Big Sandy and his Fly-Rite Boys - Swingin’ West (1995)
Como continuación de su magnífico Jumping From 6 to 6 de 1994, Swingin’ West se mantiene anclado en los sonidos retro del Western Swing, el Hillbilly Bop y el Rockabilly, acentuando todavía más si cabe la importancia del primero, definitorio del personal estilo de Big Sandy and his Fly-Rite Boys, además de añadir más Honky Tonk a la pócima.
También producido por el gran Dave Alvin, la inconfundible voz de Big Sandy, tan elegante y personal como fluida en su fraseo, sirve de nexo de unión de catorce de los quince cortes que completan el disco, todos y cada uno de ellos con la firma del propio Big Sandy (aunque lo haga con su nombre real, Robert Williams). De todas formas la auténtica arma secreta de la banda es el steel-guitarrista británico Lee Jeffriess, cuya interpretación apunta claramente al maestro de maestros Speedy West.
El habitual instrumental que suelen incluir en sus álbumes, en éste con el título “Murphy’s Law”, no alcanza la brillantez de otros que tienen en su repertorio, resultando repetitivo, pese al momento desconcertante en el que los miembros de la banda parecen perdidos y yendo cada uno por su lado. Sin embargo no desluce al resto de cortes que merced a la alta dosis de Western Swing incluida se acercan a algo que podríamos llamar Hillbilly-Jazz, con temas tan brillantes como el animado “Let Me Be In There, Baby”; el entre narrado y cantado, siguiendo la línea marcada por Tex Williams, “My Sinful Days Are Over”; o las dedicadas a amantes inconstantes (por decirlo suavemente) “Parts Unknown” y “Too Late to Be True”.
Las influencias Country se hacen especialmente evidentes en cortes como el medio tiempo “You Say You Don’t (But You Do)”. Pero incluso se pueden respirar aires latinos en “Hey Muchachita” y escucharemos a los Fly-Rite Boys responder “intentamos decírtelo” a Big Sandy cuando enumera los problemas que atravesó con una novia que ni siquiera le quería en “We Tryed to Tell You”. Qué mejor cura para un corazón roto que el tiempo, como nos cuenta en la reposada “A Healer Like Time”.
Precisamente como salidos de una máquina del tiempo Big Sandy y compañía demuestran que los viejos estilos pueden mantenerse vigentes hoy en día sin perder frescura. Los amantes de aquellos estilos descubrirán que una grabación no tiene que ser necesariamente antigua para ser buena e interesante, además aportando algo nuevo sin perder el regusto añejo.