
En 2013 por fin convierte su intención en realidad, y en sus propias palabras por un par de motivos, pero principalmente: “realmente he hecho este álbum para mí. Quería hacer algo de lo que estar orgulloso, y del que la escena Bluegrass no se avergonzara. El Bluegrass es uno de los pocos estilos musicales tradicionales americanos que se ha mantenido fiel a sus raíces”. La honestidad de este proyecto lleva a titularlo de forma explícita The Bluegrass Album. Aquellos que pudieran comprar el disco sólo por ver que lo firma Alan Jackson no podrán decir que se verán defraudados o engañados.
Para llevar adelante su proyecto se apoya en su productor habitual Keith Stegall y en Adam Wright, que además es su sobrino. A su guitarrista de toda la vida Scott Coney, igualmente un enorme aficionado al Bluegrass, le faltó tiempo para postularse para el álbum, asumiendo también la labor de reunir la mejor banda posible. Las figuras de Rob Ickes (dobro), Adam Steffey (mandolina) y Sammy Shelor (banjo) se suman a los menos reconocidos, pero no menos versátiles, Tim Crouch (fiddle) y Tim Dishman (bajo). Una banda que en sólo dos sesiones de trabajo en estudio, grabando juntos y en directo con el propio Jackson apoyado en las voces de Don Rigsby y Ronnie Bowman, necesitó como mucho tres tomas para clavar cada uno de los catorce cortes del disco. La técnica de grabación también imbuida de un espíritu Bluegrass que Coney definía como “una jam-session que al final del segundo día nadie quería que acabara, lo que se nota en el disco”.
A Jackson, que firma ocho de los cortes, se le nota confortable en este entorno aunque, como la mayor figura de Country tradicionalista de su generación, con su voz como principal protagonista y lejos del 'High Lonesome Sound' de las voces definitorias del estilo, algunos temas acaben sonando más a Country acústico que a Bluegrass. Pero eso no quiere decir que no entienda y respete la esencia del estilo, tanto en los temas tratados en las canciones como en la forma de interpretarlos. Versiona a grandes como The Dillards, un referente de su juventud, con “There Is a Time”; y a Bill Monroe, al que reconoce no sólo como Padre del Bluegrass sino como una enorme influencia en sus propia forma de componer canciones, cerrando el álbum con “Blue Moon of Kentucky”, en un compás ¾ de vals, cercano a tal y como Monroe la ideó originalmente antes de que la versión de Elvis la llevara para los restos a un tempo más rápido. Sus temas propios, principalmente “Blue Ridge Mountain Song” y “Blue Side of Heaven” que brillan de forma especial, no desmerecen frente a semejantes clásicos.
En “Blacktop” (asfalto) se permite una crítica al mal reflejado tópico de los viejos buenos tiempos expresado en muchas canciones de Country contemporáneo a través de cómo se echan de menos las carreteras de tierra (‘dirt roads’). Él recuerda como uno de sus días más felices cuando en 1965 asfaltaron la que pasaba por delante de su casa: el barro dejó de ser un problema en los días de lluvia y el polvo dejó de manchar la ropa tendida y de entrarle en los ojos en los días secos. Implícito queda que difícilmente puede extrañar algo quien nunca lo ha vivido a diario.
Desde su incontestable posición, Alan Jackson se permite una vez más con The Bluegrass Album hacer lo que le apetece sin pensar en lo que seguramente podría reportarle mejor resultado económico. Con este tipo de trabajos es con los que un artista sólido y respetado, y que cuenta con una consolidada base de fieles fans que le seguirían allí donde fuera, se gana una reputación más allá de cifras de ventas y premios de la Industria.
Blue Ridge Mountain Song
Blacktop